Capítulo 11

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Al día siguiente solo Sasuke y Naruto siguieron con el entrenamiento. Pues Sakura y yo fuimos mandadas a escoltar al señor tazuna quien trabajaba en el puente. Había mucha gente yendo de aquí para allá así que lo único que podíamos hacer era estar un poco alejadas del señor tazuna pero sin despegarnos de él, nos manteníamos sentadas en una de las partes ya hechas de el puente.

Por otro lado Kakashi seguía el entrenamiento de mis compañeros y podría suponer que lo estaban pasando muy mal. Y lo decía por experiencia.

-¿kaede, puedo preguntarte algo? -la pelirosada rompió el silencio y asentí con curiosidad. -¿Tu no eres de Konoha, cierto?

Las palabras de anko retumbaron en mi cabeza, no quiera contarle todo pero por lo menos debía decirles sobre mi, después de todo eran mi equipo.

-¿Como sabes eso? -pregunté sin mirarla, no alce la voz para no alterarla ni mostrar que me afectaba. -¿Kakashi te dijo algo?

-No. -fue lo primero en decir, fue ahí cuando la mire a los ojos y en ese mar esmeralda había curiosidad. -En konoha no hay un clan ni existió uno con tus características físicas... -dijo con simpleza y sonreí un poco para aliviar la tensión. 

-Eres inteligente, no se me hubiera ocurrido que tú podrías investigar un poco. -le contesté mirándole atentamente. 

-Esta bien si no quieres decirme, tienes tus razones para ocultarlos. 

Tengo muchas razones. La principal el de proteger a konoha y eso incluye no contarles sobre mi. 

-Vengo de otra aldea, muy lejos de konoha. -solté cerrando el tema y pararme para empezar a seguir al señor tazuna. -Debemos movernos, la jornada de trabajo del señor tazuna acaba de terminar. 

Sakura no pregunto mas y no volvió hablar en el resto del camino. Cuando tocamos tierra empezaba anochecer y cruzábamos el pueblo, miraba mi alrededor con ceros pensamientos en mi cabeza, hasta que choque con alguien pero no vi a nadie pero baje mi mirada para ver a una niña en suelo mientras se tallaba su frente, me agache un poco y le tendí la mano ella gustosa la acepto.

-Lamento haber chocado contigo, pequeña. -sonreí sinceramente tras la expectante mirada de sakura a mi lado. 

-No te preocupes señorita. -dijo sonriendo y me di cuenta que tenia su ropa malgastada y sucia. 

-Sakura, acompáñame a un lugar lejano.. -sakura miró como agarraba la mano de la pequeña y camina con ella. 

-¿¡La vas a secuestrar!? -chillo a mis espaldas y me voltee para hacerle un gesto de que guarda silencio. 

-¡No!. -le dije mientras saca un objeto de mi bolsa ninja. -Te acuerdas de lo que viste en mi departamento. -le recordé el estuche de capsulas que habían agarrado y usado sin mi permiso. 

Ella capto rápido la idea y caminamos algo retirado del pueblo y cuando me fije que no había nadie mirándonos, solté a la pequeña sacado la caja de cápsulas. Si tal vez no la guarde como había dicho. 

-¿Señorita?.. -la pequeña me habló y la mire un momento. -¿Que hacemos aquí? 

-Veras tengo algo que podría ayudarte a ti y a tu familia. -saque la cápsula y la tire al suelo. 

De este salio humo pero luego una pequeña caja estaba en el suelo, sakura y la pequeña miraron con sorpresa, como si se tratase de magia. Me acerque a la caja y la tome para acercarla a la pequeña, enfrente de ella la abrí. 

-Échale un vistazo. -le dije y sin perder tiempo miro dentro de la caja para luego taparse su boca con su manitas.  

Dentro de la caja había comida de todo tipo, bebidas, ropa y algunas medicinas que podían curar algunas enfermedades. Ella la tomó y con esfuerzo fue capaz de llevárselas  no sin antes agradecerme y despedirse de nosotras. 

Las crónicas de una sayajinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora