Capítulo 2: La investigación

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Esa misma noche, siendo las 12:15 a.m. en la calle rosas de invierno, se respiraba un tremendo silencio, los gritos de la pequeña lula habían terminado y habían despertado a varios vecinos.

Hacia frio, los vecinos comenzaron a salir de sus casas, salían en pijama, abrigados y muy desconcertados, pero fue la pareja de al lado quien se acercó a la puerta para ver de donde provenían los gritos que habían escuchado, el señor Carlos, un hombre robusto, se asomó por la ventana pero no veía nada, ya que todo estaba a oscuras, la señora María tocó la puerta pero nadie respondió; ella llevaba puestas unas pantuflas de tela gris, con un dibujo de Chucky enfrente.

-No se ve nadie. Le dijo Carlos a su esposa.

-no, parece que no hay nadie. Le dijo María algo preocupada.

A lo lejos los vecinos veían, se escuchaban sus murmuros, pues estaban confundidos y no sabían que había pasado. Mientras, María se asomó por un pequeño cristal de la puerta principal, sintió como sus pies se mojaban, ella miró hacia abajo y pensó que era agua, hasta que se fijó bien con la luz de la lámpara de afuera y esas pantuflas estaban manchadas de rojo.

-es sangre. Gritó muy asustada.

-¿qué habrá pasado aquí? Dijo Carlos, mientras la alejaba de allí.

Ellos vieron como corría la sangre por debajo de la puerta, inmediatamente Carlos sacó su celular y llamó a la policía. Mientras tanto la gente corrió hacia la puerta principal para ver la sangre.

Poco después llegaron varias patrullas de la policía, una ambulancia y hasta los bomberos, abrieron las puertas a la fuerza, entraron y vieron lo sucedido. A los pocos minutos comenzó a llegar más equipo y comenzaron a evacuar la zona.

A las afueras de la casa se encontraban el joven policía Ángelo Matías en su primer día de trabajo, un joven de estatura baja, piel blanca, cabello corto y con buen porte, y aunque intentaba disimular su nerviosismo, se le veía algo asustado y preocupado; ya que junto a él se encontraba la oficial experimentada Giovanna Haro, una hermosa joven, que tenía cabello castaño suelto, piel blanca y unos ojos marrón muy hermosos, ella llevaba su uniforme azul y un moño rojo en su cabello.

-Tranquilo Ángelo, no tengas miedo, ya vienen en camino. Le dijo Giovanna mientras le sonreía tranquilamente.

-sí, lo sé, estoy bien. Le respondió un poco nervioso y sonrojado.

Y justo al frente llegó un carro negro a toda velocidad, este tenía los vidrios polarizados, y se veía muy nuevo.

-al fin llegaron. Dijo la oficial Giovanna muy contenta, Ángelo la miró y sonrío tímidamente.

Se abrieron las puertas al mismo tiempo, y se bajaron los detectives, que llevaban traje negro muy elegante, uno de ellos era alto y fornido, tenía cabello negro y se veía muy serio, su nombre era Jaime Alberto Alatorre, mientras que el otro detective era más bajo de estatura, complexión atlética, cabello negro, y con una sonrisa confiada, su nombre era Gerardo Zam, ambos se veían muy confiados aunque bajaron apresurados ya que se le había hecho tarde.

-Al fin llegan. Dijo la oficial Giovanna con una sonrisa.

-Tuve un contratiempo antes de pasar por Jaime. Dijo el detective Gerardo.

-¿Cómo está la situación? Les preguntó el detective Jaime mientras se acercaba a ellos.

-Muy mal, se sorprenderán al ver esto. Dijo Giovanna mientras entraban a la casa.

El Hombre GatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora