Siempre he pensado que las mentiras no son nada agradables y sin embargo, me he enamorado de una mentirosa ¿si la perdonaré? Eso aún no lo sé, pero debo admitir que es la mentira más hermosa que he conocido y aunque la verdad salga a la luz, veré si...
Los segundos se transforman en minutos, los minutos se transforman en horas, y todo eso me desespera, no tengo noticias de Sakura, me tratan de tranquilizar sin éxito, la única manera de tranquilizarme es saber que Sakura está bien y que puedo verla, ningún médico se detiene a decirme nada y no me caracterizo por ser paciente.
Me siento en una silla, recargo mis codos en mis piernas y tapo mi rostro con mis manos, no aguanto más esta incertidumbre, no puede ser posible que ahora que todo estaba yendo bien, nos pase eso.
–Tranquilo, verás que estará bien, ella es fuerte –siento la mano de Eriol en mi hombro–
Estoy por responderle cuando uno de tantos médicos se acerca a nosotros, prácticamente corro hasta él.
–¿Cómo está mi esposa? –estoy ansioso, quiero verla–
–Llegó muy golpeada, tiene dos golpes en la cabeza, uno más fuerte que el otro, tuvimos que inducirla al coma para darle tiempo a que se desinflamen los golpes, tendrá que estar así por un tiempo, tal vez hablemos de semanas o incluso meses... –veo que mueve la boca, algo más ha de estar diciendo, más no puedo escuchar más, debí llegar antes, tal vez hubiese evitado esta situación–
–Quiero verla –digo apenas me recompongo–
Me hace una seña para que lo siga, pasamos pasillo tras pasillo, hasta llegar a las habitaciones de cuidado intensivo, tras un cristal puedo ver a Sakura, me informa que para entrar, debo de pasar a ponerme una bata, un cubre bocas y una malla para el cabello, lo sigo sin rechistar, lo único que quiero es entrar ya con ella.
Cuando por fin logro entrar, la veo recostada en la cama, tiene un moretón en el ojo izquierdo, el labio lo tiene partido y la cabeza se la tienen vendada, aprieto los puños, tal vez yo debí de matar a Akiho por todo lo que hizo, se ensañó demasiado con Sakura. Me acerco a ella y tomo su mano, está fría, sé que está viva por los monitores que indican su pulso, jamás imaginé verla de esta manera.
–Todo estará bien, te recuperarás y volveremos juntos a Hong Kong –aprieto su mano entre mis manos– festejaremos tu cumpleaños juntos, tengo planeado una sorpresa para ti, necesitas reponerte rápido –una lágrima rueda por mi mejilla, me duele verla de esta manera–
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Los últimos días me la he pasado encerrado en la habitación de Sakura, solo salgo cuando Eriol y Yamazaki entran para sacarme e ir a comer, ni siquiera me da hambre, me esfuerzo a comer un poco y no por que sienta hambre, sino porque no me dejan levantarme hasta que me acabe lo que tengo enfrente de mí.
El médico dice que ha bajado la inflamación en la cabeza, que prácticamente está bajo peligro, sin embargo, ella sigue sin reaccionar, solo me dicen que debo de tener paciencia, que en cualquier momento abrirá los ojos, y ruego todos los días porque ese día sea muy pronto.
Por el estado de Tomoyo, Touya no pudo venir, así que Eriol le mantiene informado todos los días, aunque no hay mucho que informar, cada día que pasa me vuelvo loco, solo quiero ver sus hermosos ojos verdes y su sonrisa, la quiero ver despierta.
