Me despierto a la mañana siguiente. Ya hace sol. Pero me apetece salir y estar fuera. Como solía decir mi madre, salir a oxigenarme.
Ninguna se ha despertado todavía. Desayuno poco y salgo sin rumbo alguno. Cojo el coche y salgo de Madrid hasta un pueblo de las afueras. Está en una montaña. Quizá os suene o quizá no. Se llama San Lorenzo del Escorial. Me crié allí y me conozco todo el pueblo. Tardo una hora en llegar. Aparco y me dirijo al monasterio. Es un lugar precioso. Un monumento centenario.
Estoy allí durante un rato, apreciando las vistas al pantano. No hay mucha gente al rededor y estoy bastante tranquila allí.
Me acuerdo de una amiga del instituto. Se llama Jane y no la veo desde hace tres años. La quería mucho y allá donde iba yo, iba ella. Se me ocurre hacerle una visita. Sería divertido. Vive aquí cerca. A estas horas ya debe de haber salido a correr, como todos los días. Se cual es el recorrido que hará. Siempre es el mismo. Voy hasta el parque donde pasa. Está exactamente igual que cuando me fui. Fue duro dejar todo esto atrás por la carrera que me gustaba. Me tuve que cambiar de instituto. No llegué a perder el contacto con ella pero tampoco he vuelto a venir.
Como me imaginaba, ella aparece corriendo un rato después de llegar. Va con los auriculares y no me ve al principio. Agito la mano y su mirada se posa en mi. Se acerca a mi y me abraza.
-Cuanto tiempo. Me alegro de verte.
-Y yo a ti.
-Thalía, me gustaría quedarme pero es que he quedado y no puedo llegar tarde. Se va a pensar que le he dejado plantado.
-No te preocupes. Vendré a verte.
-No te ofendas pero hace tres años me dijiste lo mismo y no supe de ti.
-He venido. Aquí me tienes.
-Vale. Lo que tu digas. ¿Nos vemos esta noche en el punto de encuentro habitual?
-Esta echo. Allí estaré.
Se vuelve a ir corriendo en dirección contraria de donde había venido. Esta mañana ha echo muy bien en mi.
Vuelvo al coche y me dirijo a Madrid. Al entrar en casa, están las dos despiertas y mi cara vuelve a ser de enfado. Me espera una discusión bastante grande con Nina. Ella dirá que quiere que la perdone y yo diré que no puedo.
Y... Eso es lo que pasa.
-Por favor Thalía. Se que Adam y tu teníais algo pero en cierta parte no fue mi culpa.
-De donde sacas lo de que no fue tu culpa. Claro que lo fue. Se que es irresistible. Pero me da igual.
-Por favor Thalía, dame una oportunidad.
-Es la ultima que te doy. -Estiro lo mano.-¿Amigas de nuevo?
-Amigas.
Me dala impresion de que se me olvida algo muy importante. Pero que.
Ya entrada la tarde y a punto de encontrarme con mi amiga, empiezo a vestirme.
Un vestido morado de tirantes. Es para invierno porque es muy grueso pero merece la pena ponérselo. Tiene mucho vuelo. Al girar, parece un tutú. Una diadema de flores y unas bailarinas terminan el conjunto. Cojo las llaves y me despido de las chicas.
Al llegar a nuestro punto de encuentro, ella ya ha llegado. Está con un chico.
-¡Thalía! Que bien que hayas venido.
-No me lo habría perdido por nada.
-Mira, este es Iván.
-Encantada.-Digo.
Nuestro punto de encuentro era secreto hasta ahora. Solo lo sabíamos ella y yo. Lo encontramos un día que huíamos de unos abusones que no nos dejaban en paz. Un día, entramos en la avenida principal y nos metimos en unos arbustos. Al salir de ellos por el otro lado, nos encontramos con un espacio lleno de hierba. Como un prado. Pero mucho mas pequeño. Ahora, en primavera, esta lleno de flores. Con rosales, margaritas, lilas y amapolas.
Ha extendido una manta de pic-nic. También tiene una cesta.
Nos lo pasamos muy bien. Se pone el sol y salen las estrellas.
-Y como os conocisteis.
-Como todo él mundo. En algún sitio. Esta vez, nos presentó una amiga.
-Pues le salió bien.
-¿Y tu?-Me pregunta Jane.-¿Estas con alguien?
-Pues...
Ostras. Isco. Había quedado con él hace veinte minutos. No me acordaba.
-Me tengo que ir chicos.
Por que. Porque me he olvidado de Isco. Se va a enfadar.
Me llega una llamada de Nacho.
-Donde estas. Isco pregunta por ti.
-Ya lo se. Ya voy.-Le digo.-Dile a Isco que estoy llegando.
-Pero no es verdad.-Dice él.
-No. Pero salgo ahora mismo.
-Donde estas.
-En San Lorenzo Del Escorial.
-No corras. Vuela.
Cuelgo y recojo mis cosas. Mientras he hablado con Nacho, Jane e Iván se han puesto a besarse. Decido darles intimidad en esta preciosa noche y dejarles solos.
Antes de irme, cojo un ramo de flores.
Nacho me tiene que mandar la dirección de Isco. No se como actuar. No se como se lo va a tomar.
Cuando llego, el portero me deja pasar cuando Isco confirma que voy a verle a él.
Está en la puerta de su casa.
-Lo siento mucho.-Le digo.
-Tranquila. Se que es difícil no perderse por aquí.
-Si... Bueno, en parte es por eso. No te voy a mentir. No me acordaba.
-No pasa nada. ¿Nos vamos ya?-Dice él.
He venido en autobús así que vamos en su coche. Me pongo a su lado y me mira.
-No se a donde vamos pero si no arrancas no llegaremos nunca.
-¿Por que has decidido venir?
-Porque me has invitado.
-Pero podías haber no venido.
-He venido porque no te conozco y puede ser que me sorprendas.-Digo yo.
-No es por eso. Estoy seguro de que es otra cosa.
-¿Y tu por que has querido quedar conmigo?
-Porque, al ser futbolista, todos quieren conocerme. De echo, mucha gente cree conocerme cuando ni yo me conozco. Quiero ser yo mismo. Quiero ser generoso, valiente, querido por todos, amable... Bueno, tengo que hacer un esfuerzo por la mayoría de esas cosas.
Me mira a los ojos. Son sinceros. Me dan ganas de besarle pero no creo que sea el momento de hacer eso.
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Como Un Hermano Mayor||Nacho Fernandez
Fanfic-Nunca pensé que fueses tan insufrible.-Le digo. -En el fondo me aprecias. Tanto tu como yo lo sabemos.-Me dice él. -A ver si te enteras Nacho. Que seamos mejores amigos no significa que puedas hacer lo que quieras. -Eso lo dices ahora. Veras en uno...