Capítulo 9: Miedo

6K 628 190
                                        

Los instintos perduran, tal como un animal, muy dentro de sí y solo era cuestión de averiguar la manera de evidenciarlos, aunque tuviera que ver esos ojos suplicantes, aunque fuera odiado, aunque todo fuera mal.

Si lo intentas muchas veces, alguna tendría que funcionar ¿No es así como debería ser? Poco le molestaría devolver el estómago todo el tiempo, nada de eso tenía realmente una importancia elevada a comparación del 'premio' a ganar.

No, Deku no era un bien material, no era el omega a ganar por encima de otro alfa, era algo más, aquello que no podía definir ni explicar. Porque no todo tiene un nombre, y la verdad tampoco quería dárselo ni darse a entender, las cosas del alma no tienen una interpretación concisa.

Tirado en la habitación del edificio, no le quedó de otra que limpiar el desastre que su ira provocó en él, la rabia que se había apoderado de su cuerpo poco a poco fue mostrando su verdadera naturaleza, la cual era más bien una tristeza profunda que terminó en un llanto silencioso.

Con los ojos hinchados abandonó el piso para sentarse en la silla que estaba frente a su escritorio, los jadeos del llanto se transformaron en suaves suspiros prolongados, sí, estaba jodido, dentro de sus emociones, tan destruido que el corazón se sentía roto, no sabía explicar cómo, pero así se sentía, como si no hubiera más que escombros en su pecho.

¿Qué se hace cuando estás roto? Ninguna palabra de aliento es suficiente.

Las pastillas no tienen efecto.

Ningún médico es lo suficientemente bueno para enmendarlo, y no cree que pueda culpar a uno porque no lo haga.

¿Realmente alguien además de Bakugou tenía la culpa de lo que estaba viviendo ahora?

Quizá fue ese profesor que le retuvo, aquél que no le dejó llegar al dormitorio para descubrir primero al omega en su celo.

Tal vez fue aquella estudiante que tropezó justo cuando iba, y por la cual decidió mejor ir a su casa por algunas cosas.

Pero quien más culpa tenía seguía siendo él, él mismo por no hacer lo que siempre hacía, el hecho de romper una rutina le acarreó hasta donde estaba en ese momento.

Joder.

Podría estar ahora abrazando a su omega, acariciando ese lindo y abultado vientre mientras susurraba cosas dulces a su hijo.

Pero no.

No sería así, no lo era y eso le sacaba de quicio.

Deseó desde el fondo de su ser que nada hubiera pasado, que jamás se hubiese enterado, dejar de creer que las parejas destinadas existen, que solo se pueden encontrar compatibles del 90% como mucho.

Que ese día se hubiese retrasado más, al grado de que ningún aroma fuese detectado por su nariz.

Que Deku siguiera siendo el alfa que todos creían.

Que no hubiera nacido.

Cualquier cosa parecía mejor que esto.

¿Qué no era el amor el mejor sentimiento que se pudiera experimentar?

¿Es por eso por lo que el desamor es el peor que se puede vivir?

Lo es.

Tan malditamente lo es.

Los papeles de la beca reposan en el escritorio, sabe que su padre estará encantado por que se vaya, porque sea más apto que sus demás compañeros. Y le asqueaba, saber que esa decisión haría a su padre inflar el pecho de orgullo.

Rechazando mi Destino - KatsuDekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora