Rechazando mi Destino - KatsuDeku

Capítulo 3: Culpabilidad

Apenas había podido salir del hospital, y no porque quisiera irse, más bien se encaminaba hacia la casa que All Might les prestaría por los próximos meses. El profesor había hecho hincapié de que usaran de ella a su comodidad, no pudo negarse, no tenía el dinero suficiente si quiera para pagar la cuenta del hospital, la cual ya también había sido cubierta por el superhéroe, el cual argumentó que era la obligación de la escuela, pero lo sentía más como su verdadera responsabilidad.

Debía verificar el estado de la vivienda y ver si era habitable en ese momento, pues de no ser así, tenía que conseguir las cosas necesarias. También supuso que él se encargaría de limpiar el polvo que pudo haber acumulado en el tiempo que no estuvo habitada. Estaba cansado y no veía el fin para poder tomar un respiro, aún no sabía qué iba a hacer o qué rumbo iba a tomar su vida, el tiempo le estaba pasando en frente sin poder detenerlo.

Chasqueó la lengua, era momento de buscar un empleo, porque seguramente serían padres y no quería que Deku trabajara, mucho menos cuando escuchó que su pareja estaba aún en desarrollo, y hasta no completar las 12 semanas de embarazo, no estarían seguros de si este era viable o tendrían que realizar un legrado para el bienestar de Izuku.

¿Qué debió haberse pensado mejor las cosas? ¡Por supuesto! Sin embargo, ¿Qué podía hacer? Recordaba los momentos al lado de Midoriya y su corazón golpeaba como un caballo salvaje corriendo por pastizales. El arrepentimiento es algo que jamás llegó, un poco de culpa podría ser, aun así, no cambiaría el trazo de los hechos, había escogido a Izuku como su pareja, le cumpliría siempre, porque él no es de aquellos que se echan para atrás, cobardes ya hay muchos en el mundo.

Veía las llaves viejas, un llavero de un perro colgaba de ellas, tendría que sacarles una copia para que cada uno tuviera un juego, pero seguramente Deku no estaría saliendo mucho de casa, igual ahora no quería preocuparse por eso, solo quería que su amante despertara y le dijera que estaba bien, y aclararles a todos que ninguno de los dos puso resistencia ni se dejó llevar solo por el impulso. Conocía a Midoriya, y quería, rogaba porque él no cambiara de opinión después de su celo.

Un rostro conocido se mostró ante él justo cuando estaba por salir del estacionamiento al aire libre, aquel llevaba unos portavasos para el café, de nuevo con su nombre escrito en ambos contenedores. El color rojo le gustaba, pero verlo en esa cabellera bicromática, le revolvió el estómago. Sonrió, no entendía las razones de Todoroki, pero pronto descubriría qué lo atraía todos los días al hospital.

No pudo alzar primero la voz cuando Shouto le lanzó un puñetazo con la mano libre. —¡Qué bueno que al fin sales del hospital! Te estaba esperando— la furia era evidente, al parecer, recibiría muchos golpes esta semana, al menos quería que no siguieran porque la quijada ya le dolía.

—No tengo humor para más charlas sobre moral— encendió uno de sus brazos, tranquilo. —Lárgate ahora mismo si no quieres que esto se torne peor. 

Todoroki colocó los cafés en una manilla de hielo que hizo en un par de segundos. —No voy a irme. — se arregló las mangas del uniforme. Sin quitarle los ojos del encima al otro.

¿Qué no lo podían dejar en paz? —No tengo ganas, adiós. — No quería tardar mucho en ir a la casa, sentía la necesidad de estar velando por su omega.

—Tú robaste el destinado de alguien más, forzaste a Izuku a hacer algo que no quería, los omegas son cegados por el éxtasis. — Le encaró de frente. —Sabías cuán débil estaba y por eso aprovechaste para arruinarle la vida. 

—No quiero convertirme en un asesino, y menos ir a prisión por matar a alguien que me vale verga. — Los mismos comentarios, sería una cruz que cargar toda su vida, casi que quería tatuarse en la frente 'Jódanse todos'. —¿Quién te crees para estarme diciendo qué debo o no debo hacer?