De todo un poco

El cielo

El cielo por Oktarin

Eh ... esto es solo una pequeña cosa al azar ... me aburrí.

No es muy original y es bastante predecible. Acabo de tener ganas de escribir algo.

Ah, y tengo una pregunta:

¿Soy el único que notó que "Kishu" suena como "Kiss You"? Mas o menos...

POV de Kish ~

Debería haberlo matado.

Es así de simple.

Pero ahora ... ahora no puedo.

Le dije que quería que fuera feliz ... y ella es. Es obvio que ella se ríe y se ruboriza con cada pequeña palabra que él le dice. Incluso después de un año que no ha cambiado.

Aunque todo lo demás tiene. Mi planeta ahora es hermoso, hay una nueva misa, los humanos están mejorando su propio mundo, Pai se está casando, Tart no solo está entrenando, también está aprendiendo, algo que me sorprende porque es muy terco, pero yo ...

Sigo siendo el mismo.

Mi amor sigue aquí.

Mi dolor todavía está aquí.

E Ichigo, ella tampoco ha cambiado. Dudo que alguna vez lo hagamos. Que es exactamente por qué nunca estaremos juntos.

Porque sin que uno de nosotros cambie ... siempre seremos así. Ella siempre me odiará, siempre la amaré.

Y sabiendo que duele.

Como ser atravesado por una espada. Porque no me rindo ... pero ella tampoco.

Me moví ligeramente en mi posición sobre una gruesa extremidad sobre ellos. Mis ojos siguieron a la pareja mientras se levantaban del banco, la puesta de sol arrojaba una luz naranja sobre ellos, la suave brisa agitaba sus cabellos. Ella sonrió, una sonrisa brillante que hizo que mi corazón se derritiera y mi estómago se contrajera. ¿Por qué no puede sonreír así para mí?

Él me devolvió la sonrisa, pero yo estaba concentrado en el objeto de mi afecto, no en él. Se despidieron y luego se separaron, él giró para irse a la derecha, ella a la izquierda. Dejo escapar un suspiro de alivio. Al menos ya no están juntos.

Tal vez venir aquí no fue una buena idea ...

Sacudí el pensamiento de mi cabeza y floté, así que solo estaba un poco detrás de Ichigo. Ella suspiró pesadamente, sus ojos ahora estaban apagados y sus hombros caídos. ¿Qué le pasa a ella? Se veía tan feliz hace un momento ...

¿No debería ella todavía estar extasiada por su cita con esa abrazadora de árboles?

La seguí a su casa y me senté en el árbol justo afuera de su ventana. Afortunadamente, los gruesos lotes de hojas verdes y la noche oscura servirían como un escudo para sus ojos.

Un rato después, ella salió de la cena con sus padres y se dejó caer en su cama, de modo que estaba de espaldas a mí con un profundo suspiro. Ella extendió la mano para tomar su teléfono celular de la mesa auxiliar.

Ella escribió un número y luego se lo llevó a la oreja. "¿Lechuga?" Ella dijo después de un momento. "Si, soy yo." Hizo una pausa y me esforcé por escuchar lo que dijo la otra chica, pero no sirvió de nada. "No puedo dejar de pensar en él..." gimió Ichigo. "Él ... La única forma de salir con Masaya es que siempre me aleja de todas las cosas malas".

¿Él? A el que no es Masaya? ¡No me digas que OTRO niño está robando el corazón de mi gatito!

"Lo sé, eres la única persona con la que puedo hablar sobre esto. Supongo que es porque estamos pasando por lo mismo ..." Ichigo se rió entre dientes pero era amargo y sarcástico. "Ambos ... nos enamoramos de las únicas personas que nunca podremos tener ..."

Mi corazón se sacudió de una manera dolorosa. Ella puede hablar conmigo! Se lamentó. ¡Me he enamorado de la que nunca podré tener!

"Podría ... ¿Sería posible para Ryou ... No lo sé, contactarlos?" Ichigo suspiró recostándose. "Quiero decir ... me gustaría pedir perdón por ..." Ella respiró temblorosamente, cerrando los ojos. Una sola lágrima se deslizó por su mejilla.

Ella está pasando exactamente por lo que estoy pasando. Angustia, añoranza, dolor. Quería entrar allí, tomarla en mis brazos, dejarla llorar en mi hombro, quería hacerla feliz. Yo. Por mi mismo. No por traerle a este nuevo chico que ama.

"Eso pensé ..." susurró Ichigo. "Bueno, buenas noches lechuga". Con eso ella colgó.

Se acurrucó, aferrándose a esa pequeña criatura rosa y llorando en ella. Lo que no daría por ser esa cosa en este momento ...

Me desvié hacia la ventana inconscientemente.

"¡ALERTA ALERTA!" Llegó el grito ahogado del ser rosado. "¡Alerta alienígena!"

Mierda.

Ichigo se sentó hacia arriba. Sus ojos se clavaron en los míos.

Sonreí nerviosamente y la saludé con la mano. Ella se quedó sentada en shock. Sus mejillas estaban llenas de lágrimas, sus ojos ya estaban enrojecidos por el llanto, su cabello rojo desordenado.

"Ki ... Kish?" Ella respiraba

Me deslicé por la ventana apoyando mis codos en ella. "Uh, hey Koneko-Chan. Yo, uh, solo quería pasar y decir 'hola', ¿sabes?" Dije nerviosamente "Uh, yo, uh, no quiero entrometerme ni nada, pero ... ¿por qué estás tan triste?"

Ella me miró fijamente por un momento. "¿Realmente estás aquí?" Ella dijo suavemente.

"Um, sí, quiero decir, escuchaste la cosa rosa bien y todo ..." Miré hacia abajo y me rasqué la parte de atrás de mi cabeza esperando los gritos y gritos que mi gatito usualmente me tiraba. Pero nunca llegó.

La cama chirrió y oí el suave acolchado de sus pies en el suelo y luego allí estaba ella, de pie delante de mí. "Kish ..." Respiró inclinándose por la ventana para envolver sus brazos alrededor de mi cuello. Antes de que pudiera reaccionar, me abrazó con fuerza y ​​lloraba suavemente en mi hombro.

Este es el más cercano al cielo que he estado.

"Shh ..." Le acaricié suavemente el suave pelo rojo, envolviendo un brazo con cuidado alrededor de su pequeña y pequeña cintura. "Vamos, vamos a llevarte dentro".

La empujé suavemente para que pudiera deslizarse por la ventana. Tan pronto como estuve, ella se aferró a mí.

Sin golpear.

No hay gritos.

No hay insultos.

"Gatita ... ¿Qué pasa?" Le pregunte suavemente

"Yo ..." Ella respiró hondo, sollozando ligeramente. "Yo ... te extrañé ..." Ella respiró.

Rodé los ojos. "No me mientas Gatita..."

Ella se retiró confundida. "¡No lo estoy! ¡Estoy diciendo la verdad!"

La miré fijamente. "Tú... ¿Realmente me extrañaste?" Le pregunte suavemente

"¡Lo hice! ¡Y lo siento tanto por lo malvado que fui contigo! Yo ..." Más lágrimas brotaron de sus profundos ojos marrones haciéndolos parecer vidriosos.

"Gatita..." dije lentamente. "Yo ... necesito que recuerdes lo que siento por ti de una manera que no sientes por mí, así que ... así que, por favor, no te hagas ilusiones ni nada ..." murmuré mirando hacia un lado.

"Pero... yo... ¡Yo también te amo!" Ella puso sus brazos alrededor de mi cuello y se acurrucó en mi pecho. "¡Lo siento por todas las veces que te he lastimado! ¡Realmente lo soy!" Ella gimió.

La miré, con una gran sonrisa en mi rostro. "¿De verdad gatita?"

"Uh-huh ..." Murmuró en mi pecho.

Envolví mis brazos alrededor de ella, acurrucándome en su cabello de olor dulce. "Muchas gracias gatita ..."

"E-su bienvenida ..." ella murmuró.

Cielo. Esto es el cielo.

Me aparté, todavía sonriendo, por supuesto, e incliné la cabeza hacia arriba. Ella me miró confundida. "Ki-" la corté con un beso.

Y ella le devolvió el beso.