Sweaters Boy ||S.M||

Ilumíname

—Lulu. — Se anunció la morena entrando al salón de producción cargando un par de cervezas y una bolsa de papas fritas. —Sabía que seguirías aquí.

—Hola, bruja de mi corazón. ¿No pudiste con la culpa de mandar a mi prometido lejos el día del trabajo y quieres sobornarme? —Louis fue hasta donde la muchacha y la abrazó con fuerza.

—Sabes que todavía no me cae bien ese tal Harry. — Bromeó.  Amaba ver tan feliz a su amigo con aquél chico.

— Te perdono sólo porque yo metí la pata hoy con tu chico — Se disculpó el muchacho por haber hablado de más. — Por cierto, ¿no tendrías que estar con él teniendo sexo intenso en algún lugar del edificio? La sala de copiado es genial.

Tomó una de las cervezas que cargaba la morena.

—Mi chico tenía un compromiso con su hermanita y nos vamos a ver en la casa para tener sexo intenso. — Le sacó la lengua. — Y por lo de Wallace no te preocupes. Tarde o temprano lo iba a saber.

— ¿Así que las cosas van en serio con el niño? — Louis mordisqueó unas papitas y se sentó sobre la gran mesa de trabajo con las piernas cruzadas.

— Le pedí que viviera conmigo.  — escupió Cecilia  para luego beber un sorbo de cerveza.

— Wow, te gusta de verdad — hizo un corazón con los dedos. — ¿Y cuándo piensas decírselo a tus padres?

— Nunca. Ya sabes que ellos siguen esperando que me dé cuenta de mi “error” y vuelva con el innombrable. — la morena suspiró de manera dramática. — Quiero a Shawn sólo para mí, sin nadie molestando en nuestra relación. Estamos bien así.

— ¿Y ya sabe todo de ti,sobre tus gustos particulares o todavía no iluminaste al niño? — Lu conocía a Cecilia como la palma de su mano y viceversa. Él fue el primero en saber sobre el castaño.

— Sí. Al principio tenía miedo de mostrarle ésa parte de mí pero por ahora se lo ha tomado bien a pesar de que era virgen. — la muchacha dejó escapar una risita perversa. — Es más, muchas veces él también puede ser un poco perverso.

— Sexy — Canturreó el muchacho. — ¿Y cuándo vamos a salir los cuatro?

— Jamás. Te dejé una tarde con él y le hablas de mi ex. Dejo que compartan una cena y le cuentas cómo perdí mi virginidad. — le arrojó una papita.

— Tengo éso y mucho más para contarle al papucho ése de novio que tienes — Movió la cabeza de lado a lado chasqueando los dedos en el aire como diva.

— ¿Por qué soy tu amiga?— Bromeó la morena.

— Porque soy el único que te soporta loca y bruja como eres — la abrazó y ella le hizo cosquillas.

— Te amo, idiota. Eres el mejor y cuando seamos viejitos espero poder decirle a mis nietos todas las locuras que hicimos juntos. — Se apartó riendo.

— Sabes que todo lo que hicimos de jóvenes es ilegal, clasificación para adultos o no lo recordamos — carcajeó con obviedad Louis.

— Sí, no podríamos contarle nada a nuestros nietos. — dijo pensativa, realmente se imaginó por primera vez en mucho tiempo cómo serían sus nietos.

—Estás enamorada. — Sentenció.  — Estás pensando en nietos.  Cecilia Leone está pensando en hijos, en familia otra vez.

— Ya cállate, fue sólo un momento.  — Volvió a su postura seria.

— Podrás tratar de engañar a todo el mundo pero no a mí. Ese chico llegó a derretir tu frío y escarchado corazón. — le tocó el pecho con el dedo índice a la altura del corazón. — Mi sexto sentido gay dice que amas a ese chico bonito.