Nostalgia

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Cecilia bajó a buscar un vaso de agua a la cocina. Su novio no estaba en la cama pero supuso que había ido al baño.
Bajó las escaleras y caminó hasta el cuarto.

Se encontró con la escena más tierna y sexy que pudo imaginar. Shawn estaba sólo con unos bóxers de Armani color rojo, cocinando y tarareando alguna estúpida canción de amor.

—Si hay algo que me parece sexy son los chicos que cocinan. — dijo la morena para llamar su atención.

El muchacho se volteó sorprendido.

—Quería llevarte el desayuno a la cama. — Hizo un tierno puchero.

—Perdón por arruinar tu sorpresa, pero la vista desde aquí era fabulosa — dijo mordiendo su labio y entrando a la cocina para sentarse en una de las baquetas junto a la isla.

Shawn la observó. Sólo llevaba una camisa de dormir negra.

—No empieces. Ya tuviste tu dosis de sexo mañanero. — Le dijo el castaño poniendo un plato con tortitas en forma de corazón con crema y fresas frente a ella. Ese chico era tan romántico que había veces que daba diabetes.

—Nunca tengo suficiente de ti.

Jugueteó con sus dedos en el elástico de los bóxers del castaño, pero sólo por provocarlo porque la comida era más apetitosa y necesaria en ese momento.

—Felices dos meses. — anunció el castaño dándole un beso en la frente y volviendo su atención a la cocina.

—¿Dos meses ya?— preguntó haciéndose la tonta. Ella tenía ése día anotado en su agenda con un corazón que había dibujado su niño tonto. En cada mes ese día tenía marcado como alta importancia y aquél ridículo dibujo decoraba media hoja.

—Sé que sabes qué es hoy. Yo me encargué de eso. — dijo orgulloso dejando una taza de café recién preparado frente a ella.

—Claro que sé que hace dos meses eres un grano en el culo. — Bromeó la muchacha.

—Siempre tan romántica. —  Shawn negó con la cabeza.

—Pero así me amas. — Hizo un corazón con los dedos.

—Con locura.

Shawn bebió su café negro. Le gustaba así fuerte, oscuro, amargo, pero delicioso como su morena.

—Por cierto, tengo algo para ti. — dijo Cecilia,que fue a buscar algo de su bolso.

Sacó un llavero, que era un pequeño muñeco de Harry Potter y dos llaves colgaban de él.

—¿Qué es eso?— preguntó el castaño curioso.

—Una copia de mis llaves para ti — le dio el regalo. — Para que puedas entrar cuando quieras.  t
También te dejé un lado del armario para ti, para que puedas dejar algunas cosas si quieres.  Para cuando te quedas a pasar la noche. Además la próxima semana tengo que viajar y tendrías que cuidar a Copito por mí.  Él ya te tomó cariño.

Hablaba cosas sin sentido tratando de justificar aquélla muestra de cariño de una forma práctica.  No lo hacía porque su deseo más oscuro era secuestrar al castaño para ella sola y amaba despertar junto a él cada mañana. Lo hacía por comodidad.

— ¿Quieres que viva contigo?—  dijo Shawn de manera curiosa. El corazón estaba por salírsele del pecho de la emoción. Tal vez era muy pronto para tal paso pero no le importaba.  Él era feliz sólo por la idea de pasar sus días junto a ella.

—Sí. — contestó casi como si le estuvieran apretando un ovario en ese momento. Admitir aquello era un avance gigantesco en la relación, pero ya en el trabajo todos sabían de ellos y algunos amigos. Era hora de dar el siguiente paso. — Pero si no quieres, te entiendo.  Lo sé,es una idea estúpida. Sólo vi el estúpido llavero en una tienda y se me ocurrió la idea...

Sweaters Boy ||S.M||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora