Capítulo 10: Descubriendo

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Estuvo gran parte de la noche pensando en lo que ocurrió debido a sus celos posesivos, el temor y la ira que provocó una explosión con sus emociones. No fue correcto, eso lo tiene bien claro y no es ningún estúpido para hacerlo menos.

Deku reposa sobre su brazo, tan tranquilamente dormido que eso le hace sentir mil veces peor, no entiende cómo el menor puede ser tan paciente, eso, irónicamente le colma la propia paciencia. No entiende que no debe confiar tan fácilmente, que debe seguir adelante, pero si eso sucedía, significaba que eso lo podría incluir a él, ser desechado junto con los demás.

Maldita perra sea.

Acaricia la mejilla del omega, sus ojos se habían desinflamado después de 4 horas dormido, ahora su boca liberaba pequeños suspiros y palabras inentendibles, tan sereno como solía serlo, sin el miedo que reflejó antes.

No lo merece.

¿Y? ¿Alguien más sí lo hace?

¿Todoroki? ¿Iida? ¿Tokoyami?

Ningún bastardo es digno, ni alfa, beta u omega. No podía imaginar a alguien que pudiera estar a la altura de Deku, y creyó que siempre pensó de la misma forma, por eso mismo lo trató como algo inferior, denotando secretamente que siempre lo vio como un igual, incluso como algo más, aquella persona que podía quitarle el título de mejor super héroe en un futuro.

Claro, pasaron años creyendo que era un simple beta sin quirk, para darse cuenta de que ahora era un jodido cabrón con una habilidad impresionante, tanto que fue un dolor en el culo descubrir que Izuku ahora no era nada de lo que fue antes, bueno, seguía siendo torpe, inseguro y demasiado ansioso.

Pero el niño entre sus brazos se seguía viendo pequeño, no parecía aquel hombre que rompía todo cuando se lo proponía, sus brazos eran fornidos, pero no al punto de ser exagerados y toscos. Además de que su estómago lo hacía ver más tierno todavía.

¿Cómo ese ser podía ser tan lindo y letal al mismo tiempo?

Porque él siempre tenía la cara del orto, si no le agradaba alguien no hacía el mínimo esfuerzo para cubrirlo, vaya, ni siquiera demostraba cuando alguien sí lo hacía. Mientras que Midoriya iba por la vida con una sonrisa genuina que alumbraba los días de muchos.

Tan adorable que quería encerrarlo.

No, de nuevo esa parte posesiva quería salir a flote

La misma que causó los estragos en el cuerpo de su amante.

¿Qué si era mejor haberle dicho la verdad a Midoriya?

Acerca de todo, y ese todo incluía las verdades que traía consigo Shoto. Hablar desde lo más profundo de sus sentimientos y salir adelante. Decirle que no eran esa pareja destinada de los cuentos de hadas, que había dicho más mentiras que solo esas.

Claro, como si fuese tan fácil decir la verdad

¿No es por eso por lo que las mentiras existen?

Por el duro peso que conlleva ser sincero, la comodidad de las mentiras jamás se compara con el trago amargo de la verdad. Ningún ser humano tiene paciencia infinita, y la verdad es que no quería colmar la del peliverde, porque Deku es determinado, y si llegase a proponerse jamás perdonarlo, sabe que es capaz de hacerlo.

¿Para qué provocar tal estrés?

Juzgado siempre será, que les valga mierda a los demás lo que hace de su vida, no está haciendo nada malo ¿cierto? Simplemente fue una persona que tomó la oportunidad que le brindó la vida, los pasos se dieron tan sencillamente que nunca hubo opción de retroceder.

Rechazando mi Destino - KatsuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora