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He reflexionado en silencio sobre el curso de mi destino, sobre los senderos que he recorrido y los caminos que he dejado atrás. Siempre me he preguntado qué sería de mí ahora si aquel encuentro fugaz nunca hubiera ocurrido, si tu presencia nunca hubiera iluminado mi camino con su fulgor efímero. Me pregunto si sería la misma que era antes, una sombra de lo que soy ahora, o tal vez, aún peor de lo que jamás me he atrevido a imaginar.

Sin embargo, en medio de la oscuridad de mis dudas y temores, una certeza brilla con fuerza en mi interior: agradezco profundamente tu llegada a mi vida, aunque tu partida haya dejado un vacío doloroso en mi corazón. Porque, a pesar del sufrimiento y la desolación que trajo consigo tu ausencia, sé en lo más profundo de mi ser que tu presencia fue un regalo invaluable, un rayo de luz en la noche oscura de mi existencia.

Tú, con tu risa contagiosa y tu mirada llena de promesas, fuiste como un faro en medio de la tormenta, guiándome con tu luz a través de los momentos más difíciles. Fuiste mi confidente, mi cómplice, mi compañero de aventuras en un mundo lleno de incertidumbre y peligros. Y aunque nuestra historia juntos llegó a su fin, el eco de tu amor sigue resonando en cada rincón de mi ser, recordándome que el tiempo que compartimos fue un tesoro preciado que siempre llevaré conmigo.

Así que, aunque el dolor de tu ausencia todavía arda en lo más profundo de mi ser, me consuela saber que nuestra historia no fue en vano. Que cada momento que compartimos, cada risa, cada lágrima, cada palabra susurrada al oído, fue parte de un tejido más grande, una red de conexiones que nos une más allá de las fronteras del tiempo y del espacio.

Por eso, agradezco tu llegada a mi vida, aunque ya no estés aquí para verlo. Porque gracias a ti, he aprendido a valorar cada instante, cada encuentro, cada despedida, como un regalo precioso que nunca debe ser dado por sentado. Y aunque el camino que ahora recorro esté marcado por la soledad y la melancolía, sé que el amor que compartimos seguirá brillando en lo más profundo de mi ser, como una estrella fugaz que ilumina la noche con su resplandor eterno.

lo que nunca te dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora