¿Sabe algo?

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Ya habían pasado varias horas del duro e intenso enfrentamiento entre ambas tribus. Kovu estaba descansando tranquilamente en la cama de su habitación; el chico había despertado hacía poco, la princesa lo estaba esparando fiel a su lado.

—¿Cómo te sientes?—Le preguntó la joven de hermosos ojos rojizos mientras se sentaba a los pies de la cama.

—Excelente, ahora que estás aquí—Sonrió el moreno.

La chica le deviolvió la sonrisa y se acercó a sus labios para besarlos. Estaban solos en aquella inmensa habitación.

—Tenía miedo...—Confesó Kiara—Tenía miedo de perderte—Terminó de
decir mientras agarraba la mano del de ojos verdes.

—Dulzura—Dijo Kovu entre risas—, no pasó nada.

—¿No pasó nada? ¡Mírate!—Señaló la venda que cubría y rodeaba la frente del chico.—¡Estás así por culpa de mi padre!

Kovu solo sonrió y acarició la mejilla de la princesa.

—Estoy bien, enserio—Jugaba levemente con el cabello suelto de su pareja—¿Y tú cómo te sientes? Ya sabes, lo de tu hermano.

—Aún no lo puedo creer—Miró hacia abajo—Es decir, todo este tiempo creí que estaba muerto...¡Todos lo creímos!—Se corrigió.

—Pero ha regresado.—Sonrió el chico—Eso es lo que importa, ¿No?

—Sí.—Kiara sonrió dulcemente.

—¿Esta noche es la celebración?—Preguntó el de ojos verdes, dejando de jugar con el pelo de la chica.

—Sí, pero tú no debes venir—Dijo la chica, agarrando su mano.

—¿Por qué no?—Preguntó desilusionado.

—Estás herido, amor—Contestó acariciando la cabeza del chico.

—Kiara, esto no es nada—Dijo despreocupado—¡He pasado golpes peores por parte de mi padre!...digo, Scar—Se corrigió.

Kiara miró a su pareja confundida. Le había entrado la duda. Kovu no era hijo de Scar; era adoptado. Pero, ¿Quién fue su verdadero padre?
No quería tocar aquel tema tan delicado, por lo que solo le sonrió y siguió acariciándolo.

—¿Cómo está el herido?—Simba apareció en la puerta con una leve sonrisa.

—¡Padre!—Sonrió su hija.

—Majestad—Saludó Kovu, sin moverse pero con respeto, desde la cama en la que se encontraba.

—¿Como estás, Kovu?—El mayor se sentó junto a su hija y miró al joven.

—Muy bien, majestad—Sonrió—Gracias por preguntar.

—Es mí deber—Continuó—Y, lo quiera o no, ahora eres uno de nosotros. Por eso te debo una gran disculpa por todo esto—Simba se notaba realmente arrepentido y avergonzado por lo que había hecho.

—No fue nada, majestad—Kovu respondió.—.El que debe pedir disculpas soy yo en nombre de mi madre y ex-tribu.

—Por favor, solo dime Simba—Sonrió el antes nombrado.

—De acuerdo, Maje- —Se corrigió rápidamente—Simba—Soltó una risita.

—Bueno, creo que Kovu debe descansar—El mayor se levantó y tocó los hombros de su hija—Y tú te debes preparar para esta noche.—Refiriéndose a su hija, sonrió.

—Tienes razón, nos vemos, Kovu—Se levantó y le dio un pequeño y tierno beso en la mejilla al joven.

—Adios, Kiara—Dibujó una sonrisa en su rostro al ver a su futuro suegro con quién sería su futura esposa salir de la habitación.—Algún día...—Suspiró y empezó a imaginar una vida con ella.

Su boda, sus hijos, el amor que compartian era grande. Él nunca había sentido algo así por alguien.

—Algún día...—Volvió a suspirar y cerró sus ojos para dormir un poco.

Por otra parte, Kiara se encontraba en su habitación probando varios (y hermosos) vestidos para aquella ocasión.
Al final, optó por ponerse un vestido largo color rosa claro. Era fino, tenía algunas gemas pequeñas en sus mangas y encaje en los puños. ¡Le quedaba hermoso!

Nasim, una de sus ayudantes, le estaba retocando el cabello a la princesa.

—Nasim—Llamó la atencion de la joven. Tenían casi la misma edad y la conocía desde pequeña; se podría decir que eran mejores amigas.—¿Algunas vez te has enamorado?

La chica de pelo castaño siguió peinando a la chica sentada frente al espejo. Dibujó una sonrisa y soltó una risita.

—¡Claro que sí!—Sonrió—¿Recuerdas ese príncipe que vino desde muy lejos para pedir tu mano?

—¡Cierto! El chico era un idiota.

—Sí, pero era bastante guapo y atractivo—Suspiró Nasim.

Kiara soltó una risa recordando cuando su mejor amiga halagaba a aquel príncipe tonto.

—Se te abría la boca al verlo—Ambas soltaron una carcajada.

—Sí, pero luego de fue y bueno—Sonrió—Aquí estoy, y estoy bien ¿Sabes? Un hombre no te define como mujer.

—En eso tienes razón—Dijo Kiara mirando como Nasim aún seguía tratando de desenredarle el el cabello.

—¡Esto es un nido de pájaros!—Dijo Nasim, en broma.

Kiara soltó una risa tan fuerte y real que hizo que Nasim tambien riera.

—¿Y tú? ¿Que onda con ese "forastero" guapo con el que te ríes todo el tiempo?—Preguntó pícaramente su amiga.

—¿Kovu? ¡Solo somos amigos!—Mintió la princesa.

—Claro, y yo soy una reina—Dijo sarcásticamente su amiga.

—¡Es verdad!

—Es obvio que te gusta, Kiari—Contestó su amiga—Así Como tú le gustas a él.

—Si tú lo dices—Kiara quería cambiar de tema—¿Qué peinado planeas hacerme?

—Estaba pensando en un recogido con algunas flores que combinen con el vestido, ¿Te parece?

—Siempre tienes tan buen ojo para todo, Nasim.—Sonrió.

En ese mismo momento, Nala entró a la habitación sonriendo tranquilamente.

—¡Oh! Majestad—Nasim hizo una reverencia.

—¡Hola, mamá!—Saludó alegremente su hija.

—Hola, Nasim; hola, Kiara—Sonrió.—Nasim—Miró a la nombrada—¿Podrías dejarnos un momento a solas con Kiara?—Pidió amablemente.

—Claro, su majestad—Realizó otra reverencia con respeto, depositó el cepillo en la mesa y se retiró de la habitación.

—¿Pasó algo, mamá?—Preguntó algo preocupada su hija.

—No, Ki—Su madre se acercó a ella—Nada importante.

—¿Y por qué venías a verme?—Preguntó confundida.

—Es que…—Tomó el cepillo antes utilizado por Nasim y comenzó a peinar a su hija con dulzura.—Es solo que, tú has rechazado a cada príncipe que se presentó aquí.—Suspiró.—Ninguno ha llamado tu atención.

—Y tú lo has dicho—Dijo Kiara sonriendo levemente—Pero, ¿A qué viene todo esto?

—Kovu—Dijo sin rodeos—La verdad, los veo muy buenos amigos y compañeros.

A Kiara casi le da un paro por lo que su madre decía. ¿Se había dado cuenta de que eran pareja o algo?

—Si...—Dijo Kiara con un hilo de voz.

—Hija, tu padre lo ha notado tambien.—Dejó de peinarla y la miró—Quiero que seas sincera conmigo, ¿Pasa algo entre ustedes dos?

Kiara sentia que se desmayaba. ¡Diablos! No quería mentirle acerca de su relación a su propia madre. ¿Y si reaccionaba mal?

Ahí fue cuando Kiara suspiró profundo y decidió responder la dudar de su madre.

͠s͠ᴏ͠ʟ͠ᴏ ͠ᴀ ͠ᴛ͠ɪ ͠ᴛ͠ᴇ ͠ɴ͠ᴇ͠ᴄ͠ᴇ͠s͠ɪ͠ᴛ͠ᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora