➻d i e c i s é i s

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Derek casi perdió de vista a White, pero logró alcanzarlo. El caballo blanco parecía algo alterado y nervioso. El moreno empezó a reconocer a donde se dirigía el animal. Estaba yendo hacia le estancia de los Argent, lugar en donde estaba Estrella. Aquella yegua negra lo era todo para White. Era extraño, para ser animales entendían muy bien la palabra amor.
White dobló detrás del viejo establo de los Argent y Derek lo siguió. Se detuvo al ver aquella escena. Estrella estaba acostada en el suelo y Carl estaba arrodillado delante de ella. White se acercó a ella y bajó la cabeza para tocarla con su hocico.
—¿Qué sucede, Carl? —le preguntó al viejo peón de aquella estancia. El hombre se giró a verlo y le dedico una pequeña sonrisa.

—Estrella está por parir —le contó.

Los ojos de Derek se abrieron por la sorpresa. Así que eso era… White iba a ser papá. Se bajó con cuidado del caballo y se acercó hasta donde estaban. Estrella se veía algo cansada y White estaba muy cerca de ella.

—¿Por qué no me dijiste que estaba preñada? —le preguntó.

—Queríamos que fuera sorpresa, ¿verdad, White?

El caballo blanco relinchó. Derek se acercó aun más. La yegua parecía estar muy cansada, y Carl se encargaba de limpiar la sangre y todo lo que ella estaba perdiendo.
Y de repente todo fue rápido, Estrella hizo un raro sonido y dos segundos más tarde el pequeño potrillo estaba fuera. Derek lo miró encantado. Era tan pequeño y se veía completamente vulnerable. El pequeño comenzó a ponerse de pie, mientras Estrella se incorporaba rápidamente y se acercaba a él para olerlo. White también se acercó. Y una tonta sonrisa se dibujó en el rostro de Derek.
El pequeño potrillo era igual de blanco que White, asombroso y muy pequeño. Pero entonces vio aquella pequeña mancha color negro alrededor de su ojo derecho. Rió levemente. Carl se puso de pie y se secó la frente.

—Pfff, ha sido difícil —le dijo a Derek.

—Ya lo creo —sonrió el chico de ojos verdes.

—¿Te parece si los dejamos solos? —preguntó el anciano.

—Si, necesitan su espacio.

Se alejaron de la nueva familia para llegar hasta la parte delantera de la caballeriza de los Argent. Derek miró extrañado hacia la casa de estos ya que unos cuantos gritos llegaron a sus oídos. Y entonces los vio, Thomas y Aarom caminaban a grandes zancadas hacia un par de caballos. Mientras que Christopher Argent los seguía a paso decidido.

— ¿Qué habrá pasado? —inquirió Derek.

—Allison—murmuró Carl. Derek se giró a verlo rápidamente.

—Allison, ¿qué?

—Seguramente escapó… otra vez.

—Mierda—musitó él y corrió hacia su caballo.

Seguramente la pequeña Allison había ido a buscar a Isaac. Y si eso era así y ellos tres los encontraban juntos iba a haber muchos problemas.

Stiles salió contento de su habitación. Se sentía sumamente feliz, renovado. Y eso que apenas habían pasado unas cuantas horas desde que había llegado. Bajó las escaleras y vio que Lydia también salía de su cuarto.

—¿A dónde vas? —le preguntó la pelirroja.

—A caminar —contestó él con una sonrisa —¿Me acompañas?

—Mmm… no lo sé.

—Vamos, Lydia. Desde que llegaste no has salido a ningún lado. Tienes que conocer un montón de lugares.

—Es que no lo sé, corazón —dijo por lo bajo —Deben haber tantos bichos por ahí.

—¿Sabes que más hay? —preguntó mientras meneaba las cejas.

s a l v a j e ; sterek • EDITANDO•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora