Capítulo 13

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— ¿Este es el momento oportuno?

— Hmm – hace una mueca – ¿Para disculparme? Planeaba hacerlo mientras te hacia el amor.

— Terrible plan – balbuceo con una risita.

Tomo su rostro con mis manos para besarlo, porque no resisto más la espera y me corresponde pasando sus brazos por mi cintura.

— Lo siento – susurra entre el beso – De verdad iba a llamarte, pero adelantaron la fecha de los chicos y yo...

Dejo de besar su cuello para mirarlo a los ojos. De verdad está estresado. Acaricio su cabello con ambas manos y sonrío.

— ¿El concierto?

— Si. Resulta que el auditorio se va a ocupar y nos adelantaron la fecha.

— Oh, pero estoy segura que les irá bien, seguro los has estado preparando con anticipación.

— Si, pero aún así me siento muy presionado – pasa las manos por su cabello con ansiedad – Dime que vendrás conmigo, estarás ahí.

— Si, claro.

— Bien, ahora solo me queda estar ahí para calmarlos.

— Lo harás – beso sus labios – Lo harán muy bien.

— Tienes mucha fe en mi.

— Dijiste que la música era lo que te apasionaba, así que estoy segura que te entregas totalmente a ello y tus alumnos se dan cuenta.

— Mierda, debí decírtelo desde el inicio para que me dieras ánimos.

— ¿Lo ves? Puedo ser comprensiva.

Christian se ríe de mis palabras, sus brazos me acercan más a su cuerpo. Me acerco de nuevo a besarlo, pero el sonido que viene de afuera nos distrae.

Cristal rompiéndose, algo golpeando una pared, una puerta cerrándose con fuerza. Más golpes contra la pared y muchos gemidos provienen de la otra habitación.

— ¿Qué fue eso? ¿Están teniendo sexo o matándose?

— Un poco de ambos – me río.

— Pues espero que tu amiga lo mantenga en su habitación, que le rompa el cuello si es necesario porque no quiero dejarte ir.

— No voy a ningún lado, aún.

Lo jalo de la corbata para llevarlo hasta la cama y me siento en el borde. Él apoya sus manos a cada lado de mis piernas, mientras le desanudo la corbata y quito la camisa.

— Eres preciosa – susurra en mi oído.

Besa detrás de mi oreja y sigue su camino por mi cuello, haciéndome gemir cuando sus dientes muerden mi piel.

— ¡Christian! Deja de moverte, no alcanzo el cinturón.

Sonríe elevando la comisura de su boca y se endereza frente a mi. Lanza el cinturón al piso y desabrocha el pantalón.

— Déjame compensar mi falta.

Pone sus manos en mis hombros y me empuja para que me recueste en la cama, con las piernas aún colgando del borde.

Se inclina para subir mi vestido ligero hasta mi vientre, lo suficiente para besar mi ombligo y continuar su camino hacia abajo.

Sonríe, sus ojos brillantes y pupilas dilatadas. Un jadeo se me escapa cuando lo veo arrodillarse frente a mi, deslizando mi ropa interior fuera de mis piernas. Mierda.

— ¿Chica tímida? – se ríe y empuja mis piernas para separarlas.

Sus manos recorren la parte interior de mis muslos y tengo que levantar la cabeza para ver su cabello cobrizo entre mis piernas.

Primero sus dedos acarician la parte más sensible de mi cuerpo, pero cuando son sustituidos por su lengua no puedo evitar gemir.

— Christian...

Presiona, primero lento y luego rápido. Arqueo el cuerpo en respuesta a la sensación cálida que me recorre de arriba a abajo, su barba espesa me hace cosquillas.

— ¡Te perdono! ¡Te perdono! – Chillo haciéndolo reír.

Mis manos temblorosas acarician su cabello, luego las toma cuando se aparta, obligándome a sentarme para sacar el vestido por mi cabeza.

Me recuesto de nuevo en la cama, observo a Christian terminar de quitarse el pantalón y viene hacia mi, posicionándose entre mis piernas.

— ¿Estoy perdonado?

— Por ahora, pero si vuelves a hacerlo te costará mucho más que esto.

Dejo de hablar cuando hace un camino de besos desde mi vientre hasta mi cuello, deteniéndose en mis senos para mimarlos.

— Christian... – vuelvo a jadear – Date prisa...

— ¿Impaciente? – se ríe.

Sin perder más tiempo se desliza dentro de mi, suave y por completo. Mis piernas suben a su cadera para empujarlo contra mi para que empiece a moverse.

El calor sube por mis mejillas cuando comienza a embestir con fuerza. Jadeo, gimo, me estremezco y susurro su nombre totalmente pérdida en las sensaciones de mi cuerpo que él provoca. Jamás había deseado a nadie tanto como lo deseo a él.

Arqueo la espalda cuando el orgasmo me consume. Sus movimientos se vuelven más rápidos y sé que él también está cerca, lo siento. Su respiración agitada resuena en mi oído.

Presiona sus labios y mi nombre sale en un sexy gruñido de su boca. Besa mis labios, se inclina para besar el lugar en medio de mis senos y se recuesta a mi lado, agitado.

— Creo que tu amiga mató a Elliot – dice y me río.

— Tienes razón, no hacen ruido – me recargo en su pecho para acariciarlo.

— Juro que iba a golpearlo si intentaba besarte.

— ¿Besarme? ¿Por qué me besaría?

— Preparó la cena para impresionarte – lo veo entrecerrar los ojos – Bueno, la trajo desde el Fairmont, pero jamás lo vi esforzarse tanto por alguien.

— Bueno, no lo escucho quejarse porque Vania está con él.

Estamos en silencio por unos segundos, así que escuchamos cuando la puerta más cercana se abre y se cierra. Esa es mi señal.

— Creo que mi amiga está lista para irse – Me levanto de la cama para buscar mi vestido y mi ropa interior.

Rayos. ¿No puedes quedarte?

— No. Debes estar concentrado en tu evento, después de eso iremos a mi departamento. Te quedarás a dormir.

— Bien.

Se sienta en la cama y me acerco para besarlo una última vez antes de irme. Tomo mis zapatos en la mano para salir sigilosa de su habitación hasta la sala, donde dejé mi bolso.

Lo tomo del sillón y me giro para ver a Vania, solo que no es ella. Es Elliot quién está parado en la cocina, mirándome. Lleva una botella de agua en sus manos. Mierda.

— ¿Ana? ¿Nos vamos? – Vania susurra desde la puerta entreabierta del pelirrojo.

— Por favor – le pido con una súplica.

Sin decir nada, ni mirarlo, camino hasta la puerta de su departamento y salgo. Eso sí que fue incómodo.

Amigos + Beneficios (Versión Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora