A las cinco y media de la mañana, ya con el boliche cerrado y la fiesta culminada, me subí a un taxi junto a Ross y me dormí sobre su hombro durante el viaje.
Cuando llegamos al edificio, Ross me despertó y bajamos en cuanto le pagó al conductor.
—¿Sigues cansada? —me preguntó, abriendo el portal del edificio.
—Una hamburguesa vegana tal vez me despierte—contesté, ingresando al pasillo del lugar.
Nos encaminamos al ascensor del edificio y subimos cuatro pisos, ingresamos a un pasillo alfombrado en un tapiz marrón que Ross llamó "hastío", y caminamos hasta la puerta de su departamento.
—¿Te molesta si me doy una ducha? —inquirió mientras abría la puerta.
—No, puedo esperar—contesté, ingresando al pequeño espacio, el cual contaba con una cocina al entrar, un pequeño sillón frente a una televisión del otro lado de la barra de la cocina, y una división de pared a mi izquierda que probablemente conducía hacia el baño y la habitación.
—Es lindo—opiné, pasando hacia la pequeña sala.
—No me quejo—dijo él, dejando las llaves sobre la barra y caminando hacia la puerta de nuestra izquierda.
—Estaré investigando mientras te bañas—le avisé, acercándome a la estantería rellena de cuadernos, algunos libros, y cantidades de discos.
—Está bien, pero no toques los cuadernos—condicionó, abriendo la puerta.
—Hecho—dije, aunque ya estaba sacando una de las cajitas de discos.
Demoré diez minutos en concluir que a Ross no le gustaba rellenar los espacios vacíos de las paredes con cuadros, sino que directamente prefería pegarles algunos posters de bandas de rock, que prefería ordenar los libros por tamaños, que limpiaba sus cajitas de discos para que no acumulasen polvo, y que se acostaba en el sillón con una manta que doblaba en una esquina de éste.
—¿Ya terminaste? —me preguntó Ross a mis espaldas.
Me giré sobre mi lugar, con una pila de discos en la mano, y lo miré con una sonrisa tímida.
—Quería escucharlos—dije.
—Tengo una reproductora en el primer cajón—apuntó los cajones del mueble mientras se acercaba hacia mí.
Me hice a un lado para que él se ocupase de buscar la reproductora y, mientras tanto, me fijé en su cabello azabache mojado y en la pequeña humedad que había adquirido su remera azul al hacer contacto con su cuerpo mal secado.
—Tienes muchos de John Lennon—comenté, colocando la pila de discos sobre la mesa ratonera que estaba frente al sillón.
—Tengo todos los de John—me corrigió, colocando la reproductora junto a la mesita y enchufándola en un conector que estaba debajo de una de las ventanas del departamento.
—Eso explica un poco más tu fondo de pantalla.
Mientras Ross cocinaba las hamburguesas veganas, y yo seguía examinando el contenido del mueble que parecía guardar más de lo que mostraba a simple vista, se reproducía de fondo Shaved Fish, el primer álbum recopilatorio de John Lennon.
—Es uno de mis favorito—me anunció Ross, trayendo en una bandeja dos hamburguesas ya armadas—, tiene el tema que me gusta.
—¿Mother?
—El mismo—colocó la bandeja sobre la mesa ratonera.
—Me siento en un restaurante—sonreí, sentándome en el suelo, frente a la mesa pequeña.
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A dos caras | COMPLETA
Teen FictionHollie Clisson es una adolescente de diecisiete años que batalla contra la posibilidad de quedarse huérfana nuevamente, intenta amoldarse a las expectativas de quienes la rodean, y le ha estado mintiendo sobre quién es a su círculo social. Sin embar...