Sweaters Boy ||S.M||

Castigo

—¿Necesitas ayuda con eso?— ofreció el rubio a Marinochka, que trataba de quitar su tacón atascado en una rejilla.

La mujer miró al muchacho. Este no era para nada feo. No era el castaño pero le serviría para pasar un buen rato.

—Sí, por favor. — contestó la pelirroja como una damisela en apuros.

El muchacho se agachó y de un tirón logró quitar el zapato atorado.

—¿Puedo? — El rubio colocó el zapato para que la muchacha se lo pusiera. —Es de su talla, princesa.

A la hora de coquetear Brian era un experto. No existía mujer que pudiera resistirse a él y la pelirroja no sería la excepción. Sonrió de forma pícara sin apartar los ojos de los azules del muchacho.

—Me gusta tu estilo, rubio. —Mari acortó la distancia y el muchacho la rodeó con uno de sus brazos por la cintura.

— ¿Quieres ir a un lugar más tranquilo? —Susurró Brian al oído de la muchacha.

—Me encantaría.

Los muchachos se alejaron de la fiesta. Ninguno sabía cómo se llamaba el otro pero así era mejor. Brian amaba los acostones son compromiso y la rusa también.

—Por aquí, lindo.

Se metieron en el cuarto de servicio. Era una habitación amplia un laberinto  de estanterías y armarios abarrotados de materiales de piscina y demás cosas. Se fueron hasta la parte de atrás, el rubio arrinconó a la pelirroja contra la pared. Los labios de ambos se encontraron en un apasionado beso, las manos del muchacho comenzaron a masajear los pechos de la mujer. Ésta dejó escapar un gemido.

—Amor,aquí nos pueden descubrir. — Susurró el castaño entrando detrás de Cecilia en la habitación de servicio.

—Puta mierda — dijo la morena por lo bajo obligando a Shawn a esconderse con ella detrás de un armario. — Creo que nos ganaron.

La escena obscena mostraba a la pelirroja completamente excitada con el rostro de Brian hundido en la intimidad de ésta.

—Creo que tendríamos que dejarlos solos. — murmuró Shawn que,por más que no quería ver, su parte morbosa lo llevaba a mirar.

— ¿Y perdernos del porno en vivo? — Se quejó la muchacha, que estaba fascinada con lo que veía. Ella no tenía vergüenza de aceptar que ver a otros hacerlo la excitaba.

—Esto está mal. No tendríamos que estar aquí. — Shawn la regañó.

—Vamos,bebé. Admite que es sexy y a tu amiguito también le gusta. — le dijo la morena al notar la erección de su novio.

—Pero no está bien. — Frunció el ceño en señal de disgusto.

—My god!

El grito de la pelirroja los llevó a ver nuevamente la escena. Ahora la mujer estaba con los pechos pegados en la pared y Brian la penetraba tirando del cabello de ésta. Los jadeos de la pareja repercutían en todo el cuarto.
Cecilia no se dio cuenta que se estaba tocando por sobre la ropa de manera inconsciente. Shawn la tenía completamente dura y apoyada entre los glúteos de su novia.

Ninguno dijo nada. Sólo se quedaron mirando la escena hasta que ésta terminó. El rubio y la rusa se acomodaron sus prendas y salieron de la habitación como si nada hubiera pasado.

No notaron la presencia de la otra pareja que quedó completamente excitada.

—Bebé,nos vamos de aquí ahora mismo. — dijo la morena que no pensaba hacerlo en aquél lugar y correr el riesgo que la interrumpieran.