De todo un poco

Viernes

Viernes de Applecake

Los viernes

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Tokio Mew Mew

Ella odiaba los viernes.

Los viernes le dieron lo peor.

Todos los viernes era día de examen. Y ella despreciaba tomar pruebas desde el fondo de su corazón. Como de costumbre, se había puesto tensa la noche anterior, haciendo que su expresión de hoy pareciera bastante triste.

Ella había estado estudiando, tal como le habían indicado. A pesar de que suspendió el procedimiento hasta el último día antes del horrible evento, aún así, sin embargo, estudió su cabeza.

Simplemente esperaba que revisara los temas suficientes veces para obtener una puntuación decente.

Word no podía dejar de describir lo duro que sus padres iban a enfrentarla si se ponía por debajo de una B. Por qué, una C básicamente los enviaría a los dos disparando desde el techo.

Ichigo suspiró, girando su tenedor de plástico entre sus dedos como sus dos mejores amigas, Moe y Miwa conversaron sobre sus obsesiones de la semana. Todo lo que podía hacer visible era la calma, las conversaciones habituales, y no una, ni una sola palabra en relación con lo que iba a ocurrir en la siguiente etapa.

A veces, se preguntaba cómo mantenían sus raíces en el suelo cuando, unos minutos más tarde, se comprometían a probar el infierno. Aclarando su garganta, rastrilló su utensilio para comer sobre su lechuga intacta.

"Um ... hey, chicos", murmuró, aterrizando su instrumento de comedor junto a su plato. "¿Sabes que tenemos un examen más tarde?"

Ciertamente, parecía una pregunta tonta, pero desafortunadamente, Ichigo no puede ocultar su curiosidad por más tiempo.

Miwa se iluminó con entusiasmo ante la indecisa pregunta. "¡Pero por supuesto! ¡He estado estudiando toda la semana! Además, sabiendo el tipo de profesor que tenemos, ¡apuesto a que será una brisa!"

Moe asintió mientras tomaba su jugo de naranja. "Los papeles que ha estado distribuyendo parecían bastante fáciles".

Ichigo se movió incómodamente, la decepción se imprimió claramente en su cara. "¿De Verdad?"

"De Verdad."

Se dio la vuelta muy rápido y gruñó.

Déjalos a ellos para que revienten su motor.

"¿Qué?" Miwa exigió, sospechoso.

Ichigo forzó una sonrisa. Lo último que necesitaba era simpatía y conferencias prolongadas. "¡Oh nada!"

Dejando escapar una bocanada de aire, se agarró a la pajita de color rosa que explotaba de su taza. Ella lo rodeó negligentemente alrededor del vidrio, creando imágenes de bucles desaparecidos en el líquido naranja. Su carne y una pequeña porción de arroz no estaban impresionados en su plato de comida. Ichigo no desarrolló ninguna intención de devorarlo.

ENFERMO. ENFERMO.

El sonido de la campana de la escuela estrelló sus tímpanos tonto. El joven adolescente se sobresaltó rápidamente con miedo, saltando sobre el banco con total aprensión.

Era hora.

A pesar de esto, hizo su viaje al basurero para deshacerse de su comida sobrante lenta, excesivamente lenta. Con cada paso apresurado que dio, su estómago dio un vuelco. La emoción náusea despertó pausadamente sus pulmones, viajando hasta su esófago.