Capitulo XVIII

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"Bendito seas, Dios mío, quien da el sufrimiento

como divino remedio a nuestras impurezas".

Charles Baudelaire



Cientos de papeles se regaban por el suelo de la escuela. Las personas se agachaban para leerlos y luego los tiraban al suelo, algunos los pisaban mientras caminaban sin darle demasiada importancia a esa basura. Cuando Jin llegó a la escuela aquel día sintió todas las miradas encima de él, algunos reían a sus espaldas y murmuraban cosas que él no lograba comprender. Se preguntó de que se trataban todos esos papeles en el suelo así que se tomó uno. Su piel se erizó al leer su nombre en el primer párrafo y reconocer la letra puntiaguda de JungKook.

"Para Kim SeokJin, de Jeon JungKook.

Te conozco desde que tengo conciencia de mi existir.

Aprendí a caminar, a leer y a montar bicicleta junto a ti.

Aprendí lo que es la amistad gracias a ti, y lo peor es que también aprendí lo que es el amor.

Me viste toda la vida como tu hermano, es entendible tu reacción a mi declaración. Fue muy espontaneo, simplemente las palabras surgieron de mi boca. Es cierto, me gustas mucho, Jin. Me gustas tanto que duele. Dijiste que confundo amistad con amor, ¿acaso todos tienen deseos de besar a sus amigos? Sé que no debí haberte besado aquel día, ¿tanto asco te dio? Sé que no estás enojado conmigo, porque me sigues tratando como si nada hubiera pasado. Pero es irónico que duela el que me trates como un amigo.

Duele tanto.

Siento como si mi corazón se partiera, pero me parte más el corazón la idea de perderte completo. Por favor no te alejes nunca de mí, no soportaría perder a mi mejor amigo por haberme enamorado de él".

Las manos de SeokJin dejaron de funcionar al terminar de leer, dejando caer la carta al suelo. Esta se mezcló con las otras cartas fotocopiadas que se esparcían por toda la escuela. Entendió el porqué de todas las miradas que se clavaban en él: una carta de JungKook que parecía haber sido escrita en un cuaderno fue fotocopiado en miles de copias y repartido por toda la escuela.

¿Cómo había pasado eso? De repente sus oídos fueron incapaces de escuchar los murmullos de las personas porque su cabeza se llenó de niebla. ¿Eso era real? Claro que lo era, reconocería su letra en cualquier lado.

Ni siquiera pudo pensar en las palabras que estaban escritas, lo único que resonó en su cabeza fue que él alguien tuvo que haber tomado su carta y esparcido por toda la escuela para avergonzarlo. En medio de su turbación logro formular un pensamiento coherente; tenía que encontrar a JungKook.

No era un buen momento para no tener un teléfono.

Se apresuró a correr hacía su salón, teniendo cuidado de no resbalar con los cientos de papeles. Se empezó a preocupar, JungKook nunca había querido que las personas se enteran de algo así, le aterraba la idea por completo. Jin solo quería que estuviera bien.

Al llegar se asomó por la puerta y buscó a JungKook, él no estaba ni en su escritorio ni en el salón. Pero todos sus demás compañeros hablaban y se reían con normalidad.

Reconoció al grupo de amigos de JungKook agrupados en una esquina, tenían varios papeles en un escritorio y hacían aviones de papel con ellos. Al ver a Jin uno de ellos le lanzó uno, al ver el avión de papel más de cerca entendió que aquellos papeles eran las mismas fotocopias que se habían repartido de la carta de su amigo.

Heaven hates you, but I love you  • NamJin •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora