Opuestos

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Shawn salió del edificio aún en shock.  Eso sólo pasaba en las películas para adultos con las que se masturbaba y ahora le había pasado a él.

Llegó a su apartamento donde, como siempre,se encontró a su mejor amigo jugando a los vídeo juegos.

—¿Qué hay,hermano? — dijo el rubio sin apartar la vista del televisor.

—Sabes que la llave que te di era sólo para emergencias — Se quejó el castaño dejando sus cosas en la mesa.

—El nivel 35 de este maldito juego cuenta como emergencia. — Dijo el muchacho maldiciendo.— ¿Qué tal tu primer día?

— Caótico y extraño — fueron las palabras que usó antes de dejarse caer sobre la cama.

—¿A qué te refieres con extraño?—  el rubio paró el juego para mirar a su amigo. Notó algo distinto en él,pero no supo descifrar qué.

—Mi jefa — susurró casi como si hablara para sí mismo.

—¿Tu jefa qué? Según leí,es una bruja — bromeó Brian.

—No es eso, ella ...— No sabía si podía hablar de lo que había pasado en la oficina.  Era su mejor amigo pero nunca antes había tenido ningún tema referente al sexo de qué hablar con él.

—No me digas. Ella es caliente — Brian le arrojó una almohada en la cara. —Las más locas siempre son ardientes.

—Sí, es bonita y sexy — Admitió el castaño. —  Te voy a contar lo que ocurrió sólo si prometes no burlarte.

El rubio puso una mano en el pecho y la otra en alto en señal de promesa.

—Está bien. Ella me la chupó — Dijo arrepintiéndose al mismo tiempo al ver la cara de su amigo.

—¿Me estás diciendo que en tu primer día de trabajo tu jefa, a ti, el nerd de los lentes horribles y suéteres de abuelo, te hizo un oral?— El rostro de Brian sólo mostraba asombro e incredulidad. — Es broma, ¿verdad?

—No, imbécil. De verdad, le llevé un café y a los pocos minutos ella estaba de rodillas con mi polla en su pequeña boca. —Ahora que lo decía en voz alta le parecía más irreal.

— Sólo a ti te pasan esas cosas, Mendes. ¿Y? ¿Cómo estuvo?— El rubio ahora sí estaba interesado en la conversación.

— Genial. ¿Cómo va a estar? Fue único, pero no sé qué va a pasar con mi trabajo. —Ahora que lo pensaba había puesto en riesgo su trabajo con aquella situación.

—Estás bien jodido,en serio. Yo que tú me comería a semejante diosa hasta con la mirada, aunque luego me mate —comentó Brian en tono pícaro.

—Pero qué cochino —Shawn no pudo evitar una mueca de disgusto al escuchar a su amigo. —Es una dama. Respétala,hombre. Y te reitero que es mi jefa.

—Oh,no. No me digas que vas a revivir el típico cliché de la asistente enamorada del jefe. Aunque en tu caso es al revés.

—¡Brian,por Dios! No es mi culpa creer que aún existe el amor verdadero —suspiró como enamorado al pronunciar las últimas palabras.

—No. Lo que no es tu culpa es que te vistas como ochentón,con ésas gafas de culo de botella,vivas solo en un departamento que es más chico que la casa de mi chihuahua y que a los veintitantos aún no tengas novia. Ah,y que ni siquiera has tenido sexo.

Shawn abrió los ojos espantado. —¡Ni siquiera tienes un chihuahua, así que cállate!

—¡Pero lo tendré! —contraatacó Brian. —Por cierto, quiero invitarte a una fiesta éste sábado. Y no te acepto una negativa.

Sweaters Boy ||S.M||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora