Capítulo 4: La interrogación

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Miércoles 17 de mayo de 2017, desde la madrugada, comenzaron a sonar todos los teléfonos de las oficinas centrales de la ciudad de Jalisco. Aparte del asesinato del médico forense y la muerte de su gato, comenzaron a aparecer más muertes en diversos lugares. Los detectives comenzaron a llegar desde temprano a las oficinas para seguir trabajando en el caso. Tenían ya un mapa de la ciudad, en el que tenían señalados todos los lugares en donde habían sucedido estas extrañas muertes.

Hasta este punto, ellos se habían dado cuenta de varias cosas, todas las muertes ocurrieron solo en esa ciudad y en la noche, todos los cuerpos encontrados tenían las mismas lesiones, sin piel, sin ojos, orejas, nariz y lengua, aunque no a todos les faltaban los mismos órganos. Otra cosa que descubrieron es que todas las víctimas tenían uno o varios gatos, los cuales también habían muerto. También se dieron cuenta de que los cuerpos de las victimas desprendían ese olor a orina de gato, y que dentro de sus cuerpos les habían insertado un cascabel.

Pero todavía seguían teniendo muchas dudas del caso, solo tenían a un sospecho, el misterioso hombre que vieron en el parque.

La gente de la ciudad vivía atemorizada, ya que tantos asesinatos en tan poco tiempo no se podían ocultar y los noticieros hablaban de ello todos los días. Incluso ya estaba involucrada la policía del país, a tal grado de que varios puntos de los más importantes de la ciudad estaban resguardados por el ejército. El instituto de ciencias forenses era uno de ellos, había máxima seguridad allí.

La gran mayoría de la gente comenzaba a mostrar su molestia con la seguridad de la ciudad, puesto que no daban avances importantes en la resolución del caso, incluso mucha gente pensaba que esto era cosa del demonio dado que no había rastros del supuesto asesino.

Durante el día, las iglesias estaban llenas, todo tranquilo aparentemente y no se reportaban más víctimas, pero durante la noche todo se tornaba muy tétrico, a las 9 de la noche ya estaban las calles solas, sin carros y sin centros comerciales abiertos, solo las instituciones de seguridad y hospitales.

Siendo las 11 de la noche, al oficial Ángelo le había tocado resguardar la entrada de la Estación subterránea llamada Tren Oblatos, la cual estaba vacía.

El joven y novato Ángelo, era hijo único, era un joven escritor que tenía mucho potencial, en sus tiempos libres escribía historias de terror y las publicaba en diversos sitios web, entre ellos en un famoso y conocido grupo de Facebook.

Ese día sus papás salieron de viaje, y él aunque quería ir, no podía por su trabajo; ese día había escrito una historia y estaba muy emocionado porque la leyera su novia, sin embargo su novia no pudo ir a su casa, ya que tuvo un contratiempo, pero le había prometido ir al día siguiente por la mañana.

Ángelo tenía un gato llamado Alfred, era un gato pequeño color negro, lo había alimentado muy bien durante el día y cuando el salió de su casa para ir al trabajo, le dejó mucha comida.

Así que esa noche, se sentía emocionado de que al día siguiente vería a su novia y le mostraría su gran historia, a su vez ya extrañaba a sus papás que estarían unas semanas fuera de la ciudad. También tenía miedo, no dejaba de pensar en todo lo que estaba pasando. Estaba allí en la entrada de la estación, el viento soplaba fuerte y no se escuchaba nada, traía su uniforme azul, y su pistola en su bolsillo derecho.

Comenzó a tener hambre, así que cruzó la calle para sacar algo de la máquina expendedora que estaba al otro lado de la calle.

Sacó un jugo de lata y unas galletas de chocolate, abrió el jugo y se lo bebió muy rápido, y justo en ese momento, escuchó un gran grito que provenía dentro de la estación. Fue tal su impresión que soltó las galletas y la lata del jugo. Sacó su pistola y se dirigió a la entrada de la estación.

El Hombre GatoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora