Capítulo 8

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–¿Nadeshiko? ¿Tú tía se llama Nadeshiko al igual que tú amiga?

Eriol comenzó a hablar, así que es momento de sacarle toda información posible, no puedo seguir con esta incertidumbre, lo miré en busca de alguna reacción, pero lo único que vi, fue su cara de confusión.

–Mi amiga no se llama Nadeshiko –enarcó una ceja–

–La castaña de ojos verdes ¿no se llama Nadeshiko? –sé que parece que soy un tonto, pero necesitaba corroborar información–

–No y tampoco es mi amiga –dijo con cautela– la castaña de ojos verdes se llama Sakura Kinomoto y es mi prima...

Reproduje eso último que dijo varias veces en mi cabeza, ¿escuché bien? ¿Son primos? ¿Nadeshiko es Sakura Kinomoto? No soy quién para juzgarla, pero no soporto que me haya engañando de esa manera, mentirme en su nombre solo para no descubrirla en su juego, ¿qué clase de persona hace eso? Sé que la estoy juzgando, pero no me cabe en la cabeza.

–¿Sakura? Me estuvo viendo la cara de idiota –espeté–

–¿Te dijo que se llama Nadeshiko? –se veía sorprendido– No entiendo por qué lo habrá hecho, pero te aseguro que Sakura es increíble, solo que su vida ha sido complicada.

–Complicada ¿por qué? Eso no le da derecho a fingir.

–Eso solo ella te lo puede contar, de hecho, no debí desmentirla, pero creo que estamos hablando con sinceridad, espero que esto no afecte nuestra amistad.

–¿Por qué habría de cambiar?

Nos fundimos en un abrazo, Eriol siempre será un buen amigo, a él y a Yamazaki les debo mucho, han sido un gran apoyo desde que llegué a Japón y no por estos enredos cambiaría nuestra amistad.

–¿Con cuál de mis primas te vas a casar?

Necesitaba saber, así podría interceder un poco por él, sobre todo porque cuando a mis primas se les mete una idea en la cabeza, no les puedes hacer cambiar de parecer.

–Las confundo, pero me enseñaron la foto de una joven con ojos color carmesí y cabello negro como la noche –lo miré inquisitivo, no sabía que Eriol podría llegar a ser tan cursi–

–Se llama...

No pude acabar, el timbre sonaba insistentemente, me disculpé y fui a abrir, al hacerlo, dos pareces de brazos me estrecharon, llevaba tiempo sin verlas, las extrañaba tanto.

–¡Xiao Lang! –gritaron ambas en mis brazos–

Normalmente me quejo por su efusividad, pero ahora no puedo reprocharles nada, tres años sin verlas, sin saber nada de ellas, y encontrarnos en estas circunstancias no es la mejor, pero qué se le puede hacer.

–¿Por qué escaparon? Mis papás las están buscando –les comenté al apartarlas de mí–

–¡Nos quieren casar con unos ancianos! ¡Puedes creerlo! –gritó Meiling–

–Solo me regresé de París para saber que ya me buscaron marido –Tomoyo se mostraba un poco más calmada, aunque sé que le duele esta situación–

–Creo que se fueron deprisa, porque hasta donde yo sé no son ningunos ancianos, de hecho, uno de ellos es mi amigo, no lo sabía hasta hace unas horas –expliqué antes de que entraran en crisis–

Ambas se miraron, siempre he detestado que hagan eso, porque es cuando traman algo y a mí me excluyen, es lo malo de estar rodeado de puras mujeres, soy el único varón en la familia, los tres nos volteamos luego de escuchar que Eriol se aclaró la garganta.

El Dulce Aroma Del Cerezo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora