Capítulo 26: Esperanzas Destruidas

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"En medio del rojo cielo, bailaba en el aire un enorme agujero oscuro que absorbía todo con gran fuerza y despiadada violencia, arboles eran arrancados de sus raíces, casas eran desprendidas de sus cimientos, personas y animales eran devorados sin piedad alguna. El Rey Gato creador de la destrucción movía su enorme cola y la azotaba en el piso provocando fuertes temblores en la tierra que tristemente yacía desprotegida".

Jaime y Layla se sujetaron fuertemente de una estatua que estaba cerca de ellos, se aferraban para no ser devorados por ese gran vórtice. En la cabeza del Rey Gato estaban la Bruja, Daniel y Everardo mirando y disfrutando como todo era destruido.

Giovanna casi llegaba a la entra del templo, pero la bruja le lanzó una especie de hechizo que le perforó el brazo izquierdo, parecía una especie de bala, que al tocar su brazo hizo que este se le inflara como si de un globo se tratara hasta explotar, fue un tronido que le arrancó el brazo, ella cayó al piso y soltó el cascabel. El dolor fue insoportable.

-¡Demonios! Fallé. Dijo la bruja al ver que no le había dado en la espalda, pues quería hacerla reventar completamente. –Esta vez no fallaré. Dijo mientras le lanzaba el mismo hechizo.

Pero Layla al ver eso, se aventó hacia Giovanna para protegerla.

-¡Layla espera! Le gritó Jaime.

Pero pasó lo inevitable, recibió ese impacto en su pecho y pronto comenzó a inflarse.

Giovanna desde el piso la miró y asustada no podía moverse.

-¡Giovanna es tu oportunidad! Le gritó Jaime.

Ella se levantó, tomó el cascabel y logró entrar en el templo, pero justo en ese momento Layla explotó en mil pedazos, Giovanna sintió en sus piernas un hormigueo que le recorría de arriba abajo, el hechizo de la bruja le había impactado en ellas, pronto se le inflaron y perdió sus piernas, su cuerpo allí tirado justo en la entrada del templo no dejaba de sangrar; su mirada pronto se puso en blanco.

Ella pensó "les fallé a todos", "te fallé Gerardo", "me fallé a mí misma"......pero pronto estaré contigo. Pronto todo se puso de color negro en su mente, como si se hubiera apagado todo.

Jaime ya no podía más, estaba a punto de ser succionado por ese gran agujero, pero de pronto ese vórtice se desvaneció.

La bruja, Daniel y Everardo bajaron del Rey Gato y se dirigieron a Jaime, Daniel con su bastón egipcio que traía una cabeza de gato en un extremo, lo apuñaló por la espalda.

-Vaya que diste pelea Jaime, lo reconozco, tienes muchas agallas, es por eso que fuiste merecedor de que yo mismo te quitara la vida. Dijo Daniel.

-Malditos.... No se saldrán con la suya. Fueron sus últimas palabras.

-Por cierto mataste a mi Layla, yo quería conservarla, le reclamó Everardo a la bruja.

-¡Cierra la boca! ¡No la podía dejar con vida!

-Bueno, ya está, destruyamos este lugar y vayamos a nuestro palacio. Dijo Daniel mientras limpiaba con su lengua su bastón.

-Recogeré el cascabel restante para destruirlo primero. Dijo la bruja mientras se dirigía hacia en donde estaba Giovanna.

Todos habían muerto, no habían podido hacer nada para salvar al mundo, los templos de los cascabeles sagrados, que estaban intactos a pesar de toda esa destrucción que había provocado el vórtice, comenzaron a emitir una gran luz de esos bellos colores que los caracterizaban.

El Hombre GatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora