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En el eco del tiempo que se desvanece, aún persistes en el santuario secreto de mi mente, como un eco eterno que se niega a desvanecerse en la bruma del olvido. Han pasado más de dos años desde que te fuiste, desde que intenté desgarrar tu recuerdo de las fibras mismas de mi ser, pero nada es suficiente para desterrar la sombra de tu presencia.

He intentado todo por olvidarte, he buscado refugio en el abrazo del tiempo, en los brazos de otros, en los susurros del viento que me llevan lejos de ti. He borrado tus huellas en las arenas del tiempo, he quemado tus cartas, he ahogado tus recuerdos en el río de la nostalgia, pero aún así, persistes en mi mente como un fantasma que se niega a marcharse.

Los recuerdos vienen con más fuerza, como olas furiosas que golpean la costa de mi alma, llevándome de vuelta a ti una y otra vez en un torbellino de emociones. Tu risa, tu mirada, tus palabras, se convierten en una tormenta que amenaza con arrastrarme hacia el abismo del deseo, del anhelo, del amor perdido.

Y así, en medio del caos y la confusión, me doy cuenta de que no puedo escapar de ti, de tu recuerdo, de tu fantasma que se cierne sobre mí como una sombra eterna. Porque aunque intente borrar cada rastro de tu existencia en mi vida, sé que tu recuerdo seguirá ardiendo en mi corazón como una llama eterna, recordándome que el amor verdadero nunca muere, incluso cuando el tiempo y la distancia nos separan.

lo que nunca te dijeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora