͠s͠ᴏ͠ʟ͠ᴏ ͠ᴀ ͠ᴛ͠ɪ ͠ᴛ͠ᴇ ͠ɴ͠ᴇ͠ᴄ͠ᴇ͠s͠ɪ͠ᴛ͠ᴏ

¿Nuestro secreto?

Kiara iba camino a su habitación, se notaba furiosa. ¿Por qué no tenían confianza en ella? ¡Su hermanito menor podía ir a donde sea sin nadie que lo vigile! ¡Era tan humillante!

—Ya estoy harta de que crean que soy una estúpida y delicada princesa—Dijo para sí misma.

Poco iba a pensar que en los pasillos de toparía con Kovu. Apenas salía de su habitación cuando chocó con la chica.

—Ay, lo siento—Se disculpó rápidamente la princesa.

—No, no—Sonrió el chico—, no fue tu culpa.

Kiara le devolvió la sonrisa que se fue formando poco a poco en sus labios. Rayos, nunca le había pasado eso con otro chico. Es decir, había conocido a muchos pretendientes que luchaban por su mano, pero nunca se tomó a ninguno enserio. No, definitivamente no eran su tipo.

Al pensar eso, sacudió su cabeza rápidamente como si eso quitara esos pensamientos de ella.

—¿Necesitas algo?—Preguntó la chica, amablemente.

—Oh, no. Solo quería saber cómo te sentías—Se encogió de hombros—. Es decir, te he visto discutir con tu padre y... —El chico comenzó a rascar su cabeza de forma nerviosa.

—Estoy bien. —Contestó la princesa, suspirando— Mi padre no tiene fé en que pueda hacer las cosas por sí sola.

Miró al suelo, algo triste. Kovu le puso una mano en su hombro y la otra en su mentón, obligándola a levantar su mirada y mirarlo a los ojos.

—Hey, tranquila—Sonrió al ver los ojos de la joven—¿Te digo algo? Yo sí tengo fé en ti.

—Solo dices eso para que me sienta mejor—Nuevamente suspiró Kiara.

—¿Qué?—Rio el chico—¿Crees que le ando diciéndole esto a cualquier chica?—Preguntó burlonamente.

Kiara asintió. Aunque había tenido novia una sola vez, el chico era muy guapo y seductor como para no andar diciendo cosas así a cualquier chica que se le cruzara en su camino.

—Pues no lo hago—Su sonrisa de borró y la miró dulcemente—Kiara, eres una persona maravillosa. Siempre prensando en los demás y siempre tan dulce.

Kiara sintió que el corazón se le salía del pecho. ¿Era una declaración? No, no podía ser. ¡Pasaron apenas dos días juntos! Se habían conocido de muy pequeños pero no se habían visto durante años.

—Y no me sorprende que algún día seas la mejor jefa que la tribu haya podido tener—Sonrió el chico y terminó su discurso.

—C-creo que es lo más lindo que has dicho de mi desde que nos vimos—Rio la chica, algo sonrojada por todo lo que había dicho él.

El chico, sin pensarlo, dió el primer paso. Kiara no se lo esperaba y se sorprendió por los actos de aquel joven apuesto.

—Kiara...—Comenzó a acercarse a ella, acariciando las mejillas de esta.

—¿Si, Kovu? —La chica se sonrojó demasiado, pero no le dijo que se alejara o algo parecido. Al contrario, no sabía porque, pero que Kovu este tan cerca de ella...le gustaba.

—Y-yo...—El joven, quién estaba más nervioso y sonrojado, miraba los labios de la chica mientras iba acercando los suyos.

Y al fin, sucedió. El chico la besó.

Kiara, quién no tardó en corresponder, comenzó a rodear el cuello del chico con sus brazos. Kovu la abrazó por la cintura mientras la seguía besando con dulzura. Sus labios combinaban perfectamente sus movimientos.

Aún no saben por qué lo hicieron, pero estaba hecho. Ellos dos se habían besado y ya no había vuelta atrás.

Kiara se separó del beso por la falta de aire, pero se siguieron abrazando. Ella al fin sintió que alguien la apreciaba, no por ser la princesa, sino por ser como es.

Kovu sintió amor por primera vez. Su corazón lo quería, pero no su mente. Esta le decía: "Mata a Simba, ¡no te enamores de su hija! ¡No te enamores de ella, dije!". Mientras que su corazón decía; "Ámala, abrázala, bésala y ,sobre todo, cuídala". ¿A quien debía escuchar?

Lentamente se separaron. No les gustaba mucho la idea de separarse, pues se sentían seguros cuando demostraban su amor.

—Y-yo...—Kovu miró hacia otro lado, nervioso—¡N-no sé que me pasó! Y-yo lo siento E-es que...

Kiara puso delicadamente un dedo en los labios del chico para que se calmara y para que la dejara hablar.

—Tranquilo—Rio y besó su mejilla— Será nuestro secreto.

—¿Nuestro secreto?—Kovu la miró confundida—¿Es posible guardarle secretos a tu padre, a tu madre o incluso a tu hermano?—Rio.

—Obviamente, ¿Crees que nunca les he mentido o guardado un secreto a mis padres?¿Quién no hace semejante travesura cuando uno es niño?—Rio con él.

Kovu la miró y ella hizo lo mismo. Él le ganaba en tamaño, así que se acercó y besó la frente de la chica.

—Nos vemos al rato, Ki—Le guiñó un ojo por el nuevo apodo que le había puesto.

Kiara sonrió y lo miró hasta que desapareció de entre los pasillos del palacio. Cuando no lo vio más, soltó un suspiro. ¿Acaso era un sueño? Pellizcó su brazo para ver si despertaba.

—¡Ouch!—Se quejó por el dolor—No, definitivamente no fue un sueño.

Cuando se dio la vuelta, no se iba a imaginar con quién se encontraría.
Se chocó cara a cara con cierto chico de  cabellos rojizos.

—Vaya, vaya, vaya—Sonrió pícaro mientras tenía sus brazos cruzados—¿Al fin tengo un cuñado?— Sonrió, pues su propósito era molestar a su hermana.
Además, él lo había visto todo. Estaba oculto detrás de una puerta.

—Kion...—Dijo la chica, con el ceño fruncido.