s a l v a j e ; sterek • EDITANDO•

➻c i n c o

Stiles sacaba ropa y más ropa de su valija, y con sumo cuidado la ordenaba en su nuevo closet.

Se sentía realmente contento de haber aceptado acompañar a su padre al campo. No pensó que le iba a hacer tan bien. Lydia entró algo agitada a la habitación. Él lo miró extrañado.

-Al parecer hay problemas por allí -le contó y volvió a salir al balcón.

Stiles frunció el ceño y dejó las cosas para salir también. A lo lejos observó las caballerizas. Sonrió al recordar aquel lugar. Luego iría a darle un vistazo.

Entonces divisó a July caminando con un muchacho de cabello rubio que venía acompañado de un señor que lo llevaba casi colgado. Al parecer estaba herido o algo así.

- ¿Habrá pasado algo malo? -preguntó él. Lydia se encogió de hombros.

-No lo sé -dijo ella-Pero allá va tu padre en un caballo.

Stiles miró en la dirección que su amiga le había indicado. Y si, aquel hombre era su padre montado en un caballo. Al lado de él había otro hombre. No podía distinguirlo bien ya que se estaba alejando a toda velocidad. - ¿Qué habrá pasado? -inquirió el chico.

-Podemos bajar a preguntarle a July-dijo Lydia contenta e ingresó de nuevo a la habitación.

Stiles se quedó unos segundo más, observando como su padre y aquel hombre se perdían en el horizonte. Por lo que sabía en aquella dirección quedaba la estancia de los Argent. Tuvo que haber pasado algo malo para que su padre se fuera sin decirle nada. Soltó un suspiro y entró. Lydia ya estaba parada en la puerta.

-¿Qué te sucede? -dijo Stiles divertido.

-Vamos, cariño, necesito saber que pasó -dijo ella.

-Eres tan... chismosa.

Salieron de la habitación y podría decirse que Lydia casi lo hace correr por el pasillo hasta llegar a las escaleras. Bajaron a las risas, pareciendo dos niños más que dos personas grandes. Hicieron una carrera hasta la cocina y entraron rápidamente. Se detuvieron al verlos a allí. July los miró algo sorprendida. Y Stiles posó su mirada en el chico de ojos azulados.

-¿Qué pasó, Jul? -preguntó Lydia mientras se acercaba un poco más a la mesa.

-Nada, muchachos, tranquilos -les dijo ella. Stiles seguía mirando al chico. Este también lo miraba fijamente.

-¿niño Stilinski? -inquirió él.

Él quitó la mirada de aquel chico ruloso para encontrarse con el hombre de cabellos grises. Lo observó bien, tratando de reconocerlo. Hasta que lo hizo.

-¿Peter? -preguntó sin poder creerlo.

El viejo se quitó el sombrero y lo miró como si él fuera de mentira. Stiles se acercó sin dudarlo a él y lo abrazó. Aquel hombre era como un abuelo para él. Cuando era pequeño él era siempre el que le contaba las mejores historias de animalitos y duendes que habitaban por allí. Era como si de a poco su niñez lo envolviera. El anciano le devolvió el gesto con algo de inseguridad, pero al final lo abrazó.
Luego de unos segundos Stiles se alejó para mirarlo a la cara. El hombre tenía varias lágrimas en los ojos.

-Pensamos que se había olvidado de nosotros, niño -le dijo él.

-¿Olvidarme? -Inquirió - ¿Estás loco, Peter? ¿Cómo iba a olvidarme yo de mi abuelito de campo?

-Estás más guapo de lo que recuerdo, mi niño -le dijo con ternura.

Stiles sonrió algo emocionado y giró para mirar a su amiga.