Ha pasado ya una semana desde que perdí mi oportunidad para trabajar con Kinomoto, debo admitir que estuve muy decepcionado conmigo mismo, pero después, acallé todas las voces de desesperación para abrirle paso a las palabras de aliento que me daban mis amigos, normalmente no les suelo hacer caso, ya que sus consejos no me ayudan demasiado.
Nunca pude dar con la carpeta azul, supongo que con todo lo malo que estuvo mi día lo habré olvidado en el taxi, lo peor de todo, es que ahí tenía demasiados bosquejos y no sé en manos de quién fueron a parar, eso era lo único que me preocupaba, porque si algún curioso lo veía y le sacaba ventaja a mis propios bosquejos, me enfadaría demasiado, no con él, sino conmigo mismo, por ser tan descuidado con algo muy importante.
–Shaoran, Tsukishiro quiere verte, no sé ve muy contento, así que te recomiendo que no le hagas esperar –dejé lo que estaba trabajando para dirigirme a la oficina de Tsukishiros–
Si de algo carecía Yue, era de paciencia, por algo siempre ha necesitado ayuda de su hermano, porque él le ayuda a no perder la poca paciencia que posee, siempre se la pasa gritando a medio mundo y más cuando las cosas no salen como él tenía previsto, lo cual sucedía todo el tiempo.
Cuando llegué, toqué la puerta y esperé a que me indicara que podía pasar, eso respuesta no tardó mucho en llegar, al entrar, vi a mi jefe con nada más y nada menos que Fujitaka Kinomoto, lo que no entendía era por qué a mí me habían hablado si ni siquiera tuve la oportunidad de exponer mis ideas.
–Adelante Li, toma asiento –escuché la voz de Yue, no se veía nada contento– El señor Kinomoto desea hablar contigo –me informó, estoy seguro de que mi cara reflejaba asombro, no esperaba tener la oportunidad de tener alguna plática con él–
–¿En qué puedo ayudarlo? –dejé a un lado mis nervios para poder conectar mis palabras con mi cerebro, quería aparentar profesionalismo–
–En mucho, tus bosquejos me encantaron, es precisamente lo que ando buscando, tienen algunas inconsistencias, pero es algo que se puede ir mejorando, y si lo deseas, hay una vacante en mi empresa.
¡Al diablo mi profesionalidad!, estoy seguro de que mi boca me llegaba al piso, en verdad había vistos mis bosquejos, aunque no me explico ¿cómo? Perdí la carpeta, así que no encontraba una explicación lógica de cómo fueron a parar mis bosquejos con él, y estoy seguro de que son mis bosquejos porque las hojas que me enseñaba eran las mismas que tenía en la carpeta que extravié.
–¿Qué me dices? ¿aceptas la vacante?
–Yo... este... si... por supuesto que sí –No pude evitar el tartamudeo, no puedo creer que esto me esté pasando, al fin me saldré de este lugar–
Se me había olvidado que mi jefe actual estaba presente, al dirigir mi mirada hacia él, pude ver que tenía la cara desencajada, tal vez no creyó que el señor Kinomoto fuese a hacerme esa propuesta o que yo lo aceptara, no lo sé y ni me interesa, nunca ha sido de mi agrado y si entré a trabajar allí fue porque me dieron una pequeña oportunidad, pero no me dejaban ascender, después de 3 años trabajando para él sigo estando en el mismo puesto y eso no se me hace justo.
–Estupendo... te espero mañana a primera hora en las oficinas de la constructora Kinomoto... Tsukishiro, un placer haberte visto.
El mencionado solo gruñó algo ininteligible, echaba chispas, esperé que el señor Kinomoto se fuera, para poder irme a terminar mis deberes del día, tampoco es que vaya a dejar tirado lo que me han encargado, soy responsable.
–Cuando te vayas, le dejas a Sasaki tu identificación y los proyectos que hayas estado trabajando.
–Ya los he terminado, te lo dejaré todo preparado, solo le hacía falta las revisiones –le informé, siempre he adelantado mis trabajos por lo que no tengo ningún problema en entregarlo, siempre he pensado que un buen trabajo habla muy bien de uno mismo y aunque no estuviera cómodo, siempre he dado todo de mí–
![](https://img.wattpad.com/cover/190131823-288-k980599.jpg)
ESTÁS LEYENDO
El Dulce Aroma Del Cerezo.
FanficSiempre he pensado que las mentiras no son nada agradables y sin embargo, me he enamorado de una mentirosa ¿si la perdonaré? Eso aún no lo sé, pero debo admitir que es la mentira más hermosa que he conocido y aunque la verdad salga a la luz, veré si...