Sé que está vivo

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Ahí estaban todos, peleando. Kiara divisó a Zira golpeando fuertemente a su padre. Quería detenerlos, pero lo único que puedo hacer fue derramar una lágrima de rabia y tristeza.

—Kiara.—No se había dado cuenta de que Kovu estaba a su lado. La tomó de la mano—¿Qué diablos hacemos?

—Y-yo…—La voz de la chica temblaba al ver toda la pelea—No lo sé.

—¡Cuidado!—Gritó Kovu, al ver como un hombre de unos cuarenta años se acercaba a Kiara con intención de dañarla.

Con un movimiento rápido, Kovu lo golpeó dos veces y el hombre cayó al piso.

—No deberíamos quedarnos aquí parados—El chico miraba en la situación en la que estaban.

Sabía que luchar era inútil, ambos sabían que eran uno. ¿Qué diferencia había? ¡Podrían parar ya la pelea! Nadie saldría herido.

—Mi padre ya es grande para estar luchando puño a puño—Lloriqueó la joven al ver a su padre luchar.

Kiara soltó un grito ahogado cuando una de las súbditas de su padre cayó al suelo ensangrentado. La princesa gritó y se tapó los ojos. La mujer estaba muerta y tenía casi la misma edad que Kiara y Kovu.

Kovu se quedó mirando boquiabierto el cadáver de la mujer.

—Kovu, esto tiene que parar ya—Kiara miró a su pareja con algunas lágrimas—No puede ser. ¡Esa mujer era demasiado joven!

La chica levantó la mirada y se secó las lágrimas. Corrió con Kovu hasta donde se encontraban los padres de ambos luchando.

Kovu trató de agarrar a Simba y separarlo de Zira. Kiara, en cambio, intento agarrar a la mayor y separarla de su padre.

Kovu recibió algunos golpeas al igual que Kiara, los cuales no fueron correspondidos. No estaban a favor de la violencia y esta no era una situación para utilizarla.

—¡Por el amor de Dios, paren! —Kiara agarró las manos de la mayor como pudo y la inmovilizó.

—¡Simba, Simba!—Gritaba Kovu—Cálmate.

—¿Tú eres el que lastimó a mi hija?—Simba lo vió e intento golpearlo.

—¡PAPÁ, NO!—Gritó su hija, desesperada mientras seguía agarrando a la contraria quién forcejeaba para liberarse.

Simba golpeó fuertemente a Kovu, el cual cayó al piso y su cabeza golpeó contra una roca. Kiara soltó rápidamente a la mayor y fue con Kovu.

Sintió que todo lo que más amaba en la vida se destruía lentamente. Verlo ahí tirado y sin saber si estaba vivo le destrozó el corazón.

—¿K-kovu?—Su voz temblaba, pues el chico no despertaba.

No se había dado cuenta que todos habían dejado de pelear por cierta escena de la princesa y su joven amado. Todos miraban, pues estaban en el centro de un gran círculo de personas.

—Kovu, despierta—Agarró su mano y soltó unas lágrimas.

Kion abrió paso de entre la multitud y se acercó al cuerpo del chico y a su hermana.

—Kiara…—Él menor colocó una mano en la espalda de su hermana.

—¡No,no,no!—Su voz de quebraba más—N-no está muerto—Acariciaba la mejilla de su pareja aún en el suelo—Kovu, por favor.

Su hermano la vió con pena y lo único que pudo hacer fue darle un abrazo. La chica se desahogo con el hombro de su hermano, lloraba y lloraba sin cesar.

—E-esta vivo, y-yo lo sé.—Su voz se notaba rota al igual que su corazón.

Esta escena era vista también por cierto hombre desconocido. Un poco más grande que Kiara, Flacucho y pelo largo de color castaño claro. No interfería ni nada, solo miraba con atención todo. Estaba sobre una cumbre, algo lejos de toda la pelea. Y, puesto que ahora estaban en esta situación, nadie se había percatado del misterioso joven de color de ojos como los de su madre.

—Ya es hora.—Dijo suspirando mientras que lenta y sigilosamente se dirigía a la escena.

͠s͠ᴏ͠ʟ͠ᴏ ͠ᴀ ͠ᴛ͠ɪ ͠ᴛ͠ᴇ ͠ɴ͠ᴇ͠ᴄ͠ᴇ͠s͠ɪ͠ᴛ͠ᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora