"Sistema de seguridad activado. Alfa en celo. Código en proceso, habitación cerrada"
La respiración de Izuku se aceleró al escuchar eso. Si él no era el alfa en celo, solo podría ser —Kacchan... — al verlo notó las pupilas rojas dilatadas y sus colmillos ligeramente más grandes. Estaba listo para la cópula.
—Maldito Deku... Te ves tan jodidamente apetecible...— el sonrojo de su compañero no ayudaba, tenía un delicioso tono rojizo en las mejillas que se iba degradando hasta las orejas, debajo de él, indefenso y vulnerable. Suyo.
Y lo mejor es que lo tenía acorralado, demostrando quién era quien mandaba allí, como siempre debió ser.
—Por favor Kacchan, deja de jugar conmigo... Debes salir, nosotros...— No iban a simplemente pelearse como otras ocasiones, ni mucho menos a charlar sobre las trivialidades de la vida. La obviedad de la situación le carcomía.
—¿Por qué? ¿Tienes miedo de que sea tu alfa? — susurró en su oído, lamiendo la rojez de éste. —Serás mío...— No era una petición, ni siquiera él sabía bien por qué no se detenía, no es como si no supiera que Deku era un omega con el cual simplemente era muy compatible, allá afuera podría encontrarse a su pareja destinada, pero en ese momento, no importaba. Nada lo hacía.
—Pero Kacchan, Nosotros vamos a...— sus labios estaban secos, mientras su frente brillaba con una fina capa de sudor, la cual provocaba que el cabello se le pegara a la cara.
—Sí, vamos a coger, tener sexo, como quieras decirle. — Y eso nadie podría evitarlo, serían un par de días en los cuales no desaprovecharía el joder a Midoriya.
Lamió desde el lóbulo hasta quitar parte del sudor del cuello de Izuku, lo salado de este no le desagradaba, aún así podía distinguir el sabor particular del omega, el toque dulce que le daba los arándanos al mismo. Deku siempre le había pertenecido, era así como el mundo funcionaba, para el gusto o tristeza de muchos.
Los suaves jadeos que generaba el otro le complacían ese lado alfa, saber que estaba provocando placer en su pareja le generaba un gusto indescriptible. Le hinchaba el pecho y procuraba hacerle sentir mejor cada vez.
—¿Por qué no abres las piernas para mí? — Aunque Izuku estuviera ahora sobre sus propias rodillas, las mantenía bien cerradas, solo disfrutando de las caricias que los dígitos del rubio le otorgaban.
Apenado por la situación, permitió a sus piernas abrirse poco a poco, dejando entrever cómo es que sus fluidos bajaban por sus muslos, estaba un poco hinchado también, rosado y necesitado de un alivio.
—Puedes ser tan obediente cuando te lo propones... — su orgullo se incrementaba, que el particular Midoriya Izuku fuera ahora su próximo platillo a engullir, en un futuro sólo él podría estar encima de Deku, en cualquier aspecto. Agradecía infinitamente haberlo descubierto él, y que además su compatibilidad les estuviera otorgando este momento.
Con los afilados colmillos mordió el glúteo izquierdo de Izuku, un par de gotas de sangre salieron deprisa, tan deprisa como su lengua limpió las mismas. Al estúpido de Midoriya, cualquier toque, aunque brusco, le incrementaba la cantidad de líquidos que segregaba su cuerpo. Así que decidió ayudarlo, tocándolo.
—Detente ya...— No se consideraba alguien impaciente, pero en ese momento, el par de dedos que Katsuki mantenía dentro suyo, no eran para nada suficientes, quería algo más, y mejor si era el falo de Bakugou.
—Dime qué es lo que quieres Deku. — Mordió de nuevo la sensible zona, deteniendo el movimiento de su mano, sabía que el trabajo de ésta ya no era suficiente.
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Rechazando mi Destino - KatsuDeku
Science Fiction¿Qué ocurría si un día descubres que no eres el alfa que esperabas? Cambiar de Beta a Alfa era lo esperado, así que ¿Por qué estaba teniendo su celo justo ahora? Un celo de omega. El destino no los une, pero ¿Por qué es necesario seguirlo? Aunque...