¡El príncipe ha vuelto!

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—¡Tiene que estar vivo!—Gritó la joven, desesperada—. K-kovu, por favor.—Acariciaba la mejilla del cuerpo de su amado.

—Kiara, lo siento mucho—Su hermano menor se acercó a ella y la abrazó.

—¡N-no puede ser!—Gritaba entre sollozos mientras correspondía al abrazo de su hermano y lloraba en el hombro de este.

Zira, quien habia comenzado toda esta guerra, sintió un nudo en su estómago y garganta. Podría ser malvada, pero era su hijo después de todo ¿No?

Se acercó lentamente al cuerpo de su hijo, quedando enfrentada a Kiara y a Kion, y comenzó a acariciar el rostro del joven.

—Hijo…—Susurró con algunas lágrimas en sus ojos.

—K-kovu, despierta—La hermana del de ojos verdes se sentó junto a su madre. Estaba llorando, pues había perdido a su persona favorita en el mundo.

—¡Atrás!—El hombre misterioso ya antes nombrado abrió paso entre la multitud.

Todos, Zira incluída, lo miraron extrañados. ¿Quién era aquel joven oscuro?

—¿Quién eres tú?—Habló de una vez por todas Simba. Previamente, apreciaba con culpa la escena de su hija y aquel forastero.

El joven no respondió. Siguió su camino y se acercó al chico que se encontraba en el piso.

—¡No te acerques a mi hi-!—Zira intentó alejar al misterioso chico, pero este saco un cuchillo bastante afilado para que ella, ni nadie, se acerque a él.

—¡Eh! ¿Qué rayos haces?—Preguntó la princesa sin ningún rastro modales.

El chico, nuevamente, no respondió y se siguió acercando al joven que estaba tirado sobre la tierra.
Agarró un pequeño frasco cubiero de cuero marrón y lo destapó.

Kiara queria detenerlo, pero estaba armado y no sabía las intenciones de aquel joven.

En cambio, él seguía tranquilamente haciendo sus cosas. Acercó el pequeño frasco lleno de quien sabe qué a la boca del moreno.

—¿Qué estas haciendo?—La princesa intentó disimular su miedo, pero fue en vano. Su voz era quebradiza y entrecortada.

El chico la ignoró e hizo que el moreno bebiera todo lo que tenía el frasco.

Kiara, boquiabierta, no sabía que hacer. ¿Qué diablos era eso? ¿Quién diablos era ese chico?

El joven, al vaciar todo el frasco en la boca del otro, lo cerró y se levantó firme. Kiara se levantó y fue a su lado. Aquel chico era más alto que ella, pero aún así no se acobardó.

—¿Quién eres tú?—Le preguntó mirándolo.

—¿No me reconociste, pequeña bruja?—Preguntó el joven con una sonrisa.

"Pequeña bruja" ¿¡Qué?! Ese era el apodo cariñoso que Kopa usaba para su hermana. No podía ser cierto...¡Casi nadie sabía de aquel nombre! A menos que...

—¿K-kopa?—Soltó unas lágrimas su hermana.—¿En serio eres tú?

—¿Quién más, princesa?—Sonrió quitándose la capucha negra que llevaba puesta.

Kiara no lo podía creer. Los ojos de Kopa eran como los de su madre su cabello era castaño oscuro y su piel era un poco mas morena que la de ella.

—¿Kopa?—Nala interrumpió y corrió hacia su hijo para acariciar sus mejillas y observarlo bien.—¡Kopa!—Gritó cuando confirmó que era su hijo perdido.

El jefe de aquella tribu se acercó al tierno abrazo de madre e hijo. No dudó en abrazarlo también y llorar por todo lo que estaba ocurriendo. ¡Su hijo había vuelto!

Zira, quien no sintió conmoción por la escena familiar, aprovechó la distracción de la familia real para tomar una lanza de uno de sus compañeros de batalla y acercarse corriendo a ellos.

—¡Papá, cuidado!—Gritó Kiara corriendo e interviniendo en la lanza y su padre.

Kiara sintió como la lanza paso a un centímetro de su pecho. Pero ella no iba a quedarse ahí sin hacer nada. Agarró la lanza con fuerza e intentó quitársela.

—¡Suelta, mocosa!—Gritaba la mayor mientras peleaba por la lanza.

—¡No voy a dejar que lastimes a mi familia! ¡Ni a mi pueblo!—Agarró la lanza de una vez por todas, la partió con ayuda de su rodilla y la tiró Al suelo. —Estas desarmada, Zira…

La mayor intentó agredír físicamente a Kiara, pero fue interrumpida por Simba agarrándola por ambas manos.

Zira estaba lastimada (en algunas partes, incluso, sangraba). Sus piernas tenian cortes bastante profundos; no le era muy fácil caminar. Sus labios sangraban, al igual que su nariz.
Hizo que Simba la soltara pero sin ser tan brusca como lo era usualmente. Levantó el puño como forma de darse por vencidos.

—Te juro, Simba—Lo fulminó con la mirada—, esto no ha terminado.—Dijo entredientes y señaló a los demás que la acompañaban en esta batalla para salir corriendo en direccion a su tribu.

Luego de que se fueran, con gritos y gemidos de dolor por las lastimaduras que poseían, Kiara se dio la vuelta y vio nuevamente a su pareja; aún no despertaba. Se sentó a su lado y besó su frente (acto que su padre vio).

—Estará bien.—Le susurró el hermano ya no perdido de Kiara.—Lo que le dí lo pondra bien en unos días.

Kiara dibujó una media sonrisa en su rostro.

—Gracias, Kopa—Se levantó y abrazó fuertemente a su hermano.

Kion, observando todo, no sabía que sentir. Cuando Kopa había desaparecido él apenas era un niño. No tenía ningún recuerdo de aquel joven de ojos celestes.

—¿Y tú eres Kion?—No se percató de que Kopa se había acercado a él—¡Diablos, tomate! Sí que has crecido.—Dijo sorprendido y utilizando otro apodos cariñoso para Kion.

Kion solo sonrió y le estrechó la mano. Estaba algo incómodo por la situación.

—No me recuerdas mucho, ¿Verdad?—Kopa intentó darle mas confianza. —Tranquilo, puedes confíar en mi.—Le regaló una sonrisa.

Kiara se percató de que los guardias estaban llevando a Kovu al palacio para que descanse cómodamente .

—¡Esta noche, haremos una celebración por la vuelta del príncipe perdido!—Gritó Simba alegre.— Inviten a todo aquel que viva en esta tribu—Declaró y miró con dulzura a su hijo.

Por fin todo había vuelto a ser lo que era. Kopa estaba en casa, Kovu estaría bien y la guerra había finalizado…

…Por ahora.

͠s͠ᴏ͠ʟ͠ᴏ ͠ᴀ ͠ᴛ͠ɪ ͠ᴛ͠ᴇ ͠ɴ͠ᴇ͠ᴄ͠ᴇ͠s͠ɪ͠ᴛ͠ᴏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora