Reconciliación

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Jueves.

Habían pasado cuatro días desde que Shawn y su jefa habían discutido y ella le había roto su ilusionado corazón.  En los últimos días la jefa pidió que todo se lo mandara con la secretaria y no pidió que el muchacho le preparara café. Ella hacía como si no existiera. Él no dejaba de suspirar por ella cada vez que caminaba por el pasillo.

—Novato — Lucía lo trajo a la realidad. — ¿Ya tienes los borradores?

Shawn tomó la pila de papeles y se lo entregó a la rubia.

—¿Necesitas algo más? —Contestó de mal humor el castaño.

—Pero qué humor de perros tienes, novato. ¿Acaso tu novio no te folló bien? — Se burló Lucy.

—No es de tu incumbencia, rubia.

Shawn estaba realmente de mal humor. Quería olvidar a su jefa, quería que no sea tan hermosa. Hubiera preferido que su cubículo no quedara frente a su oficina en vez de verla caminar de un lado al otro, fruncir su nariz cada vez que algo la molestaba, arrojarle cosas a la gente... Cada cosa que hacía que sea perfecta para él.

—Perdón, señor gruñón. Mejor ponte a hacer el trabajo que tienes atrasado. — Lucy se fue y dejó al muchacho ahogándose en su propia miseria.

Casi por terminar su turno llegó una de las chicas de la imprenta. Él sabía que era nueva. Era una muchacha pelirroja, bajita, con lentes, un poco regordeta. Su rostro era dulce.

—Hola. Perdón por molestarte a esta hora — dijo la muchacha  con apariencia nerviosa. En ése momento Cecilia estaba por salir de su oficina y la escena le llamó la atención. ¿Quién era ésa chica y por qué miraba de aquélla manera a su becario?

—Hola, no es molestia — dijo Shawn un poco más tranquilo. — ¿En qué te puedo ayudar?

—Sólo quería decir que soy fanática de tus trabajos. Todos los días sorprendes con algo nuevo y sólo quería decirte eso. — la pelirroja estaba nerviosa. Le gustaba el chico.

—Gracias. No es la gran cosa. Es sólo mi trabajo. — Shawn no pudo notar la presencia de su jefa. Tampoco pudo notar que la chica estaba coqueteando con él porque estaba perdido en sus pensamientos.

—Quería saber si tal vez quisieras ir a tomar un café o algo a la salida. Otros chicos de Redacción irán — expresó la pelirroja.

—¡MENDES!  ¡A mi oficina ahora! — La voz de Cecilia heló a ambos muchachos.

Shawn la miró. Se veía furiosa y no entendía por qué.  ¿Acaso era bipolar o algo así?

—Disculpa. La jefa me llama — Se despidió de la muchacha para ir a la oficina.

—Descuida.  Si sales a tiempo, vamos a estar en el bar de la esquina —Se despidió la pelirroja.

El castaño caminó molesto. No estaba con ganas de que lo regañaran.

—¿Qué necesita,jefa?— preguntó de mala gana.

—¿Qué fue eso?— Cecilia se sirvió un whiskey.

—¿Qué cosa? No estoy de humor para tus juegos, Cecilia —Shawn habló molesto y trataba de mantener su postura.

—La colegiala que se tiró en tus brazos como una zorra —bebió un buen sorbo de su bebida.

—¿Acaso tengo que darte explicaciones?— Se quejó el castaño.

—Mira, novato. No sé qué desayunaste hoy, pero no puedes hablarme de esa manera —  Cecilia lo obligó a sentarse en el sillón de dos cuerpos y se sentó sobre sus piernas. — Tú eres mío  y si te pregunto ¿Quién es ella? tú respondes. Fui clara.

Sweaters Boy ||S.M||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora