46. Un poco de normalidad

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-Soy Nerea Ramil. Aunque todos sabéis quien soy. Es mi obligación presentarme.-Dice mi hermana desde el marco de la puerta.

-Bueno, Marco, eres el único que no la conoce formalmente, Emma, tú la conoces ya bien, y tu, Isco, más de lo que me gustaría.

-¿Vas a estar siempre recordandomelo? Fue un error.

-Ya. Marco, ella es Nerea, mi hermana.

-Ya me había dado cuenta.

-Bueno, pues yo he venido a hablar con mi paciente.-Dice dirigiéndose a Emma.-Vas a pasar aquí los siguientes tres días, luego veremos si puedo darte el alta.

-Está bien. ¿Hay algo preocupante?

-Bueno, siento comunicarte que no vas a poder tener mas hijos debido a lo arriesgado que ha sido este. Lo siento mucho.

-Vale... Gracias...

Se que intenta ser fuerte. No le va a ser fácil. Nerea sale de la sala y Emma vuelve a llorar.

-Emma, cariño. No importa. Podemos adoptar. Y piensa lo así, ya no hace falta que...

Le susurra unas palabras al oído a Emma y ella sonríe y se sonroja.

-No hace falta que lo susureis. Sabemos a lo que os referís.

Se vuelven a sonrojar los dos y se dan un beso.

-Bueno, creo que nosotros nos deberíamos ir yendo. Nacho se debe de haber hartado ya de Noa y Alejandra. Cuando de juntan son un peligro para la humanidad.-Dice Isco.

Los cuatro reímos y nosotros nos vamos.

-¿Marco se ha cogido la baja?- Le pregunto a Isco.

-Si. No va a jugar esta noche.

-Ah, vale. Yo me quedo con Noa en casa.

-Vale. ¿Puedes ir a por Isquito a casa de Victoria?

-Claro. Hace mucho que no la veo.

-¿Sabes que es muy raro su mi novia y mi ex-novia sean amigas?

-Y que le vamos a hacer. Es muy maja. No como la lunática de Sara. Con respeto. Se que estuviste con ella y la quisiste pero es que... Yo no la soporto.

Él se ríe y sigue conduciendo tranquilamente.

Me deja en casa de Nacho con María y él se lleva a Nacho al estadio.

-Hola Thalía. Pasa.

-Hola. Vengo a por Noa.

-Vale. ¿Que tal si te quedas a cenar con los niños?

-No quiero molestar.

-No tranqui. Las niñas se lo pasan muy bien. Podemos pedir pizza y así juegan un rato más.

-Vale. Me has salvado de una buena. No me apetecía cocinar.

Ella se ríe.

-Voy a por Isquito y ahora vuelvo.

-Vale. Voy pidiendo y luego les ponemos el partido.

Salgo de casa con el bolso y me meto en el coche para ir a casa de Victoria.

Al llegar, las luces de la casa están apagadas. Puede que hayan salido a dar un paseo.

Llamo a la puerta y espero. Me abre Victoria con una sonrisa.

-Hola. Cuanto tiempo.

-Hola. ¿Que hacíais?

-Estaba viendo con Isquito una peli. Creo que se llama Cars. O algo así.

-Ah, si, le encanta esa película.

-Pasa. Nos tomamos algo. La peli está a punto de acabar.

Paso dentro de la casa y vamos a la cocina. Pasamos por el salón y veo al pequeño en frente de la tele.

-Hola Isco.

No me responde. No creo ni que me haya oído.

-Dime. Que quieres tomar.

-Con agua me basta.

Nos sentamos en la cocina y nos ponemos al día de todo.

-Veo que estas embarazada. ¿De cuanto?¿ocho meses?

-No. De cinco. Son mellizas. No veas lo agotador que es.

-Me lo imagino. Pobre. ¿Que ilusión tener mellizas no?

-Si. No nos lo esperábamos. Creíamos que seria una. Imagínate las sorpresa cuando los dijo la chica que había que poner dos cunas.

Ella se ríe.

-Con este fue fácil.

-Es un amor de niño. Quiere mucho a Noa y la cuida. Dicen que son mejores amigos.

-Siempre habla de ella y hasta hoy no he sabido quien era. Siempre dice: Hoy he jugado con Noa. Hoy Noa ha venido a buscarme al cole. Noa ha dormido conmigo.

-Que mono. Si, la verdad es que están muy unidos.

-Van a ser la alegría de la casa.

-Si. Lo van a ser.

Hablamos un rato mas hasta que aparece el pequeño.

-Mami, ya ha terminado la peli. ¿Cuando viene papi?- Se da cuenta de mi presencia y sonríe.- ¡Thalía!

-Hola peque. ¿Te parece si nos vamos a casa de Nacho a cenar y vemos el partido de papá?

-¡Si! Voy a ponerme la equipación.

El peque sube las escaleras.

-Vic, te voy a pedir un favor.

-Vale.

-¿Puedes quedarte con Isquito y con Noa la semana que viene? Isco y yo nos vamos con unos amigos a California como sorpresa para ellos. Nuestra amiga es de allí, ha tenido un niño y lleva mucho sin ver a su familia.

-Claro. No te preocupes. Me los quedo a los dos.

-Gracias, de verdad.

-No hay de que. Seguro que Noa es encantadora.

Cuando baja Isco con la equipación ya puesta, me despido de ella y meto a Isquito en el coche.

-Van saberlo. a que si Thalía.

-Claro cariño.

-Y papá va a marcar gol.

-Claro.

Llegamos a casa de María cuando quedan quince minutos para empezar el partido. Isquito entra corriendo y tira la mochila en la entrada.

-Ay que desastre de niño.-Digo yo entrando por la puerta.

-Bueno, por lo menos no dejará la ropa tirada, ¿no?

-Eso es verdad. Lo recoge todo en la habitación. Es como sus padres. Los dos lo tienen todo recogido pero cuando entran en casa, su padre y él dejan las bolsas y mochilas tiradas en el suelo.

-Estos no. Nos les dejo. A ninguno de los tres. Y cuando Guille crezca tampoco.

-Está bien saberlo.

Las pizzas llegan y los niños se revolucionan. Casi no nos dejan partirlas antes de coger un trozo cada uno y sentarse a ver el partido que ya ha empezado. Juegan contra el Levante.

Acabamos pasando una buena noche. Los chicos ganan y cuando termina el partido, me llevo a los niños a casa. Isco llega una hora mas tarde después de ducharse y hablar con el equipo sobre el partido de hoy. Al llegar a casa, se pone el pijama y cae rendido en cuanto toca la cama.

Como Un Hermano Mayor||Nacho FernandezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora