"En mi vida fingir ser alguien que no era nunca fue una opción. Mi mamá siempre me decía que no me avergonzara de lo que me hacía feliz, porque yo era al único al que le debía importar mi felicidad. Pero, ¿qué hago cuando ya nada me hace feliz?
Suelo salir de noche a caminar, porque rodearme de soledad irónicamente me hace sentir acompañado. Mamá me preguntó una vez si no me daba miedo salir tan tarde. La respuesta era incierta; porque no me da miedo salir de noche por lo que me puedan hacer. Me da miedo salir de noche por lo que yo puedo hacer. Sí, la verdad es que estoy muerto de miedo, pero no por las cosas que ella cree. Tengo miedo de mí mismo, del mundo y del futuro. Y si hay algo más allá del cielo, a eso también le tengo miedo.
Supongo que por eso que he llegado hasta este punto entre la cobardía y la valentía. Siento que me ahogo, es solo cuestión de tiempo para que este vacío que hay dentro de mí me trague por completo. Las personas nunca me dejarán tranquilo, nunca podré caminar por la calle sin que me señalen y tapen los ojos de sus hijos. Y duele, porque no he elegido ser quién soy.
No quiero aguantar el resto de mi vida bajo miradas despectivas y maldiciones en susurros, ¿por qué las personas creen que tienen derecho a opinar sobre mí? No me conocen y nunca lo van a hacer, estoy cansado de esto. Sé que no me debería importar lo que piensen de mí, pero a un cobarde como yo le importa y le duele.
No sé cuándo empecé a tener miedo de vivir. ¿Cuándo respirar se volvió tan doloroso? ¿Cuándo empecé a sentir que no tenía ninguna razón para vivir? ¿Cuándo empecé a hacerme daño a mí mismo?
Creo nadie puede odiarme tanto como yo me odio a mí mismo. Quiero ponerle un fin a esto. Solo quiero rendirme.
Hay una respuesta a todo, eso lo sé, pero esto es como un ejercicio de matemáticas demasiado difícil que no tengo ganas o siquiera fuerzas de resolver.
Jeon JungKook".
Jin arrugó aquella carta y la tiró al primer bote de basura que vio.
"Dios, Kook, de verdad eres un completo dramático" pensó en voz alta.
Su boca decía una cosa, pero lo cierto es que sus manos y todo su cuerpo estaban temblando. Se encontraba solo, en el salón de clases de JungKook.
Observó a su alrededor, como esperando que JungKook apareciera y le dijera que todo eso era parte de un juego, que nada de lo que decía esa carta era real. Que se riera y dijera que no fuera tonto, que él nunca sería capaz de acabar con su vida. Porque aquel papel que encontró sobre su escritorio era una carta de suicidio, no tenía ninguna duda. Buscó más cosas en la maleta de JungKook que le dieran más información de lo que sucedía. En esta había dos botellas grandes, abrió una y un fuerte olor le hizo apartar la nariz y fruncir el ceño, ¿para qué tenía gasolina en su maleta? No era difícil para él conseguirla, su madre tenía muchos suplementos para su auto, pero ¿para qué la necesitaba?
Jin se sintió desfallecer cuando halló en el fondo de la mochila una bolsa plástica llena de cajas de fósforos, habría unas diez.
Encontró otro papel, estaba arrugado, parecía escrito con rapidez y tenía rayones encima dando a entender que se había arrepentido de escribirlo y lo intentó borrar.
"No lo siento. El fuego, las cosas quemadas, no lo siento".
Una risa nerviosa apareció al leer eso. JungKook estaba obsesionado con el fuego y las películas de terror, así que esto no era tan surrealista. De hecho, sería algo que él haría. Respiró profundo en un intento de calmarse, agarró la botella de gasolina y las cajas de fósforos y salió del salón. El edificio estaba casi vacío, era el último día de clases y todos estaban haciendo sus presentaciones y discursos afuera.
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Heaven hates you, but I love you • NamJin •
FanfictionDicen que todos tenemos una persona destinada, que todos merecemos alguien que nos agarre de la mano con fuerza y esté dispuesto a ir hasta el fin del mundo sin soltarla. También dicen que son solo unos pocos suertudos los que logran encontrarla. Ki...