Clases de Anatomía

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—Buenos días,Lucía — saludó el castaño llegando al trabajo. Ya había pasado una semana de su primer día. La jefa había salido de viaje a la semana de la moda en París,así que no tuvo la oportunidad de verla en esos días.

—Hoy vuelve la bruja,así que ve a preparar un café y déjaselo en el escritorio antes que llegue.
Luego toma estos escritos. Tienes que pasarlos en limpio y tienes que recoger a Copito de la guardería. Todo antes de las 9.

—¿Copito? — preguntó extrañado el muchacho.

—Es el gato de la loca. En unos minutos los de la guardería de mascotas tienen que estar en la entrada con esa bola de pelo asquerosa. Supongo que Cecilia lo querrá tener en su oficina cuando llegue. — la secretaria era de lo más desagradable a la hora de hablar. ¿Qué tan malo podía ser un gatito? —Vamos, inútil.
¡Corre!

Shawn reaccionó. Ya eran diez minutos pasados de las 8 y la jefa estaría en la oficina a las nueve.
Fue hasta la recepción a esperar a los de la guardería.

—¿Éste es el gato de la señora Leone?— le preguntó a uno de los muchachos, que cargaba un bolso de transporte de mascota.

—Sí, firma aquí y es tuyo — dijo entregándole un formulario.

Shawn firmó y recibió el paquete.

— Hola,amiguito — miró la pequeña bola de pelos que estaba dentro del bolso. Estaba de lo más tranquilo. Al parecer ya estaba acostumbrado a ésas cosas.

Shawn volvió al piso principal. Dejó al gato en la oficina, le abrió el bolso para que pudiera salir, le puso un tazón con agua y un poco de leche, fue a su escritorio, terminó los escritos a toda velocidad y,a diez minutos para las nueve,se dispuso a preparar el café.

—Harry. ¿Qué hay, amigo?— saludó al castaño de pelo largo que vivía robando galletas de la cocina.

— Nada. Asaltando la alacena — Dijo llevándose una galleta con chispas a la boca. — Hoy vuelve Cruela.

—No le digas así. No es tan mala—  El castaño la había visto reír y bromear,así que podía jurar que en el fondo era buena.

— Ya te atrapé — Dijo el pelilargo apuntándolo .—¡Te gusta la jefa!

— ¿Qué dices?—  Casi deja caer la taza que tenía en la mano. ¿Tan obvio era? — Estás loco.

—No lo negaste — insistió Harry.

—Mejor me voy. No quiero que me despidan — dijo saliendo en dirección a la oficina.

Entró y el gato descansaba en el sillón de dos cuerpos, los escritos ya estaban reposando en el escritorio y dejó el café junto a éstos.

—Afuera — La voz de la jefa hizo que Shawn se sobresaltara. Se volteó y se encontró a ésta parada mirando el panorama.

— Buenos días, jefa —murmuró tratando de entablar una conversación un poco nervioso. No sabía cómo había quedado su relación luego del percance del primer día.

—¿No escuchaste, novato? Dije afuera — Le apuntó la salida y éste huyó a toda velocidad totalmente aterrorizado.

La morena cerró las cortinas de su oficina y pidió que nadie  molestara en todo el día. Shawn sólo fue a llevarle café en tres oportunidades a lo largo del día, donde la muchacha lo ignoró por completo.

No pudo evitar sentir que la jefa lo estaba evitando por algún motivo. ¿Acaso había hecho algo mal? Lo que había pasado el primer día fue un error porque la única mujer que mostró un mínimo interés por él ahora lo ignoraba completamente.

Sweaters Boy ||S.M||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora