Capítulo 14: Llegada

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Guía para mantener a un omega contento: Dale mimos cada que te los pida y cuando no, porque si él te los tiene que pedir estás frito; nunca restrinjas la comida, no tienes derecho a decir que es demasiada para su cuerpo, menos si está esperando un cachorro tuyo, porque ese cachorro tuyo es el que pide comida extra, y sobre todo, deja de negarle el sexo, después de hacerlo son las personas más adorables del planeta, van soltando feromonas y su carácter se vuelve mucho más dócil.

Si hubiera sabido todo eso, habría comenzado a ser así desde un inicio, pero por supuesto que era difícil desarrollar una relación con quien decías odiar, adicionando el hecho de que lo anudas y marcas sin su permiso completamente consciente, sí, que su omega haya aceptado no quiere decir que esa parte animal y la humana estuvieran siempre de acuerdo, para su fortuna, ha sido así.

No todos corren con la misma suerte

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— Debe de ser una maldita broma por favor. comentó el rubio sosteniendo a Deku por las caderas, las últimas dos semanas había tenido contracciones, dos ocasiones terminaron en el hospital para descubrir que eran falsas alarmas.

El charco en el piso no era ninguna broma, esta sería la buena. — ¡¿Crees que bromeo?! ¡Joder Katsuki me duele! — las veces pasadas también le había gritado, pero sentirse como que lo están desgarrando por dentro no es tan equiparable a cuando se ha partido todo el cuerpo.

—¿Y qué hago? — la inteligencia no estaba de su lado, no por ahora al menos. —¿Te traigo otro pantalón? — pues el que está usando se empapó por completo y supone que es incomodo andar así por la calle.

¿Qué no iba a nacer el 20 de febrero? Su precioso bebé se le ocurría nacer justo cuando ya habían ordenado la comida.

Los pantalones mojados de Deku no son una broma, y sus muecas de dolor mucho menos.

— ¿Quieres darte prisa Katsuki? ¡Me está desgarrando! — el dolor se asemeja a un cólico muy fuerte, así como que pareciera que algo le está jalando desde adentro... Ahora que lo piensa, fue patético cuando con las contracciones la última vez creyó que ahora sí sería su parto.

— Déjame hablarles a mis padres y los tuyos. — en lo que dijo aquello fue por la maleta que prepararon para el momento, el celular suena un par de veces antes de que su madre le contestara. - Es oficial, ya viene... ¿Puedes decirle a los Midoriya también? — los agradecimientos no eran necesarios, pues se dio más prisa al pedir un transporte.

Decidió sentarse en una de las sillas del comedor, se sentía horriblemente mal tener el culo mojado y lleno de fluidos, sí, siempre supo que esto podía suceder, pero no es lo mismo vivirlo. Por fin, tendrán a su cachorro.

Bakugou le puso un impermeable, supone que el conductor no quería una enorme mancha con sangre en su asiento y por eso mismo lo habían comprado hace un par de semanas por internet.

El calor de la prenda no le molesta, ya que el invierno persiste, sin embargo, se siente sofocado e inseguro, aturdido, asustadizo y de alguna forma, más que ansioso.

— Izuku... — el rubio se puso de rodillas, viéndole a los ojos, practicando la respiración que les dijeron en el último curso al que fueron. — Todo estará bien, para eso tienes a tu puto alfa aquí.

Las primeras lágrimas traicioneras cayeron de ambos ojos. — Tengo miedo... — se ablandó, dejando ver por el lazo sus pensamientos más deprimentes sobre el nacimiento de su pequeño, no es un omega pequeño, pero sí uno que se hizo, su vientre podía tener algún defecto, ¿y si su hijo tenía algo? Bakugou no se lo iba a perdonar jamás.

Rechazando mi Destino - KatsuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora