➻s i e t e

6.3K 805 74
                                    

Era como volver al pasado. Estar parado frente al castaño era como tener 13 años de nuevo. Su corazón palpitó con fuerza. ¿Cómo podía ser posible? Lo había pensado todo el día y ahora él estaba allí, mirándolo fijamente. Aquellos ojos tan lindos lo miraban con la misma sorpresa que él sentía. Recordó todo… todas y cada una de las tardes que había pasado juntos. Y sintió una presión en medio del pecho. Quiso darse vuelta y salir de allí. No entendía bien por qué. Sacudió un poco la cabeza. Estaba confundido. Tal vez todo era un simple sueño y en cualquier momento iba a despertarse y el castaño no iba estar ahí. De alguna manera tenía que comprobar que aquello era real. Dio un paso hacia él. Stiles estaba totalmente consternado por la presencia del moreno. Se sentía un niño de nuevo, parado frente a aquel príncipe que él había querido tanto. Su corazón latía rápido. Nada quedaba del Derek que él tenía en la mente. Ahora era todo un hombre. Un hermoso hombre. La garganta se le secó. Más viendo la manera en la que él lo estaba mirando. Aquellos ojos color verde que él tanto había amado lo miraban como si fuera un espejismo. Se notaba que estaba confundido.
Derek levantó una mano y sin dudarlo tocó su mejilla. Stiles dejó de respirar al sentir aquella mano contra su piel, y pestañeó seguidamente. El aroma masculino entró por la nariz...llenándole el cuerpo de una extraña sensación. Derek olía a hombre, a sol y campo. Aroma suave y delicioso. Se estremeció.

Derek frunció el ceño y movió el pulgar contra su suave piel, acariciandolo. No se iba, el tacto era muy real. Su piel era sedosa y estaba algo fría, a comparación de su mano.

Stiles no pudo evitarlo y sonrió. Derek tenía una mueca muy graciosa, parecía estar pensando demasiado. Su cuerpo tembló cuando él volvió a repetir el movimiento de su pulgar. ¿Cómo podía algo tan insignificante como una caricia hacerlo sentir tan… tonto? ¿Cuándo había sido la última vez que un hombre lo había acariciado de esa manera tan inocente? Como queriendo conocer, recordar.

Entonces Stiles también levantó la mano y tocó su rostro. Su palma cosquilleó ante la sensación de su piel masculina, su barba algo rasposa. El chico de ojos verdes levantó ambas cejas en un chistoso gesto de asombro.

—Hola, Derek —habló al fin.
Derek estaba anonadado. Se sentía un completo idiota. El corazón le latía demasiado rápido para ser normal. Un nudo se le formó en la garganta.

—Hola… —logró decirle.
Stiles sonrió aun más, mostrándole todos sus dientes. Él se sintió contagiado por esa hermosa sonrisa que pensó que había olvidado. Pero ahora que el castaño volvía a sonreírle de aquella manera… se dio cuenta de que era imposible de olvidar.

—¡Aquí están! —exclamó ella.
Ambos giraron la cabeza para mirarla. Toda la magia se perdió. Se alejaron rápidamente, totalmente avergonzados. July arqueó una ceja, y luego sonrió por lo bajo. Derek la fulminó con la mirada.

—¿Qué se te ofrece, madre? —le preguntó. Ella se aguantó la risa. Ambos estaban rojos como tomates. Como si ella los hubiese encontrado haciendo algo muy malo.

—Solo buscaba al joven Stilinski —le dijo y miró al chico pecoso. —Tu padre quiere verte… dice que tiene algo que mostrarte o algo así.

—Oh —musitó él —Gracias, July.
Miró a Derek. Y le sonrió levemente. Él quiso decirle algo pero las palabras no salieron de su boca. Estaba tan sorprendido de que estuviera allí de nuevo. Jamás pensó que volvería a verlo.

—Es un gusto volver a verte, Derek…

—Igualmente, joven... --- Stiles apretó los labios y caminó hacia la salida. Se giró a verlo una vez más y sin decir nada desapareció. El moreno se quedó quieto mirando por donde acaba de salir el castaño.

—Creo que metí la pata —dijo July divertida.
Derek seguía con la mirada fija en la salida.

—No puedo creer que esté aquí —murmuró.

—Intenté decírtelo un millón de veces —exageró —Pero siempre te ibas corriendo sin terminar de escucharme —él siguió con la mirada fija en aquel lugar. Todavía no lo entendía… ¿Por qué estaba allí de nuevo después de tanto tiempo?

—Ya, Derek… quita esa cara de bobo.

—Ay, que graciosa eres, Julieta—dijo con sarcasmo.

Caminó hasta su madre para empujarla levemente y que caminara hacia la casa. Tenía pensado llegar, arreglarse e ir a cenar como su jefe se lo había pedido. Tenía que averiguar por qué Stiles había decidido volver... y quién demonios era la tal Lydia.

s a l v a j e ; sterek • EDITANDO•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora