20. Domingo de partido

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Le veo de frente. Me bloqueo y no se que decir.

-Lo siento.-Digo yo.

-No, lo siento yo. Por haberme puesto así, por no haberte escuchado y por haber liado aquello con tu hermana.

-Tranquilo.

-No es que no te prestase atención, es solo que estaba alterado. ¿Leíste la carta que le di a tu hermana?

-No se la diste a ella.-Me mira sin comprender.-Era yo. Ella empezó a decirte eso como si fuese yo, pero me diste a mi la carta.

-Entonces... ¿Le dije a tu hermana que la quería?

-Bueno... En teoría no dijiste que la querías. Solo dijiste que habías cometido un error.

-Pero... ¿Me perdonas?

-Claro. Presiento que todo va a ir a mejor a partir de ahora.

Le abrazo y siento que todo vuelve a tener sentido.

Me deja entrar en su casa y cenamos juntos.

-¿Me prometes que no te iras de mi vida?

-Eso suena muy cursi.

-Lo se. Pero prometemelo.

-Vale...

Al rato, parece que ya se nos ha olvidado la pelea que hemos tenido.

Cuando ya se ha echo tarde, y ya ha pasado la mayoría de la tarde, me toca irme a mi casa. Mañana por la mañana he quedado con Alba y pasamos el día juntas antes del partido.

En mi casa, ceno, me pongo el pijama y duermo. Demasiadas emociones en el día.

Justo cuando estoy a punto de dormirme cuando suena el movil.

-Pero que diantres.

Dejo que suene hasta que para. Sonrió e intento dormirme, pero vuelve a sonar.

Cojo el móvil y descuelgo. Intento que mi voz suene amable, pero no lo consigo.

-¿Si?

-¿Thalía?

-Si, quien es.

-Soy Nico.

-Nico, ¿sabes que hora es?

-Si, las diez y media.

-¿Tan pronto?

-Si.

-Está bien, dime.

-Me preguntaba si... Te apetecería quedar algún día y tomar algo. Te invito a comer.

-Emm vale.

Cuelgo antes de que me diga el día y la hora.

Bueno, creo que debería aclararos primero una cosa. Nico es algo así como... Mi amor de la infancia. Bueno... Yo estaba colgada por él y durante un tiempo él lo estuvo por mi pero yo lo estopeé todo. Luego me gustó durante unos años mas, y después me olvidé de él.

Mi vida ha sido un lío. Lo se.

Me acabó durmiendo, con la ventana abierta, el ventilador puesto y la manta a los pies.

Me despierto relativamente tarde. A solo quince minutos de que venga Alba. Me levanto, hago la cama, limpio la habitación,  desayuno, me visto, me maquilló, me peino y me pongo los zapatos. Cuando he terminado, solo quedan tres minutos para la hora acordada.

Alba siempre llega tarde, menos a clase, duerme mas que yo.

La espero media hora hasta que llega. Tarde, como siempre claro.

Como Un Hermano Mayor||Nacho FernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora