Cliché

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—¿Esto es una cita?— Preguntó el castaño mientras comía su helado.  Estaban a unas calles de la empresa en una de las heladerías favoritas de Cecilia.

— Sí. Me gusta pasar tiempo contigo, no sé por qué —  dijo la morena robando un poco del helado del castaño sólo para molestarlo.

—Es mío —Bromeó. — Tú come el tuyo todo insulso.

— Nunca juzgues por la portada. Esto parece un simple helado de vainilla al igual que tú pareces un simple nerd, pero son mucho más que eso — Cecilia detuvo sus pensamientos. Últimamente pensaba mucho en su relación con el muchacho o el hecho de que había pasado más de un mes desde que lo conoció y no lo había follado.
Por alguna razón se sentía obligada a esperar el momento perfecto.

— ¿Realmente crees que puedo ser algo más que un simple nerd?— sus miradas se encontraron.

— Sí. Siento que este no es tu verdadero tú. Tal vez me equivoco, pero creo que sólo tienes miedo de mostrarte como realmente eres por lo que puede llegar a pensar la gente y prefieres pasar desapercibido escondiéndote detrás de esos horribles lentes — lo apuntó con la cucharilla y cerró uno de sus ojos de manera pensativa, como intentando ver más allá de él.
—Tampoco siento que seas como te muestras. Creo que alguien te lastimó en el pasado y usas ese personaje sólo para que nadie más te lastime — Shawn le regaló una sonrisa nerviosa.

—Tal vez.  Ser una mujer poderosa no es fácil. Muchas veces tengo que soportar que idiotas sólo por ser hombres me pisoteen, pero así es la vida — Se encogió de hombros.

Con Shawn ella sentía que podía hablar sin pensar mucho lo que decía y él sólo la escuchaba. Era un equilibrio perfecto. — Puta mierda.
Ambos miraron por la ventana del lugar. Estaba  diluviando con sol y ninguno había traído paraguas.

—Llueve con sol.  El diablo se está casando con una bruja, diría mi abuela —Bromeó el castaño y ella no pudo evitar sonreír.

—Si yo soy la bruja, entonces tú  serás el diablo ésta noche — Mordió la cucharilla de manera sugerente.

—¿Por qué siempre haces eso?— preguntó el castaño, que ya se había acostumbrado a los comentarios de su jefa.

—¿Qué cosa?— fingió inocencia.

—Eso. Amenazas con llevarme a la cama pero todavía no lo hiciste. ¿Por qué?

El castaño la miraba completamente enamorado.

— Ni yo sé por qué, niño. Tal vez no quiero que esto se termine.

Odiaba admitirlo,pero el castaño se estaba volviendo especial para ella.

—Tampoco quiero que termine — respondió casi en un susurro el muchacho.

—La lluvia se detuvo. Será mejor volver — Cecilia decidió terminar aquélla conversación que la llevaba a pensar cosas absurdas.

Salieron a la calle, el sol se estaba escondiéndose.  Estaban a unas cuantas calles de la empresa. No tardaron de caminar la primera calle que rompió en lluvias nuevamente, como si el destino tratara de evitar que volvieran a la empresa.

—Mi apartamento queda a una calle de aquí — dijo Shawn cubriéndola con el cuerpo en un intento inútil de evitar que su pareja se mojara.

—Será mejor que corramos para no mojarnos — dijo ella tratando de detener el agua con su bolso sobre la cabeza.

Corrieron la distancia como un par de adolescentes, riendo y gritando como si el agua fuera ácido o algo parecido.

Entraron al apartamento. Era un lugar pequeño, más pequeño que una sola de las habitaciones de Cecilia. Estaba un poco desordenado pero la muchacha decidió ignorarlo.

Sweaters Boy ||S.M||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora