Capítulo 23

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Librándome de historia, que finalizaba con su módulo en el momento que ingresaba al salón de mi clase, me crucé con Heather, quien había solicitado salir y llevaba la boca tapada por su mano derecha.

La miré por un segundo e intenté cederle el paso, pero, incapaz de retenerse, terminó vomitando sobre mis zapatillas.

—Heather, ¿estás bien? —preguntó la profesora de geografía, acercándose hacia nosotras.

—Estoy descompuesta—dijo ella, esquivándome y saliendo del salón.

—La acompañaré—la apunté, evitándome mirar mis zapatillas y saliendo del salón.

Si bien Heather y yo no hablábamos desde nuestra pequeña discusión en el pasillo del colegio, seguía siendo importante para mí, y teniendo en cuenta que probablemente seguía embarazada y que no la había acompañado a hacer sus confesiones frente a Gael, al menos quería sostenerle el cabello mientras expulsaba su almuerzo en el inodoro del baño, si es que llegaba a tiempo.

—Heather—la llamé mientras ingresaba al baño de mujeres.

—¿Qué? —salió de uno de los cubículos, directo hacia uno de los lavamanos.

—Yo... pensé que necesitabas...

—¿Por qué necesitaría tu ayuda? —me interrumpió, deteniéndose frente a una de las canillas.

—¿Ya se lo contaste a Gael? —pregunté, ignorando su provocación.

—Sí, pensé que lo... oh, espera—se detuvo, volviéndose hacia mí—, no fuiste como me dijiste que lo harías, ¿cierto?

—Ni siquiera me hablaste—me justifiqué.

—No sabía que tenías una discapacidad para comenzar una conversación por chat—contestó, volviendo a centrarse en la canilla, la cual abrió para lavarse la boca y el cuello.

—¿Qué dijo?

—Al principio, nada, después, todo: "no estoy preparado para esto" —relató mientras cerraba la canilla y sacaba papel para secarse la barbilla y el cuello—. Le dije: "mis padres se enteraron y pretenden que me haga cargo". Y él preguntó: "¿te vas a hacer cargo?". Ni siquiera dijo "nos haremos" o al menos: "¿quieres hacerlo?, porque yo te apoyo en ambas decisiones". No, me lanzó la responsabilidad como si fuese la única culpable, como si fuese el único progenitor del bebé que está formándose dentro de mí.

—¿Tus padres se enteraron?

—Hacerse tantos test de embarazo no es una buena idea—se rio con pocas ganas, arrojando el papel en el cesto—, no cuando tienes una mucama que revisa tus cosas y te expone frente a "sus patrones". ¡Yo también soy su patrona! —se señaló.

Al menos quedaba un poco de la esencia de Heather en aquella chica tan apagada y arrepentida.

—¿Y qué dijeron?

—Justamente ese es el problema: no dijeron nada. Solamente me confesaron que lo sabían, mamá me lo confesó: "Heather, estamos al tanto de tu embarazo". Si la hubieras escuchado... estaba tan decepcionada, papá ni siquiera me miraba.

—¿Tu mamá no te habló luego?

—No, ninguno de los dos me habla, con suerte mamá me pidió que le alcance la ensalada para que se sirviera otra porción en su plato ¡y eso que no la escuchaste!, ya no se dirige hacia mí como lo hacía antes.

—¿No les hablaste de... lo que pensabas hacer?

—No.

—¿Y Gael qué opina?

A dos caras | COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora