Martín odiaba a Manuel.Martín no quería saber nada de él, no quería verlo, no quería oírlo, no nada.
El solo hecho de verlo en una cafetería o por los pasillos de la escuela, ponia sus pelos de punta, aumentando su odio y provocando una mueca extraña.
Al fin y al cabo, ¡Era su culpa hacerlo sentir cosas tan extrañas! ¿De dónde vendrían si no, aquellos cosquilleos desagradables cuando lo veía con otras personas? ¿O esos aleteos de mariposas rosadas con los tulipanes más lindos revolotear en su estómago al verlo sonreír? Y no olvidemos de ese calor insoportable que sienten sus mejillas ante cualquier contacto físico con él, que podría ser comparado con el desierto más caluroso en el mundo.
Que desagradable era la sensación de sentir querer estar las veinticuatro horas con él, de como su corazón discutía con su cerebro, opinando que era mejor abrazar y darle amor al chileno, mientras que el otro solo se rehusaba, ya sea por miedo al rechazo o por su "odio".
Que feo era escuchar su voz todas las mañanas en la escuela a con ese acento que tanto odiaba, ¿A quién le podía gustar ese cantito tan especial que quedaba tan bien con él y que solo provocaba querer estar aún más cerca suyo y que le taladre la cabeza con palabras que a lo mejor ni siquiera entendería? ¡A Martín no!
Y ni hablemos de esos momentos en donde tan solo quería apretar sus labios con los de Manuel, con esos cerezos muy posiblemente suaves y deliciosos. Anhelados por cualquiera, pero más que nada por Martin.
Aquella persona que tanto odiaba y que a la vez había pasado tantos momentos, buenos como malos.
Como cuando a pesar de haber tenido una horrible pelea la noche anterior, estuvo a su lado en la muerte de su hermana, tomando su hombro, y Martín mirándolo con ojos llorosos, débil como nunca antes se había mostrado, y Manuel demostró que a pesar de que en ese momento lo estuviera odiando, no se aprovecharía de él y le ofrecería un abrazo para poder llorar en su hombro.
O como olvidar ese momento en que Manuel había sufrido un accidente, y a pesar de que Martín insistiera en que le caía mal, sus acciones decían lo contrario. Estuvo todos los minutos posibles, esperando a que Manuel despertara. Lloró, leyó sus libros favoritos, trajo regalos, hizo lo que a pocas personas les haría.
¿Lo peor? Lo peor eran esos momentos de silencios que se formaban entre ellos, que no eran incómodos, eran momentos en donde Martín y Manuel se daban cuenta de que habían llegado a tal punto de conexión en donde las palabras no eran necesarias, donde una simple mirada expresaba mil y un palabras, donde permitían expresar sus sentimientos más puros mediante un simple roze de manos o a veces ni siquiera eso, porque solo bastaba estar juntos en ese momento, ese momento donde sus mentes ya no interferían y dejaban los miedos de lados para dejar libres a sus corazones, donde se quedaba observando esos ojos avellanas, hermosos como un campo de flores en primavera, y los mechones de su castaño cabello, sedoso y suave cual terciopelo, deseando poder acariciarlo con tranquilidad hasta quedarse dormido mientras inhalaba ese aroma a té que solamente pertenecía al chileno.
Era de esos momentos donde se daba cuenta de que a lo mejor lo odiaba muy poco y que lo amaba mucho.
Porque Martín no odiaba Manuel. Odiaba el amor que sentía por él y ver como los miedos y sentimientos que nunca había sentido con tanta intensidad por alguien eran abalanzados encima suyo, dejándolo con un revuelto de sentimientos que no lograba comprender y que hacía que su corazón se estrujara.
Porque Martín estaba enamorado de Manuel y eso no lo podía negar nadie.
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one-shots argchi // latin hetalia
Fanfiction┊🇦🇷 💕 🇨🇱┊ ➳ Los personajes no me pertenecen. Créditos a Rowein. ➳ Contenido Argentina x Chile (ysí). ➳ Me disculpo por los fallos que pueda tener con el chilensis. ➳ Respeto ante todo, kpos. ➳ Todos los martes. • Empezada: 17/09/19. • Terminada...