Los verdaderos sentimientos de Sakura

Capítulo 24: Patético

Y en medio de aquel catastrófico escenario, sobresaltaba la figura de un hombre de cabello rubio sosteniendo entre sus brazos temblorosos un cuerpo lleno de polvo y de sangre.

- Sakura- dijo casi sin voz.- ¡Sakura!

Ella estaba fría y después de varios segundos abrió sus ojos con dificultad. Entonces posó su mano con las pocas fuerzas que le quedaban encima de la mejilla de su amigo.

- Naruto...- susurró ella sin fuerza.

- ¡¿Por qué?!- dijo notando como muchas lágrimas se deslizaban por su rostro.- ¡¿Por qué demonios has hecho eso?! ¡Yo era quien iba a recibir ese ataque! ¡No tú!

Pero sin dejarle articular alguna respuesta a la doctora, los ninjas sintieron un chackra aproximarse a gran velocidad y en milésimas de segundo una masa blanca y gruesa cayó del cielo impactando contra el suelo y destruyendo aún más lo poco que quedaba en pie de aquella zona.

Lentamente, el polvo levantado empezó a desvanecerse y pudieron apreciar lo que había causado aquello. Era un ser monstruosamente grande, de piel pálida y ojos blancos, vestido con un traje blanco. No hacía falta conocer mucho más de aquel ser aparte de su físico para saber que era uno más del clan Otsusuki. Miró hacia su compañero derrotado con expresión seria y sin inmutarse durante varios segundos como si lo analizara.

- Enma...-dijo él hermano de Kaguya derrotado en el suelo.- Acaba con ellos.

El ser, alto y grueso, miró hacia la dirección donde se encontraban Naruto y Sakura. Y sin dudar mucho, se giró hacia ellos y empezó a caminar en aquella dirección, para a continuación ponerse a correr, con pasos que rompían el suelo debajo de él y resonaban por toda la aldea.

Sakura sostenida entre los brazos de Naruto, notó como todo el cuerpo del rubio se tensaba, y después empezaba a calentarse. Iba a, milagrosamente, cubrir de nuevo su cuerpo con el chackra del kyubi  aún y no estar recuperado. Y aún en aquel estado, lamentaba no poder hacer nada más, estar derrotada y sin movilidad, y depender de nuevo de Naruto.

En nada el ser se acercó suficiente como para que sus pasos fueran tan fuertes que les dolían los tímpanos a los ninjas, aunque con la adrenalina del momento prácticamente no lo notaran. En segundos les iba  a alcanzar, y el cuerpo de Naruto ya estaba completamente cubierto de llamas brillantes.

Y todo pasó muy rápido. Él ser se aproximó dispuesto a destruirles, Naruto concentró todas sus fuerzas en parar aquel ataque, y entonces, algo inesperado ocurrió.

El nuevo villano salió disparado por el aire. Como si todo su peso se hubiera reducido al de una pluma en segundos. Y Naruto abrió los ojos sorprendido, pudiendo desactivar de inmediato su chackra del kyubi.

Unos pasos rápidos corrieron en la dirección de los dos ninjas. Y ella aún y estar tendida en el suelo sin ver nada más que el cielo y el rostro de Naruto, supo de inmediato en sentir aquel golpe quién era el causante.

- ¡Sakura!- gritó Sasuke con un tono preocupado poco común en él.

Nada más llegar se detuvo y quedó atónito, sin articular ninguna palabra, viendo la condición de la ninja. Ella no podía notar ninguna clase de dolor, pero sabía que aquello era mucho peor, y es que cuando llegaba en la clínica un herido que no era capaz de notar nada, normalmente su herida era extraordinariamente brutal, y necesitaban llevarlo de urgencias para tratarlo de inmediato.

Aunque lo que más le ayudaba a saber lo malo que era su estado eran las expresiones de los dos ninjas. Sus cuerpos se inclinaban sobre ella, contrastados por los rayos de sol de la tarde. La miraban casi sin poder respirar, como si el simple hecho de expulsar aire pudiera hacerle más daño del que ya tenía. Y, como si todo a su alrededor se desvaneciera, los observó detenidamente dejando a un lado todo lo demás. Es en momentos en los que tu vida pende de un hilo, donde realmente ves con claridad lo que realmente importa, y por eso, un sentimiento de felicidad calentó su pecho recordando todos los momentos que había vivido junto a ellos, de todo lo que había aprendido con ellos, y de lo mucho que quería a sus compañeros. Sabiendo que había sido muy afortunada de encontrarse con ellos dos en aquella vida y poder formar parte de la suya de alguna manera.