No podía cantarle una canción de cuna, sería torturar a su pequeña bebé con sus horribles berridos, tiene compasión por la niña. Además, le gustaba verla tan tranquila como suele ser, solo lloraba cuando se tenía que ir a trabajar, cuando Deku se separaba de ella, al despertar y cuando tardaban mucho en darle de comer.
Su familia dice que han tenido suerte de haber concebido a una criatura con tales características. Eso no se logra fácilmente, y sabe que Izuku no ha podido darle mejor regalo que Bakugou Anzu.
— ¿Ya se durmió? — preguntó un cansado Midoriya, tenía pocas ojeras a diferencia de los primeros meses, ahora ya duerme al menos 6 horas continúas cuando Kacchan puede ayudarle.
El rubio le mostró a la bebé, plácidamente dormida en su regazo. Su cabello comienza a salir más, un verde más oscuro que los ojos de su amante. — Mírala, nada le preocupa.
Izuku suspira, cuando ve a Bakugou cargar a su hija, el mundo se detiene. ¿Cómo un ser puede demostrar tanto amor por medio de una mirada? Parece irreal, que en los grandes brazos de su novio su hija se vea calmada, bueno, él también se siente de esa manera cuando duermen juntos.
Anzu está por cumplir seis meses en dos semanas, y en ese lapso, su relación con Bakugou ha seguido mejorando. La emoción por verlo cada que llega no ha desaparecido, sus labios siguen siendo deliciosos y suaves cuando le acaricia con los propios o el cuerpo entero.
Detesta cuando lo hacen, porque no ha recuperado muy bien el cuerpo esbelto y trabajado que solía tener. Eso se soluciona muy fácil, Kacchan lo veía desnudo y solo con eso tenía al alfa duro y goteando.
Por supuesto que su omega se sentía como todo un maldito orgulloso por aquello.
Por ahora no querían otro bebé, y el método más agradable para ambos era los preservativos, su celo no regresaría hasta poco después de los seis meses de su hija, y ahí aprovecharían para rehacer su marca, fortalecerla y hacer las cosas "bien".
¿Que si está emocionado? Sí, demasiado.
— Anzu es una muy buena bebé. — acarició la cabecita de su pequeña, soltando sus feromonas maternales para que ayuden a que su sueño sea más prolongado.
— Pero quiere balbucear mucho, se enoja y me responde. — motivo por el cual a veces pelean, así es, pelea con su bebé de 5 meses y medio a sus 19 años.
Negó, porque su hija también tiene ciertos comportamientos del rubio. —Es malhumorada con ciertas cosas, eres el menos indicado para hablar de eso, Kacchan.
—Aun así... No me imagino sin ella, ni ahora ni nunca. — su lazo es muy fuerte, podría adorarla sin importar qué. Esos pequeños ojos grisáceos son su color favorito además del verde.
Besó la mejilla de Bakugou, para que después éste lo hiciera con sus labios. —Debes acostarla, aunque no quieras, recuerda que se acostumbran a los brazos y después ya no va a querer dormir sola.
Malhumorado hizo caso, dejando a la bebé en su cuna, no sin antes besarle en la frente, gesto que imitó el peliverde. —Izuku... — miró al omega. —Tengo que decirte algo.
Estar viendo a su hija le daba fuerzas para empezar el tema, porque sí, era muy difícil ser sincero después de más de un año de lo ocurrido.
Pronto sería septiembre, el calor del verano se está yendo, así como sus inseguridades más profundas. Solo espera que Deku pueda entender sus motivos y que no haga oídos sordos de lo que va a decir.
— ¿Hm? Está bien Kacchan... — el ambiente tenso le provoca temor, lo bueno es que ha aprendido a que su omega comunique lo suficiente o en su caso, nada.
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Rechazando mi Destino - KatsuDeku
Science Fiction¿Qué ocurría si un día descubres que no eres el alfa que esperabas? Cambiar de Beta a Alfa era lo esperado, así que ¿Por qué estaba teniendo su celo justo ahora? Un celo de omega. El destino no los une, pero ¿Por qué es necesario seguirlo? Aunque...
