Capítulo 12

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Después de los tres largos días que tuve que pasar en reposo al fin Tsunade-sama me había dado de alta. Regresé a mi casa no si antes enterarme por parte de Kushina que Naruto estaba entrando con el yondaime quien había abandonado un poco sus responsabilidades de Hokage para entrenar con su hijo, Kakashi había decidió entrenar a Sasuke y habían salido de la aldea para ese entrenamiento. Todos se preparaban para los exámenes chunin.

Menos yo.

Aunque regresé a mi casa me sentía un poco sin ganas y eso tenía muchas razones por ejemplo; la falta de movimiento y por la asquerosa comida que daban en el hospital, era tan fea e incomible era por mucho peor que la mía y eso ya era mucho. Así que no había nada mejor que comer un tazón de ramen para recuperar los ánimos.

Mientras caminaba por el centro de Konoha con dirección al ichiraku, había mucha gente caminando por las calles, entrando de aquí y allá. Me sentía un poco incómoda con toda la situación actual, mis compañeros estaban enterados de mi pasado y cada uno de los hechos. Muy pocas veces me sentía insegura porque no estaba en mis genes, los sayajines no eran inseguros al contrario tenían un orgullo y una gran confianza en si mismo, pero esta vez no me sentía así era como si todas mis capas, inseguridades, miedos y sobre todo errores hubieran salido de su cascarón donde yo misma los había guardado.

Cuando llegue al ichiraku me senté en unas de las sillas que estaban disponibles, el dueño del local el cual era amigo de naruto me pregunto que iba ordenar, no lo pensé mucho y pedí un ramen con miso. Mientras esperaba mi orden unos shinobis de konoha entraron al local y dos de ellos se sentaron a mi derecha, sin prestarles atención suspire un poco para tranquilizar mis ansias de comer mi ramen.

-¿Escuchaste que el hijo del hokage derrotó a zabuza uno de los espadachines de kirigakure?. -dijo uno de ellos y el otro nego.

-De seguro no le hicieron nada porque es el hijo del hokage. -dijo con asco y apreté los puños con enojo. -Si no fuera por el hokage ya lo hubiéramos corrido. Maldito zorro. -bebió de su vaso de agua y me levanté de mi asiento.

-¿Ustedes se hacen llamar shinobis? -pregunte y ellos me miraron expectantes. -Espero abran sus ojos porque él se convertirá en mejor ninja que ustedes. -me gire hacia la salida cuando uno de ellos abrió la boca.

-Nosotros somos ninjas de élite y tu solo eres un genin sin experiencia. -dijo con superioridad. -Solo dices eso porque eres amiga del zorro. -intento golpearme pero antes de que su mano tocara mi cara alguien tomo su brazo.

-Yo no haría eso si fuera tu, taji. -anko lo miró con tranquilidad. -Ella no es solo una genin más, es la subordinada de kakashi y mía. -soltó su brazo y los ojos del hombre se abrieron como platos.

-Anko-sama, disculpe. -dijo con rapidez y anko lo miro con enojo.

-Me pregunto que diría el yondaime si se enterara que hablan mal de su hijo. -alzo sus hombros restandole importancia y ellos se miraron entre si y de mis labios salió una sonrisa.

-No volverá a pasar, pero no le diga nada al hokage.

-Lo pensaré. -dijo antes mientras comenzaba a caminar y yo tras ella.

Nos alejamos del restaurante y le di una última mirada y hice una mueca tristeza porque realmente tenía hambre. Me había atrasado un poco así que camine rápidamente para alcanzar a la mujer delante mío.

-Tú sí que eres un imán para lo problemas. Realmente no aprendes. -me miró de reojo y sentí miedo por un momento.

-Ellos empezaron. -me excuse rápidamente mirando a un lado y sentí un pequeño golpe en mi cabeza. -¡Auch!

Las crónicas de una sayajinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora