Barbacoa pte 2

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—Creo que todos van a darse cuenta. —dijo Shawn apartando un mechón del alborotado cabello de su novia, que abrochaba su camisa.

—¿De que tuvimos sexo? ¿O del compromiso?— Cecilia sabía a qué se refería su niño, pero le gustaba verlo ruborizado.

—De lo primero. — respondió rojo como un tomate. — Creo que fue mala idea morder tu cuello.

—Sí. Pareces rabioso, bebito. —La muchacha sólo reía. Le importaba un bledo lo que pensaran los demás. — Pero yo no me quedé atrás y creo que lo más llamativo va a ser esto.

Le mostró la sortija que estaba en su mano.

—Tu padre va a matarme, ¿verdad?— Shawn quería pedirle permiso a Stuart, pero no tuvo la oportunidad.

—No.  Sólo te va a lanzar esas miradas reprobatorias características de Stu, pero mejor se lo decimos cuando este bien ebrio. — Tomaron lo que fueron a buscar y volvieron  a la fiesta.

Todos los miraron y entendieron que algo había pasado, pero nadie dijo nada a pesar que el aspecto de ambos gritaba sexo por donde los miraran.

Todos excepto Brian. —¡Por las santas lechugas de mi madre! Díganme que no es lo que estoy pensando.

La morena lo fulminó con la mirada.

—Sí. Lo que pensabas es que lo estábamos haciendo. No te lo voy a negar.

Okay, ése no era ni el momento ni el lugar para contestarle al rubio pero no pudo contenerse.

—Demasiada información. — dijo Aly con voz de asco.

Todos rieron de manera nerviosa para dejar pasar el comentario.

—¿Por qué mejor no jugamos de una vez ése maldito juego?—  Interrumpió Wally salvando a su niña de su épica metida de pata.

—Sí. Dame las preguntas de una vez. —Stuart le pidió al rubio.

Brian le tendió el móvil con la lista de preguntas y todos sirvieron  sus respectivas bebidas en unos diminutos vasos.

—Primera pregunta. —dijo con voz firme Stuart. — Yo nunca me enrollé con el/la ex de un amigo.

Todos, a excepción de Ámbar, bebieron y las miradas se clavaron en ella. Hasta Aly, que era la menor, había bebido.

—Ella es sólo mía. — Chilló Dominic besando a su futura esposa y era verdad. La chica siempre estuvo sólo con su novio.

—Siguiente pregunta. — Stu llamó la atención de todos. —Yo nunca he escrito borracho a mi ex.

Esta  vez sólo bebieron Cecilia, Wallace,  Marinochka y Karen.

—Viuda, ¿quién diría?— la morena la miro sorprendida. Ella no tenía el aspecto de mujer que llamara a su ex.

—Soy humana. — Bromeó la muchacha.

—¿Por qué te dicen viuda?— Preguntó Ámbar. Todo el día quiso preguntarlo pero no se animaba.

—Porque soy viuda. Me casé a los veinte con un empresario Británico y un par de años después murió en un accidente de coche. Yo heredé todo y las personas me bautizaron viuda negra porque insistían en que me casé por interés.

—Yo no lo sabía. —Cecilia se sentía mal por haberla llamado de esa forma tanto tiempo. Pensó que era sólo un mote, como a ella que la llamaban bruja.

—No tenías por qué saberlo. — La pelirroja se encogió de hombros .— Sigamos con el juego.

—Yo nunca he sacado ropa del cesto para volver a ponérmela. — Todos los hombres bebieron y las mujeres rieron.

Sweaters Boy ||S.M||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora