42.Home sweet home

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Han pasado dos días desde que estoy ya en casa de Nacho.

Isco parece no haberse dado por vencido. Sigue mandándome mensajes a todas horas. Se ha pasado por casa de todos. Y hasta sigue llamándome a todas horas.

Esta broma tiene que terminar ya. Es demasiado cruel.

Les he dicho a Nacho y a María que me iba a ir hoy. No quiero abusar de su hospitalidad. Aunque me lo he pasado muy bien con Ale, con Nachito y con Guille, es hora de volver a casa con mi prometido.

Una vez he recogido todo lo de la habitación, me despido de María, de Nacho y de los niños y salgo hacia mi casa.

Me encuentro con la puerta abierta y algunas fotos tiradas por el suelo. Con los cristales rotos y las fotos arrugadas. Se cuales son esas fotos. Algunas de Galicia. Otras en fiestas y otras con los niños. No se que ha pasado aquí. Una en especial me llama la atención. Recuerdo exactamente el día que fue.

El día que volví a Madrid y estaba lloviendo, con Noa en brazos y yo tiritando. Abrió la puerta y le vi, seco, dentro de la casa y me arrepentí de haberme ido. Mi casa está en Madrid, con él. Me hizo la foto una vez hube dejado a Noa en la habitación. Vino al salón y me echó una manta encima.

El salón lo ha mantenido intacto. Él está sentado en el sofá, de espaldas a mi. Está llorando mientras murmura cosas. Le oigo.

Me acerco a él y le rodeo con los brazos.

-Tranquilo. He vuelto a casa. Por favor. No llores más.

Oigo como suelta un suspiro.

Me pongo en frente suyo y me arrodillo para que me mire. Cojo su barbilla y le levanto la cara para que me mire a los ojos.

-Isco, mirame por favor.-Le digo. Levanta la mirada cansada. Lleva unos días sin dormir.- No me voy a ir. No me he ido. Estaba en casa de Nacho. Sabía lo de la broma. No me voy sin ti.

Por fin reacciona y me abraza.

-No me des esos sustos nunca más. Desde lo de Adam, no me fió si desapareces.

-Lo siento. Pero ya estoy de vuelta. No me voy a ir de tu lado jamas.

-No lo hagas por favor.

-Ven, vamos a darnos un baño mientras los niños duerman la siesta.

Le agarro la mano y subimos al piso de arriba. Nos metemos los dos en la bañera una vez que el agua está caliente, cada uno al lado opuesto del otro. Mirándonos de frente. Observando todos los detalles. Desde sus labios hasta la forma de los ojos. Es como si cada vez que le mirase descubriese una cosa nueva sobre él.

Me cuenta como lo ha pasado estos dos días. Yo le cuento a él como descubrí la broma y que las niñas empiezan a moverse. También discutimos nombres. Los dos acordamos dos nombres preciosos. Una se va a llamar Lilly y la otra Jennifer. Aunque lo acortaremos como Jenn. El nombre de Lilly viene del instituto. Cuando me fui de intercambio a Alemania. El de Jennifer viene de una actriz que a los dos nos encanta. Van a ser las dos muy guapas. También discutimos sobre el aspecto que tendrán. Como Noa es morena y ha heredado sus ojos oscuros como la noche, creemos que las niñas serán rubias y con los ojos azules. El pelo un poco rizado como su padre y esa sonrisa que me encanta.

Una vez nos hemos bañado e Isco está mas relajado, nos vestimos y bajamos abajo a descansar un poco.

-¿A que hora tienes hoy entrenamiento?

-En media hora. Pero viene Marco a recogerme. Tenía miedo de que estuviese deprimido y no quisiese ir entonces entre todos han acordado que vendrá a por mi.

-Ah. ¿Y como está Emma?

-Está a punto de salir de cuentas según me cuenta Marco. Ya han decidido nombre. Le van a llamar Mario. Como la madre de Marco se llamaba María pues si cambias la A por la O...

-Tranquilo, lo he pillado. No hace falta que lo expliques.

-¿Sabes?, Emma me dijo que hasta que no aparecieses no quería tener al niño. Dice que desde que Nina no está, tú y Marco sois lo más importante para ella.

-Yo también la quiero mucho. Es mi mejor amiga.

Llaman al timbre. Debe de ser Marco. Isco va a abrir la puerta y habla con él unos segundos. Luego vuelve dentro y va a por su bolsa para el entrenamiento.

Marco vuelve al coche a esperar a Isco. Al ver que Marco se va, Isco sonríe.

Se acerca a mi por la espalda para despedirse. Aunque sean solo un par de horas es como si se fuese durante todo el verano y solo al llegar Septiembre fuese a volverle a ver. Me abraza y siento como mi corazón va a estallar. Su manera sutil de abrazarme es como si lo hiciera por primera vez aunque los dos sabemos que no es así. Se agarra a mi delicadamente y noto cada parte de mi espalada y tripa por la que sus dedos rozan. Yo giro la cabeza para verle y me encuentro con sus ojos. Esos que tanto me gusta y me enamoran. Para rematar, aparta mi pelo delicadamente y deja un beso suave sobre mi cuello. Sonrio para mi misma como una tonta enamorada. No quiero que él lo note y menos mal que no se da la vuelta porque las mejillas me arden y se que estoy muy colorada. Noto como me roza con su barba recién afeitada y siento que un escalofrío recorre todo mi cuerpo. El momento en el que se despega de mi, vuelvo a estar fría, sin el calor de su cuerpo. Le veo alejarse y no puedo evitar sentir cuanto le quiero. Mientras se aleja, aunque solo sea al entrenamiento, le voy a echar de menos.

Lo se, soy muy dramática.

Como Un Hermano Mayor||Nacho FernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora