Heaven hates you, but I love you • NamJin •

Capitulo XV

"Creo que el peor miedo es el miedo a amar a alguien".

Jin arrojó con fuerza su libro de inglés contra la pared, NamJoon casi ni se inmutó al ver como ese libro golpeaba su poster favorito de Los Beatles. Ya incluso se acostumbraba a verlo estresado cada que se acercaba un examen de inglés.

—No tengo problema si dañas tus propias cosas —empezó a decir el menor—, pero si a la próxima uno de tus libros golpea de nuevo ese poster te voy a prohibir la entrada a esta casa.

—No serías capaz —apostó Jin.

—Ponme a prueba.

—¡Estoy harto! —explotó—. ¡Ni siquiera sé cómo se pronuncia esto!

NamJoon suspiró cansado, se levantó de la cama y se sentó a su lado en el suelo. Papeles llenos de frases sin sentido y lápices sin punta se extendían por toda la alfombra. Jin parecía ignorar la existencia de un escritorio en la habitación. ­Tomó el cuaderno para leer las frases escritas, eran demasiada complicados para una escuela que solo enseñaba el verbo to be.

—¿Quieres que lo lea? —abordó NamJoon—. Pero tendrás que repetir todo lo que diga.

El mayor hizo un gesto afirmativo con la cabeza.

—Con tu acento. Me gusta tu acento —se emocionó—. Además, suenas diferente cuando hablas en inglés.

El menor lo miro de reojo con una sonrisa divertida, a veces sentía que Jin solo fingía que se estresaba con los trabajos de inglés para que él lo ayudará. Pero si quería su atención, no iba a ganar nada destruyendo sus posters.

Inició leyendo unas frases escritas en rojo con la bonita letra de Jin. Nada de eso iba a salir en el examen así no entendía para qué lo estaba estudiando, pero prefirió no preguntar. Sabía que él era un amante de complicarse la vida.

Jin repitió las palabras mirando fijo a los labios de NamJoon, imitando cada movimiento, como si eso le ayudara a retener la pronunciación. A los ojos del menor, él solo se veía gracioso exagerando cada palabra que decía.

—Voy a grabar lo que dices. —Le detuvo SeokJin hurgando en su bolsillo.

—¿Ahora usas tu celular?

—Sabes que lo empecé a usar solo para hablar contigo, nadie me habla aparte de ti.

Tomó su celular y buscó la aplicación, todavía no se acostumbraba a usar un celular. NamJoon leyó de nuevo en voz alta, y al terminar la grabación tiró aquel cuaderno al suelo y se echó a la cama de nuevo.

Se había recostado dándole la espalda a Jin, viendo su propio celular. Eso no le gustó nada al mayor. Tomó el libro que había golpeado el poster y lo arrojó de nuevo, pero esta vez contra el suelo. Porque tenía razón en algo; no podía destruir sus cosas.

El menor no le prestó atención a aquella rabieta estúpida y con el sentimiento de estar siendo ignorado Jin no podía concentrarse.

Había pasado un mes, un mes desde que había aceptado ser su novio, y en ese tiempo había descubierto una faceta muy vergonzosa de él: le gustaba la atención. Le gustaba demasiado.

Al levantarse del suelo su espalda casi gritó de dolor, estar encorvado por horas estudiando gramática no era sano. Se recostó en la cama contra la espalda de su novio, poniendo la cabeza en su hombro y asomándose para ver la pantalla de su celular.