Capitulo:28 Recuerdos y torres oscuras.

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Riley había pasado parte de la noche destruyendo las torres oscuras, solo decidió volver a la gran cueva cuando noto que Moon estaba cansada. Cuando volvió a la cueva casi de madrugada se dio cuenta de que los chicos dormían alrededor del fuego. Lo habían mantenido encendido y su cena caliente para que cuando llegara pudiera comer algo.

La chica se daba cuenta la suerte que tenia de tenerlos en su vida, y cada segundo lamentaba mas la muerte de Ñala. No dejaría que ninguno de sus amigos corriera la misma suerte que el león. Los protegería con su vida. Y mataría a la reina en cuanto tuviera la oportunidad.

-¿Estas bien? -Riley miro hacia Zoey que se reincorporaba para quedar sentada, mientras se frotaba los ojos. -Hemos asado algo de carne pensando que te haría falta una cena contundente.

-Si, destruí las torres sin problema. -Riley se sentó junto a Zoey para comenzar a comer, no tenia mucha hambre, pero no podía estar sin comer. Aquel universo requería toda la energía posible.

-Quiero pedirte disculpas. -Al escuchar a Zoey decir aquello, Riley pensó que estaba soñando.

-¿Porque? -Riley alzo una ceja esperando que le dijera una buena respuesta.

-Porque fue mi culpa que te dejáramos tirada cuando llegamos al pueblo de los Gnomos. Mi orgullo no me dejaba pensar con claridad, pero no estuvo bien. -Zoey parecía estar siendo sincera.

-Te creo, y ya esta todo perdonado. No te preocupes. -Susurro Riley que no fue capaz de comer mas por mucho que lo intento.

-Pero quería decírtelo. Te voy a apoyar siempre. ¿Podemos volver a ser amigas? -Zoey estaba preocupada, se le notaba en la voz.

-Somos amigas Zoey. -Dijo Riley, que no entendió lo que la chica quería decir.

-Se que somos amigas... pero quiero que volvamos a ser amigas como antes. Cuando eramos pequeña e iba a jugar a tu casa a las muñecas ¿Te acuerda? Me llevaba a mi barbie... y un día le pintaste el pelo rubio, con permanente rojo para que se pareciera a ti. Me dijiste: Ya tienes una muñeca de Riley. Yo me enfade un montón... pero aun tengo guardada esa muñeca. -Al escuchar todo aquello Riley no puedo evitar sonreír, ya se había olvidado de aquello, eran apenas unas niñas de seis o siete años cuando aquello paso. Como eran vecinas, sus padres dejaban que se pasaran el día juntas en casa de una o de la otra. A decir verdad habían crecido como si fueran hermanas. De echo desde la ventana de su habitación podía ver la habitación de Zoey. De pequeñas todo iba bien hasta que llegaron al instituto. Aunque siguieron siendo amigas, ya no era lo mismo. Y ahora echaba de menos aquellos días.

-Me acuerdo de esa muñeca. Me pegaste con ella en la cabeza cuando te diste cuenta de que le había pintado el cabello. -Las dos se sonrieron, por primera vez desde lo de Ñala pudo sonreír. Aunque interiormente aun sentía ese dolor profundo en el pecho.

-Lo se, te deje un gran recuerdo de esa muñeca. -Dijo Zoey que cogió la mano de Riley.- Sabes, me encantaba que tu padre trabajara desde casa cuando eramos pequeñas, nos podía llevar a pasear y al cine. Cuando empezó a trabajar fuera de casa creo que me dolió mas a mi que a ti. -Confeso Zoey.

-A el le encantaba ir al cine para ver películas de animación, supongo que era mas infantil que nosotras. -Las dos rieron al recordar aquellos momentos, su padre cada vez que se estrenaba una película, le compraba a las dos un disfraz que tuviera que ver con la película y las llevaba disfrazadas al cine. -Aun tengo mucho de esos disfraces.

-Yo también. -Dijo Zoey mientras reía y recordaba aquellos momentos. -Tu padre siempre fue como un padre para mi... aun recuerdo del desastre que se lio cuando intentamos hacerle una cita a ciegas con mi madre. -Recordó la chica. El padre de Zoey había fallecido cuando la chica estaba recién nacida. Por lo que tenían en común que las dos carecían de una figura paterna o materna.

La Jinete Elegida. #wattys2019Donde viven las historias. Descúbrelo ahora