Capítulo 11: Invitado

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Te dejo esta canción por si quieres escucharla mientras lees este capítulo.

"A veces el demonio nos engaña con la verdad y nos trae la perdición envuelta en lo que parece inocencia."

William Shakespeare


| VICTORIA'S POV |

Me levanto de aquella cama, que  parecía muy cómoda pero me a dejado adolorido el cuerpo, y empiezo a buscar ropa con la que cambiarme, hasta que encuentro la ropa que llevaba el día anterior puesta, perfectamente doblada y con un aroma agradable. 

Ya vestida, salgo de la habitación y camino por el extenso pasillo de esta mansión hasta que algo capta mi atención. Una de las puertas que vi ayer cerrada con llave estaba abierta, la curiosidad se apodera de mí y decido entrar.

Las cortinas impiden que los rayos del sol entren a la habitación y no puedo encender la luz porque pueden descubrir que estoy aquí. Pese a la oscuridad  puedo ver un poco la decoración, es la habitación de un hombre y está bastante descuidada, ya que al pasar mi dedo por un escritorio, este se ensucia de polvo. 

Acabo de inspeccionar la habitación, ya que no hay mucho que mirar por la oscuridad y salgo. Me dirijo a las escaleras y cuando me quedan seis escalones puedo ver que la misma empleada, que ayer me entrego ropa para dormir, está hablando sola y riéndose, bajo los escalones que me quedan para ver si está hablado con alguien más pero alguien coge mi hombro y me lo impide.

—Tranquila, eso es normal en ella— me giro para verlo, lleva puesto un traje muy elegante.

—¿Hablarle a la nada es normal?— frunzo el ceño.

—Para ella sí, tiene alzheimer.

— Oh, lo siento. 

—No te preocupes—dice Christian—Hablar sola es uno de los tantos síntomas que tiene esta enfermedad. 

—¿Como se llama?—pregunto.

—Se llama Beatrice, ha sido como una madre para mis hermanos y para mí, una madre cariñosa que siempre anhelamos pero nos tocó al mismísimo demonio como madre— noto dolor en sus palabras—Siempre le digo que es más que una empleada y que descanse pero no me hace caso.

—Tengo que recoger unos papeles de mi despacho, cuando vuelva te llevaré a tu casa — intenta cambiar de tema.

—Te espero en la puerta— digo, él asiente y se va.

Cuando le pierdo de vista, miro a Beatrice y esta no nota mi presencia, de modo que con cuidado abro la puerta y salgo de esa mansión, esquivando guardias y teniendo que arrastrarme por los suelos.

[...]

Una vez llego a mi mansión, noto que esta se encuentra muy tranquila y eso es muy extraño. Busco a mi nana, debido a que no encuentro a ningún empleado, y le pregunto si sabe donde están los chicos y me dice que se han ido ha hacer una misión, todos menos Maleck que se encuentra solo en la casa. 

— Maleck le ha dado el día libre a todos los empleados que estaban en la mansión, a mi me ha dicho que me vaya a comprar al supermercado pero me he dejado la lista de la compra y he vuelto— dice en voz baja.

—¿Maleck está en su cuarto?—digo de la misma forma.

—Me parece que sí, a este muchacho le pasa algo—estoy de acuerdo.

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