Febrero del 2018, era una noche un poco fría, el joven Ulises, recién llegaba de su trabajo a un pequeño pueblo ubicado en las afueras de la ciudad de Guadalajara Jalisco, eran alrededor de las 2:00 a.m., se sentía muy cansado, pues había tenido una larga jornada laboral, lo único que deseaba era llegar a su casa, la cual no estaba muy lejos de donde lo solía dejar el camión de su empresa. Para él era un camino de rutina, pues ya tenía tiempo trabajando en la ciudad y ya se había acostumbrado al turno nocturno y a recorrer siempre las mismas calles en ese remoto y pequeño pueblo.
En su casa lo esperaba su esposa Marlene, la cual estaba embarazada de un niño, y faltaba poco para que naciera. Esa noche Ulises al bajar del camión, tomó la misma ruta de siempre, era un camino algo profundo, el aire soplaba suave y llevaba con él la tierra que desprendía del suelo, ya que allí no habían calles pavimentadas, solo tierra, algunas casas y árboles.
Apenas y se podía ver en las noches, pues lámparas de iluminación en las calles eran escasas, además de ellas, la tenue luz de la luna acompaña su camino. Caminaba lentamente, el único sonido que escuchaba era el de sus pies arrastrando en la tierra, debido al cansancio de estar de pie durante todo su turno laboral. Corrientes de aire llegaban de repente, mismas que agitaban los viejos arboles de los costados. Llevaba sus manos dentro de sus bolcillos, pasó afuera de una pequeña escuela, y cuando iba a medio camino, pasó al lado de un árbol con pocas y secas hojas, y algo llamó su atención fuertemente al grado de detenerse por un segundo sin quererlo.
Levantó la mirada, tragó saliva y no podía asimilar lo que veía arriba en el árbol, en unas ramas estaban parados dos ancianos ya de edad avanzada, era una mujer y un hombre que lo miraban fijamente. Rápido disimuló no haber visto nada y siguió su camino a paso apresurado, sin mirar atrás, de pronto logró escuchar como murmuraban desde el árbol a sus espaldas, no entendía lo que decían, intentaba no prestar atención, seguía caminando y parecía que el camino se alargaba cada vez más, estaba muy nervioso y a pesar del fresco de la noche, estaba sudando mucho.
Unos cuantos pasos después dejo de escucharlos, así que miro hacia atrás y ya estaban debajo del árbol mirándolo fijamente mientras sonreían, rápido giro y pudo correr lo más rápido que sus cansados pies le permitían, y justo detrás podía sentir como lo seguían, como le respiraban y le murmuraban casi en la nuca. Gritó por el inmenso miedo que recorría su cuerpo y corría a toda velocidad, era su forma de desahogar el pavor que tenía. Rápido llegó a su casa y con sus manos temblorosas introdujo la llave y abrió la puerta, la cerró en cuanto entró, parecía que se le salía el corazón. Entró sin encender las luces directo a su cama, no quería despertar a su esposa, pero tuvo que hacerlo, tenía mucho miedo. Le hablo al oído.
-Marlene, mi amor... susurró con voz temerosa.
Y justo al decirle eso, ella se giró hacia él. Y al verla a la cara, a pesar de la poca luz que había, se dio cuenta que no era su esposa, sino la anciana que estaba en el árbol quien comenzó a ponerse de color negro y a emitir un fuerte alarido de gato, Ulises dio un fuerte grito y cuando lo hizo, las dos manos negras de esa aterradora figura le abrieron la boca hasta quebrarle la mandíbula, para luego extraerle la lengua y sus ojos.
Esa misma madrugada, en el centro de la cuidad la pequeña Angie había desaparecido sin dejar rastro, se la habían llevado a través de un portal y el detective Gerardo y la oficial Giovanna estaban muy preocupados y desconcertados, pues no sabían que había pasado, pues ya habían terminado con el hombre gato.
-¡Angie! Gritaba desesperado Gerardo mirando desconcertado a todos lados.
La habitación emanaba un olor muy fuerte y raro.
-¿Qué pasó mi amor? ¿Qué fue eso? Le preguntaba Giovanna muy desesperada sin dejar de llorar.
-No lo sé mi amor, no entiendo que pasó. Todos vimos como acabábamos con el hombre gato y con Daniel.
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El Hombre Gato
TerrorUn par de detectives se verán sumergidos en un caso muy extraño en donde solo la gente que tiene gatos está siendo asesinada, las victimas de este extraño asesino, tienen heridas únicas e imposibles de hacer por personas comunes. Pronto se darán cue...