͠s͠ᴏ͠ʟ͠ᴏ ͠ᴀ ͠ᴛ͠ɪ ͠ᴛ͠ᴇ ͠ɴ͠ᴇ͠ᴄ͠ᴇ͠s͠ɪ͠ᴛ͠ᴏ

Responsabilidades

Comenzaba un nuevo día en la tribu de Pridelands. El sol salía poco a poco con su bello resplandor. ¡Vaya que era un hermoso paisaje!
Y allí, sobre una gran roca, se encontraba sentada una joven. Una joven cuyos ojos rojizos mostraban aburrimiento y desinterés en todo.

—Gobernar es una gran responsabilidad, Kiara— Hablaba el mayor que la acompañaba.— ¿Me estás escuchando?

La joven casi dormida, lo miró.
En realidad, ella disfrutaba viendo el paisaje, pues era una adolescente y a esa edad. . . ¿A quién le importaría todas esas reglas y normas de la tribu?

—Si, papá—Respondió, desinteresada.

—Kiara, escucha— Comentó el mayor, señalando el paisaje— En un futuro, todo esto será tuyo. Y como buena gobernante que serás, deberás respe-

—Deberás respetar a todos los animales del ciclo de la vida. Desde la pequeña hormiga hasta el veloz antílope. — Su hija terminó la frase antes de que él lo hiciera. —Ya sé, papá. ¡Me dices lo mismo todas las mañanas!

—Kiara, esta es tu responsabilidad. Eres la futura gobernante aquí. — Simba la miraba mientras ella cruzaba sus brazos.

—¿Por qué mierda no he nacido en el lugar de Kion?— Susurró para sus adentros la joven princesa.

—¡Kiara! ¿Qué te dije acerca de las groserías?— El mayor la reprendió.

—¡Es que no es justo, papá!— La chica miraba a su hermano menor a lo lejos— ¡Kion no tiene que soportar todo lo que yo soporto!

—Aunque no lo creas, tu hermano tiene tantas responsabilidades como tú.

—Eso lo sé—Hizo una pausa y siguió— Él se hizo líder de la guardia de un día a otro. Solo le diste un par de consejos al principio. ¡A mí me torturas todos los malditos días! — Levantó la voz y se señaló a sí misma.

—Hija. . .—El mayor suspiró y habló con una voz tranquilizadora. Sabía que era difícil luchar con los adolescentes en esos tiempos.— Aunque sea duro para ti, debes hacerlo.

—¿Y qué pasa si no quiero toda esta vida de nobleza? ¡Es muy aburrido!— Se quejaba la de cabellos claros.

—Ya lo entenderás— Él mayor se levantó y se dió la vuelta. —Y algún día, me lo agradecerás— Dijo como último y se fué,dejándola sola.

Ella suspiró y contempló el paisaje durante un buen rato.
La chica tenía diecisiete años y no quería tener nada que ver con la nobleza. A veces, solo quería ser una chica normal. Una chica simple y común.

—Ki, ¿Quieres jugar?— Su hermano menor se le había acercado a ella junto a su mejor amigo. La chica  no se había percatado de esto.

—No, gracias— Respondió sin apartar la mirada del paisaje.

—¿Ocurre algo?—El chico se sentó junto a ella.

—No— Negó de forma cortante.

—¿Segura?

—¡Maldita sea, Kion! ¡Te he dicho que no me pasa nada!—Gritó, algo enojada.

—Es obvio que te pasa algo— La miró en silencio— Si no quieres decírmelo, está bien, te dejaré sola — Terminó de hablar con algo de dulzura en su voz. Se levantó y volvió con su mejor amigo Bunga a jugar.

Kion era el segundo hijo de los jefes. Tenía apenas quince años y no era muy maduro que digamos. Era un buen chico, aunque su hermana no lo admitiera. 

De la nada, recuerdos vinieron a la joven. Recuerdos que eran bellos y a la vez dolorosos. Sus ojos de cristalizaron y tenía un nudo en la garganta.
¿Que recordaba? Pues recordaba esos hermosos momentos que pasaba junto a su hermano mayor, Kopa. Los tres siempre se divertían juntos.

Hasta que un día, Kiara recibió la mala noticia de que su hermano había sido asesinado. Tenía apenas trece años cuando se enteró de esto, fue algo muy doloroso para todos.

Recordaba que sus padres, en ese momento, le habían dicho que no dijiese nada acerca de la muerte de Kopa a su hermanito. ¿Por qué? Kion apenas tenía once años y no querían que sufra.
Kiara le había dicho a Kion que se había ido de viaje por unos años, y que algún día volvería.

Y así, la mentira siguió y siguió. Hasta ahora, el joven no se había enterado de nada. Nadie le quería dar la mala noticia y menos su hermana.

—Kopa—Suspiró mirando al cielo—Si tan solo estuvieras aquí con nosotros...