Capítulo 18

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Luego de haberle dicho que me iré a Hong Kong, estuvimos en completo silencio, tal y como llegamos, yo sé que no fue la mejor manera de contarle la noticia y mucho menos era el momento, pero mi salud mental necesita distancia, ella me afecta, más porque no sé lo que siente.

–Descansa –digo apenas entramos al departamento, me voy al sillón y comienzo a acomodar los cojines–

–¿No dormirás en la habitación? –la veo sentarse en el otro sillón–

–No, tienes la cama para ti sola –saco mi móvil de mi bolsillo y lo acomodo en la mesita–

–Si es por lo del colchón inflable, solo bromeaba, no tienes por qué dormir aquí –la veo jugar con sus dedos–

–Sakura, así estás más cómoda, no te preocupes por mí, ve a descansar –sonrío para reconfortarla–

Nunca creí verla en este estado, se ve indecisa, y tampoco dice nada, simplemente juega con sus dedos en su regazo.

–¿Por qué te irás a Hong Kong?

Rompo la distancia entre ambos, me pongo de cuclillas frente a ella, no sé cómo explicarle que su indiferencia me está matando.

–Shaoran, no quiero que estés lejos –dice de repente– ¿puedo ir contigo? –nuestras miradas se conectan, vuelvo a caer en su hechizo–

–Solo serán unos días, debo poner todo en orden, me ayudarías mucho si te quedas –digo una vez más para reconfortarla, aunque llevármela no es mala idea, podría apartarla de aquel sujeto que la tenía abrazada–

–¿Tan rápido te cansaste de tenerme a tú lado? –tuerce el gesto–

–Me vuelves loco, pero no, no me he cansado de tenerte a mí lado –acaricio su mejilla– tal vez algo de distancia nos ayude.

–¿Ayudarnos a qué? Yo te necesito conmigo, no lejos de mí –ella me empuja y pasa de mí–

La veo irse a la habitación, ¿en qué momento todo cambió a ser una pelea? No debería, sin embargo, la sigo a la habitación, ni siquiera voltea a verme.

–No te entiendo, ¿para qué me quieres a tú lado si solo peleamos? –trato de decir neutral, cierro la puerta para que al menos amortigüe los gritos que estoy seguro de que vendrán–

–Eso no es verdad, no siempre peleamos –se cruza de brazos– tú jamás tienes tiempo para nada que no sea trabajo, prefieres hacer otras cosas que pasar tiempo conmigo –se queja–

–Sakura, cuando intento hablar contigo empiezas a gritar –me siento en la orilla de la cama– necesito unos días lejos de ti –me sincero, de nada sirve tratar de ocultar las cosas–

Observo cada uno de sus movimientos por la habitación, no dice nada, simplemente camina de un lado a otro, se va al vestidor y se queda ahí unos minutos.

–¿Por qué necesitas alejarte de mí? –su mirada me desarma, tiene los ojos cristalizados– Si es porque te agarré el auto, prometo no volver a hacerlo, prometo dejar de ser grosera, por favor no me dejes aquí, tú no.

No puedo más, otra vez el canto de la sirena me ha hechizado, me acerco a ella y la rodeo con mis brazos, escucho sus sollozos, no puedo creer que esté llorando.

–No llores, por favor –juego un poco con su cabello– necesitamos un poco de espacio, esto ha sido muy repentino, no pienso dejarte –intento hacer que me mire, aunque no tengo éxito, se aferra a mi playera sin levantar la cabeza–

–Yo no necesito espacio, yo sé lo que siento, sé que te necesito a mí lado... dijiste que me querías –reprocha con la voz entrecortada–

–¿Qué sientes Sakura? ¿Qué sientes por mí, por nuestra relación?

El Dulce Aroma Del Cerezo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora